Otro más de nuestros especiales con los mejores del año y este también es nuevo, aunque no va exactamente de lo mejor, sino de lo más destacado. En concreto, va de la noticia tecnológica del año, ya que recoge las opiniones del equipo de redactores de MC y otros compañeros de los medios de TPnet, de las noticias tecnológicas de 2022, aquellos temas que más nos han impactado por el motivo que sea.
Porque otra cosa no, pero si hay algo en lo que la tecnología se parece al resto de ámbitos de nuestra vida diaria, es en que no se detiene ni un momento e incluso lo que asemeja estar tan asentado que se toma por inamovible, es susceptible de cambiar o, cuando menos de evolucionar. Así pues, nos hemos preguntado a nosotros mismos… ¿Y si tuvieras que escoger la noticia a nivel tecnológico más relevante de 2022, cuál sería?
Las noticias tecnológicas de 2022, según MC
Hablando de actualidad, sobre decir que el propósito de este especial era apuntar hacia lo más destacado del año en materia tecnológica, pero no reduciéndose a una noticia suelta. Hemos ido más allá para plantearnos qué tema de los que han surgido o se han desarrollado este año, elevaremos a la noticia tecnológica de 2022, un breve resumen con los highlights del año que nos ha quedado tal que así.
Metaverso, tan cerca y tan lejos
Es la noticia tecnológica más destacada del año para Juan Ranchal.
El Metaverso ha sido este año la palabra de moda en el ámbito tecnológico y seguro que has podido verla como servicio o propuesta en los sitios más insospechados. Y es que desde que Mark Zuckerberg anunciara la apuesta estratégica de su red social por el Metaverso, incluyendo el cambio de nombre de Facebook a Meta, el concepto se ha hecho viral y empresas grandes y pequeñas planean cómo subirse a un carro que promete convertirse en la próxima gran plataforma de comunicación a escala de la World Wide Web. Algunos, incluso, dicen que el Metaverso acabará con la Internet tal y como la conocemos.
La idea no es nueva, aunque es relativamente reciente. El término se usó por primera vez en la novela Snow Crash publicada en 1992 por Neal Stephenson. Un título de ciencia ficción que se convirtió en la novela de cyberpunk más vendida de los años noventa y que además de un montón de elementos referenciales al género, no esquivó la filosofía, el humor, la acción y los conceptos matemáticos y científicos en torno a nuevas tecnologías, incluyendo la mención del término avatar como imagen de una persona en Internet.
En la novela, el metaverso es un espacio virtual compartido que usa realidad virtual, realidad aumentada, avatares e Internet. La idea propuesta por Facebook y otras grandes tecnológicas es muy similar, aunque con ciertas diferencias y enfoque. Por ejemplo, Microsoft piensa principalmente en empresas que podrían acceder a espacios de trabajo inmersivos prediseñados (o crear los suyos propios) desde cualquier dispositivo en un mundo digital persistente conectado con el mundo físico.
Cualquiera que oyera a Zuckerberg en la presentación de Meta pudiera pensar que esto del Metaverso estaría disponible de hoy para mañana. Ciertamente, existen mundos virtuales compartidos como Second Life, pero plasmarlo a una escala como describieron desde Facebook está a décadas de distancia, simplemente por motivos técnicos. Según Intel, necesitaríamos multiplicar por mil la eficiencia de cómputo de las mejores herramientas actuales.
Las representaciones realistas de personas y entornos son únicamente una parte del rompecabezas y solamente crear los estándares que el metaverso necesitaría para funcionar es algo que ahora mismo está fuera de la técnica actual. Y además de hardware, necesitaremos nuevas arquitecturas de software, algoritmos y avances en Inteligencia Artificial (algunos dan miedo) para hacerlo realidad. Tranquilo con el metaverso. Un Ready Player One sigue siendo de momento ciencia ficción. Y el multiverso ya ni te cuento….
Elon Musk compra Twitter
Es la noticia tecnológica más destacada del año para David Salces.
