Una tarde de febrero de 2022, cuando Andrea Redondo escribió las primeras líneas de su nuevo libro, Inversión en criptomonedas (Editorial Conecta), un bitcoin tenía un valor de 44.000 dólares. Ahora, recién publicado el manuscrito, el bitcoin se cotiza a menos de la mitad –20.000 dólares–, pero la visión de Redondo sobre cómo las criptomonedas pueden revolucionar el mundo se mantiene intacta.
Trece años después del nacimiento de bitcoin, tanto la pionera como las miles de criptomonedas que la han seguido generan atracción y desconfianza a partes iguales. En España, por ejemplo, sólo un 12 % de los jóvenes de entre 18 y 29 años –el público cripto principal– ha invertido algún dinero en esta moneda digital, según se desprende de la Encuesta de Educación Financiera Funcas 2022. Por este motivo, entrevistamos a Andrea Redondo, creadora de elclubdeinversion.com, para saber cómo debe uno iniciarse en el mundo cripto, qué riesgos y estafas esconde, cuál es la criptomoneda más fiable o cuál es la mejor estrategia para invertir en ellas y alcanzar la independencia financiera, o, simplemente, sacarse unos eurillos.
–Un ciudadano que no tiene ni idea de inversiones, ¿por dónde debe empezar si quiere invertir en criptomonedas?
–La gente se deja llevar por lo que oye en el supermercado y lo que le dice su peluquero. Y, cuando te dejas llevar por el ruido del mercado, suele ser el peor momento para invertir. La solución para evitarlo es entender en qué consiste esa inversión, entender los activos.
–Llegar a entender cómo funcionan las monedas digitales no es nada sencillo…
–Es cierto que el de las criptomonedas es un mundo complejo al que la gente llega movida por la rentabilidad, pero, al final, se quedan por la tecnología. Lo interesante de la blockchain o cadena de bloques –sistema informático formado por una red de computadoras que administra una base de datos protegida por criptografía y funciona de manera descentralizada– es que hay una tecnología subyacente que tiene un potencial increíble. Hasta que no conoces la tecnología que hay detrás, puedes invertir, pero no entenderás por qué dicen que el bitcoin puede llegar a valer 100.000 euros o un millón de euros.
–¿Es la criptomoneda más segura en la actualidad?
–Sin duda.
–Entonces, ¿bitcoin es la más aconsejable para iniciarse?
–Sí. Bitcoin y etherum. Y también algunas monedas estables pueden estar bien para principiantes porque son interesantes para generar ingresos pasivos. Al final, tienen el mismo valor que la moneda fíat –dinero al uso–, pero en vez de ofrecerte un 0,5 % en el banco tradicional, te ofrecen un 5-6 % aunque el mercado sea bajista.
–También decían que bitcoin era el oro digital, pero en 2022 el oro ha subido de valor y se mantiene como valor refugio, mientras que bitcoin y etherum se han desplomado…
–A mí me cuesta decir que bitcoin es un valor refugio. Creo que puede llegar a serlo, por cómo está compuesto, pero está sujeto a los ciclos del mercado. El oro también, pero, a diferencia del bitcoin, es muy poco volátil. Con el bitcoin, en un día, ves grandes cambios. Sí se puede considerar un valor refugio tecnológico, pero con cuidado. No podemos comparar un activo que lleva 13 años con otro que lleva miles y miles de años. Yo no lo pondría a la par que el oro.
–¿Cuál tiene un mayor margen de crecimiento? De rentabilidad a corto plazo…
–Es difícil decirte sólo una. Hay tantas… Etherum tiene un buen equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Es de código abierto y ahora es mucho más escalable. Tiene más potencial que bitcoin. Habrá otras con una mayor rentabilidad, pero también con un riesgo superior.
–¿Son inversiones de alto riesgo?
–Sí. En su conjunto, sí. Es riesgo alto. Y por ende la rentabilidad puede llegar a ser muy alta. En el mundo de las criptomonedas se dice: “estoy ganando un 10 %”. Y se refiere a un 10 % mensual. Cuando en el mundo de las inversiones tradicionales se refiere a una rentabilidad anual. Es para gente con una tolerancia al riesgo elevada y un perfil inversor más agresivo.
–¿Quién invierte en criptomonedas en España?
–A día de hoy, el inversor tipo español tiene menos de 30 años, pero cada vez hay más personas mayores interesadas. En el último evento que organicé vi que había tanto hombres como mujeres, cuando mi público suele ser, sobre todo, masculino. Entre ellos, había jóvenes de 21 años, pero también gente de 40, 50 e incluso alguno de más de 70 años. Incluso los grandes fondos de inversión, que hasta hace poco eran reacios, se han dado cuenta de que no es sólo especulación, sino que hay una tecnología detrás que tiene mucho valor.
–¿Es un tipo de inversión muy de nicho? ¿Sólo para expertos? ¿Elitista?
–No, no es una inversión sólo para expertos. La inversión en sellos, en monedas de oro, o en vino, por ejemplo, requiere de más conocimientos. Invertir en cripto es mucho más accesible. Basta con abrir una cuenta en un bróker, en un Exchange –espacio virtual de intercambio de dinero por criptomonedas–, y operar con el móvil o el ordenador. Este es el peligro que tiene: es tan fácil que se mete todo el mundo sin saber lo que están haciendo. Ahí es cuando cometes errores o empiezas a comprar cuando no es el momento. Todo el mundo puede hacerlo, pero hay que entender y ser coherente.
–Hay que ser cauteloso…
–Algunos de mis competidores más jóvenes me dicen: “yo hago un all in y meto todo mi capital en criptomonedas”. ¡No! ¿Puede llegar a ser el futuro? Sí, pero a día de hoy no deja de ser un segmento muy pequeño. ¿Cuánto sería aconsejable invertir en moneda digital? Yo lo que hago es invertir entre un 5 % y un 10 % de mi patrimonio. Y, los más arriesgados, a lo mejor pueden subir hasta un 20 %. Más allá de eso, no, porque son activos muy volátiles y no se sabe dónde pueden llegar por la falta de regulación. Hay que ir con cautela.
–¿Cuál es la última criptomoneda en la que ha invertido?
–Pues ahora lo que he hecho es reforzar posiciones en las que ya tengo, que son las principales. Y luego tengo Polygon y Chainlink, que están en el top 20 y son proyectos que creo que pueden tener potencial cuando el mercado dé la vuelta.
–Desmonte un mito sobre la moneda digital…
–Que todas las cripto son iguales. Se habla de las criptomonedas, pero hay cuatro categorías. La primera es bitcoin, por cómo está constituida. Luego están las altcoins. Pero aquí habría dos subcategorías: etherum, por un lado, y después todas las demás. Una tercera categoría serían las monedas estables, sobre las que todavía hay mucho desconocimiento. En mayo, cuando cayó Terra, la gente empezó a entender que las monedas estables sólo son estables de tanto en tanto. Y la cuarta, que son las memecoins o shitcoins, que son pura especulación y yo no entro ahí. Cada cripto es diferente y no se invierte igual en todas. Hay que medir mucho el riesgo.
–“Invierte sólo en lo que conoces”, decía Warren Buffett, pero conocer el mundo cripto es muy complejo…
–No hace falta tener conocimientos avanzados. Simplemente ojeando el libro, ya tienes las herramientas básicas: cómo detectar las estafas, cómo no dejarse llevar por el FOMO (Fear of missing out, miedo a perderse algo). En cuando a la tecnología, no hace falta que te leas el White paper de bitcoin. Con que sepas qué es el Stock-to-flow model, qué es una billetera fría, qué es una billetera caliente, por qué es importante poner a salvo las criptomonedas. Para dar los primeros pasos, con esto basta. Si te vas a otras cripto de menor capitalización, la altcoins, eso ya requiere mucho más conocimiento.
–Entonces, ¿la única estrategia de inversión en criptomonedas accesible al común de los mortales es el comprar y esperar?
–Sí, pero con el matiz de no sólo hacer HODL –comprar y esperar que suba de valor–, sino combinarlo con las compras promediadas, que se pueden automatizar. Así, cuando bajan, como ahora que estamos en fase bajista, puedes comprar y acumular posiciones a un precio muy barato, de tal modo que cuando suba amplifiques las ganancias. Si compras y no haces nada más, se suele vivir mucho peor. La gente que se mete sin saber cómo funciona, al ver que puedes perder un 70%, les da un patatús. Hay otra estrategia muy sencilla, dentro de la generación de ingresos pasivos, que es el lending: prestar tus criptomonedas a cambio de un interés.
–Ponerse a minar bitcoins es una estrategia que requiere de mucha dedicación…
–La minería, con el precio de la energía por las nubes, no tiene ningún sentido. Vas a pagar más por la energía de lo que sacarás con las criptomonedas. Comprar un equipo –ordenadores– para minar y competir con los profesionales igual te cuesta 10.000 o 15.000 euros. No es accesible.
–El bitcoin y la minería que conlleva contaminan más que países enteros, ¿es ético animar a la gente a invertir en bitcoins en plena crisis del cambio climático?