La compra de Twitter por Elon Musk ha sido no solo la noticia del año, sino el culebrón tecnológico de lo que llevamos de década. Y es que estamos acostumbrados a que este tipo de procedimientos (compras, fusiones, etcétera) se lleven a cabo de manera discreta, capitaneada por legiones de abogados, y que las declaraciones públicas se puedan contar con los dedos de una mano, y que suelan ser siempre bastante diplomáticas.
A este respecto es imposible negar que la manera de actuar de Elon Musk ha sido un soplo de aire fresco, que nos ha roto los esquemas a todos y que, a buen seguro, será recordada con el paso de los años. Creo que jamás en la vida he visto a un aspirante a comprador criticar aquello que quiere comprar… y hacerlo precisamente en esa plataforma que, al menos en teoría, quiere que pase a ser de su propiedad.
A nadie se le escapa, a estas alturas, que la personalidad de Musk es “especial”, y que en no pocas ocasiones parece que su impulsividad impide que se piense bien las cosas antes de decirlas… o de hacerlas, algo en lo que el cómo se ha llevado todo este proceso, desde el anuncio del mismo hasta sus primeros pasos ya al frente de Twitter, supone una confirmación.
Ahora compro Twitter (suben las acciones), ahora critico Twitter (bajan las acciones), ahora pongo la operación en pausa (vuelven a bajar), ahora la suspendo (bajan otra vez), ahora me denuncian (vuelven a subir un poco), planteo la posibilidad de volver al contrato inicial (vuelven a subir), la cita en los tribunales se acerca (bajan otra vez), retomo y concluyo la compra (vuelven a subir y, poco después, dejan de cotizar). Si yo fuera accionista de Twitter, no dudaría en demandar a Musk por el importe de mi medicación para la tensión alta.
La burbuja del ‘crypto’ ha pinchado
Es la noticia tecnológica más destacada del año para J. Pomeyrol.
Podría haber elegido como mi noticia del año alguna de las que han puesto mis compis porque las hay muy relevantes y con un gran impacto, además de que las encuentro personalmente interesantes, pero me voy a decantar por la explosión de la burbuja del crypto tal y como lo conocemos. La explosión de la burbuja, ojo, no el fin de nada.
Pero creo que era una obviedad que hay cosas que no se pueden sostener y esta era una de ella: el crypto… o lo que yo denomino en genérico como crypto. O sea, las criptomonedas, principalmente, peor también los NTF. Este 2022 ha sido un año decisivo en la evolución no de la tecnología en sí, sino del modelo de negocio en torno a ella. Y no para bien…
… O sí, cabría matizar. Porque las cotas que se han puesto al minado de criptodivisas, véase el caso de Ethereum como ejemplo destacado (¡para bien!), han venido muy bien en términos de ahorro energético, pero también para que la disponibilidad y el precio de las tarjetas gráficas se estabilice, que falta hacía.
Como ha venido bien la caída experimentada por Bitcoin o el desplome sin precedentes de LUNA; como ha venido bien el reventón que han dado plataformas como Celsius o el más reciente, mediático y truculento caso de FTX y Sam Bankman-Fried, el aún más reciente descalabro que en estos momentos está protagonizando el gigante Binance…
Y no digamos ya el hundimiento nada sorprendente por otro lado, que están teniendo los NFT que muchas empresas e ‘influencers’ han intentado inflar de precio para timar a quien se dejara. Son muchas las inversiones de miles e incluso millones que ahora no valen nada o casi nada. Y todo ha venido muy bien, sí, aunque no lo haya hecho para todo el mundo.
No me entiendas mal: si tienes un Bitcoin, sigues teniendo un tesoro, pero la situación se estaba desmadrando y se hacía necesario un golpe de realidad como el que ha habido este 2022.
Intel vuelve al mercado de las gráficas dedicadas
Es la noticia tecnológica más destacada del año para Eduardo Medina.
Más de dos décadas después de su primer intento fallido, Intel ha lanzado, por fin, la “primera” generación de sus gráficas dedicadas. Esta noticia es importante sobre todo en términos de competencia, ya que NVIDIA disfruta de un dominio excesivamente cómodo viendo que Radeon no consigue remontar, ni siquiera dar alcance en muchos aspectos.
Sin embargo, la realidad es que la primera generación de gráficas Intel Arc, a pesar de haber cumplido más o menos en cuanto a tecnologías y hardware, ha tenido un estreno muy empañado por unos drivers iniciales que estaban en un estado lamentable y que todavía tienen mucho que mejorar.
De hecho, el estreno de las primeras gráficas Intel Arc ha sido tan calamitoso que solo han cumplido a la hora de ejecutar OpenGL sobre Linux. A la inmadurez del software hay que sumar la apuesta por D3D9On12 para renderizar las instrucciones Direct3D 9 sobre Direct3D 12 en lugar de ofrecer soporte nativo. La decisión de Intel es acertada si vemos que es posible hacer el proceso de traducción con una pérdida de rendimiento irrisoria y no solo eso, sino que además se abre la puerta a mejorar el rendimiento en casos específicos y a resucitar algunos títulos antiguos que no funcionan sobre Windows 10 u 11.
Sin embargo, D3D9On12, que procede de la mismísima Microsoft, ha demostrado ser un traductor mediocre, por lo que Intel ha tenido que recurrir a DXVK para salvar el soporte de Direct3D 9. Para los que no lo sepan, DXVK es un traductor que renderiza las versiones 9, 10 y 11 de Direct3D a Vulkan y es parte de la capa de compatibilidad Proton, por lo que también es una de las partes esenciales de SteamOS 3 y la Steam Deck. A pesar del paso de las décadas, Microsoft sigue siendo la misma de siempre, una compañía capaz de lo mejor y lo peor, y en este caso ha sido humillada por DXVK, un desarrollo que ha partido de la ingeniería inversa.
Pero posiblemente el mayor obstáculo al que se enfrenta Intel son unos usuarios que están demasiado acomodados a NVIDIA y Windows, combinación que funciona realmente bien. Ese no es el caso de Linux, sistema en el que el driver de NVIDIA llega a dar muchos problemas por la negativa del gigante verde a ofrecer soporte a través de la pila estándar. En consecuencia, los usuarios que más pueden ganar con las gráficas Intel Arc son los de Linux, pero en total estos son demasiado pocos como para mantener en pie la división. Intel y AMD soportan sus gráficas a través de la pila estándar de Linux, por lo que ofrecen mucha más compatibilidad y por ende muchos usuarios de ese sistema las prefieren a menos que trabajen con inteligencia artificial o con edición de vídeo profesional, sectores en los que NVIDIA es claramente la reina.
En resumidas cuentas, y viendo que Radeon es un quiero y no puedo, la vuelta de Intel al mercado de las gráficas dedicadas es una gran noticia para los usuarios, pero convencer a los que están acomodados a NVIDIA va a ser una tarea muy difícil.
Nuestro mundo se asienta sobre un pilar de silicio
Es la noticia tecnológica más destacada del año para Isidro Ros.
La crisis de los semiconductores nos dio una dura dosis de realidad. El silicio se ha convertido en el oro del siglo XXI, y es que los chips juegan un papel tan importante en nuestra sociedad que, a día de hoy, están presentes en cosas que hace unos años nos habrían parecido impensables. No exagero, los chips están en todas partes, desde una simple lavadora hasta un coche de nueva generación, pasando por ordenadores, relojes inteligentes y cualquier tipo de dispositivo móvil mínimamente avanzado.
Cada vez utilizamos más chips, y por tanto la demanda de estos es cada vez mayor. Para fabricar semiconductores es necesario contar con maquinaria muy cara, y se utilizan procesos muy complicados que requieren de un gran talento humano y de una formación muy específica, lo que hace que al final sea algo que no está al alcance de cualquiera, y que no podamos pasar a fabricar muchos más chips de la noche a la mañana.
Pensad que esto es algo tan complejo que ni siquiera China, con los enormes recursos de los que dispone, ha sido capaz de independizarse tecnológicamente de gigantes como TSMC. Otros países como Rusia están intentando avanzar en el desarrollo de semiconductores, pero en el mejor de los casos dicho país podría llegar en 2030 al nivel que TSMC tenía en 2015.