–Es un tema complicado. Sí, estamos en una crisis de cambio climático, pero, por ejemplo, las cripto han ayudado a hacer donaciones a Ucrania de una forma mucho más rápida. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Etherum ha migrado recientemente de Proof of work a Proof of stake, que es mucho más sostenible y ya se han reducido un 90 % las emisiones de CO2. Habrá una tendencia a minimizar el impacto medioambiental, pero bitcoin no creo que cambie de modelo porque ya está muy arraigado. Aunque también es cierto que ya se han minado un 91 % de los bitcoins que se van a emitir. Todo lo que puede aportar bitcoin supera con creces el gasto energético.
–Volviendo a las estrategias de inversión: para el trading tampoco te da la vida…
–Hay dos maneras de hacer trading: el manual y el automatizado. El automatizado, que funciona con ordenadores (bots) que hacen el trabajo por ti, está muy de moda. Pero yo lo he probado y no tiene ningún sentido. Te dicen que es totalmente pasivo, pero has de mirar que no se salgan de los rangos, ajustar las líneas… Además, hay una cosa que nunca te cuentan, y es que has de comprar parejas de criptomonedas. No sólo una. Puede que el bot funcione muy bien, pero si una de las dos cripto se revaloriza o se devalúa respecto a la otra, el bot puede haber ganado dinero, pero si se devalúa más, tú inversión en su conjunto tendrá pérdidas. Y eso amén de las casi 20.000 operaciones que hizo el bot durante los 10 meses que lo tuve abierto. Para declarar eso, tela marinera. No tiene sentido.
–También hay muchas estafas…
–A mí me pasa mucho, como víctima, que algunos usuarios se hacen pasar por mí en Instagram. Te copian los contenidos, ponen un nombre muy similar al de tu cuenta, escriben a los seguidores y les ofrecen un 8 % si inviertes en tal sitio. Y la gente nueva, que no me conoce, cae, les da las claves, pensando que soy yo, y nunca más vuelve a ver el dinero. Hay mucha gente que cae en esto, pero si investigas un poco, te das cuenta. Por otro lado, hay estafas de phishing: te copian las contraseñas y te roban el dinero.
–La CNMV investigará a los influencers que recomiendan inversiones cripto… ¿Qué riesgos conlleva?
–Hay dos tipos de influencers: los que se llevan una comisión de la plataforma y los que lo que hacen es, de manera ilegal e inmoral, hablar de un proyecto en el que ellos han invertido antes, siguiendo esquemas Pump and Dump (hinchar y abandonar). El influencer mete dinero, la gente confía en él y también invierte, sube el precio del criptoactivo en cuestión, el influencer vende, y como tiene muchas posiciones porque compró barato, se desploma el precio y los seguidores se encuentran atrapados en un activo que vale menos y que tal vez no pueden vender. Es bastante habitual y me parece acertado que la CNMV lo persiga.
–¿Pueden llegar a desaparecer las criptomonedas?
–Sí, pueden llegar a desaparecer. Igual que han llegado, se pueden ir. Distinguiría entre altcoins –etherum y el resto–, donde se hará una purga y sólo quedarán las buenas; bitcoin no creo que lo haga porque el tema de la descentralización es su característica principal y hace que a los usuarios les interese que perdure. Además, es muy difícil, para los estados regular y detener el bitcoin, que ha llegado para quedarse.
–La UE ha aprobado las bases de la Ley Mica para regular las criptomonedas, una regulación que puede ir en detrimento de la privacidad de los usuarios de bitcoin, por ejemplo…
–Cuando la gente gana dinero en bolsa, le parece normal tributar por eso. Mientras que en cripto, no. Dicen: “Este dinero es mío, no le voy a dar nada a Hacienda“. ¿Por qué si son inversiones? Hay una escuela que dice: “Uso esto por la descentralización y quiero anonimato“. Es respetable, pero luego se pueden utilizar las criptomonedas para actividades delictivas. Aunque también ocurre con el dinero fíat. Existe esta cultura, de la cual no formo parte. Yo estoy tranquila con la forma en que utilizo el dinero y no tengo problema en que el Estado sepa cuándo creo una cuenta. Es difícil encontrar un equilibrio justo entre privacidad y dar a la gente lo que quiere.
–“No parece impensable que ciertos estados prohíban el uso de las cripto”, escribe en el libro, lo que conllevaría la pérdida del capital invertido por parte de los ciudadanos… ¿Es ético animar a la gente a invertir en un producto financiero tan arriesgado?
–Algunos estados prohíben la minería por los recursos que requiere. En China prohibieron los exchanges centralizados, pero los que están en la nube son complicados de controlar. Al final, siempre hay maneras de acceder, y los estados se darán cuenta de que es una realidad y tendrán que adaptarse. Porque, si no lo hacen, la gente se marchará. El Salvador y Dubái atraen miles de millones de dólares en inversión porque ofrecen un ecosistema favorable a las cripto.