Esa mayor demanda de chips también se ha traducido en un encarecimiento de los nodos de fabricación y de las obleas de semiconductores, una realidad que al final está haciendo que buena parte de la tecnología de consumo resulte cada vez más cara de desarrollar y de producir. Si a esto unimos los periodos de escasez y el hecho de que la demanda será cada vez mayor la conclusión que podemos sacar es muy simple, nuestro mundo depende del silicio, de los semiconductores, y la importancia de los grandes jugadores del sector no hará más que crecer en los próximos años, tanto que es probable que su importancia estratégica se dispare a niveles que hoy en día nos parecerían propios de una película de ciencia ficción.
No te engañes, sin semiconductores no existiría el mundo que conocemos.
España se convierte en una región cloud
Esta es la noticia tecnológica más destacada del año para Rodolfo de Juana.
2022 será recordado porque las grandes empresas tecnológicas decidieron abrir enormes centros de datos en nuestro país. Los conocidos como grandes hiper-escalares, AWS, Google y Microsoft decidieron que había llegado el momento de que las empresas españolas pudieran competir en igualdad de condiciones con respecto a otras en terrenos como latencia, disponibilidad del dato y cierta…¿privacidad?
La región de AWS en España acaba de inaugurarse en Aragón y permitirá que los clientes de la compañía puedan ejecutar cargas de trabajo y almacenar datos en España. En su desarrollo se ha empleado una parte de los 2.500 millones de dólares que Amazon tiene pensado invertir en España a lo largo de los próximos 10 años.
Antes de eso, Microsoft se aliaba con Telefónica, para construir su propia región y así ofrecer sus servicios de cloud inteligente, desde Microsoft Azure hasta Microsoft 365 o Dynamics 365, a sus clientes nacionales desde el país. En verano veíamos cómo Google hacía lo propio y poco después, también Oracle e IBM. España, pues, se pone a la altura de las economías más desarrolladas y a partir de ahora serán las empresas las que decidan cómo quieren que sea este viaje.
Se lanza el programa Kit Digital
Es la noticia tecnológica más destacada del año para Verónica Cabezudo Rey.
Durante todo el año no hemos cesado de oír hablar del Kit Digital y los Fondos Europeos. Un programa que, si no parece que haya tenido el éxito esperado, sí que debería verse como una oportunidad de mejora para la mayor parte del tejido empresarial español, en general, y el sector tecnológico, en particular.
El programa Kit digital, impulsado a través de Red.es, está poniendo foco en la digitalización de empresas por debajo de 50 empleados, es decir, pequeñas microempresas y autónomos. Para ellas, se plantea una subvención para su digitalización, desglosada en diferentes categorías como presencia web, comercio electrónico o facturación y en tres convocatorias que se han ido lanzado progresivamente.
Las expectativas del programa fueron altas en sus primeras fases. El sector tecnológico esperaba aumentar su negocio entre un 5 y 15% y se volcó de lleno en esta oportunidad a la que se han adherido más de 9.300 digitalizadores. Mientras desde Red.es aspiraban a alcanzar a un millón de pymes y autónomos. Para ello, se disponía de un presupuesto de algo más de 3.000 millones de euros provenientes de los Fondos Europeos NextGenerationEU.
La realidad, sin embargo, ha puesto de manifiesto que volvemos a ser un país lleno de burocracia donde casi siempre es complicado que las ayudas lleguen en tiempo y forma. De hecho, muchos agentes digitalizadores han desestimado entrar en el programa ya que le aporta más desventajas que beneficios.
Pese a que en algunas provincias como Madrid, el 45% de las pymes han solicitado el bono digital, lo cierto es que el número de negocios solicitantes está muy lejos de los objetivos marcados. En septiembre solo se habían presentado 69.700 solicitudes, de las cuales tan solo el 30% contaban con el dinero para comenzar a trabajar.
Aunque el programa Kit Digital estaba lleno de buenas intenciones, no parece que su resultado vaya a ser la gran digitalización de la mayor parte del tejido empresarial que se buscaba ni el gran incentivo tecnológico para impulsar nuestro I+D. Y volvemos a la casilla de salida ¿Habremos aprendido la lección?