Este domingo, Dani Mateo regresa a Vitoria para compartir, sobre el escenario de la sala Jimmy Jazz, su nuevo monlogo, ‘Por qu no te callas?’
Vitoria – En la pequeña pantalla no para. Lleva años con la agenda sin huecos entre la televisión y la radio, sin perder de vista su faz de actor. Pero eso no significa que no siga fiel a su labor como humorista. Dani Mateo presenta este día 5 ¿Por qué no te callas?, una nueva propuesta que compartir con el público que se acerque a la sala Jimmy Jazz. Todavía queda alguna entrada disponible. Las puertas se abrirán a las 18.00 horas y está previsto que la actuación arranque a las 19.00 horas.
Con la cantidad de trabajo que tiene, cualquier persona podría preguntarse qué necesidad tiene de meterse en más historias y salir de gira con un nuevo monólogo.
–(Risas) Cualquier persona sensata pensará eso. Pero es que esto de la comedia no es para gente sensata. Si te digo la verdad, no sé qué responderte. Pero no me pasa solo contigo. Es que mi pareja me hace la misma pregunta. ¿Pero a qué vas? ¿Por qué no descansas? No sé. Siento como una obligación de seguir trabajando el monólogo. Ahí empecé y no me tengo que olvidar de ello. Yo sigo siendo cómico de stand up, monologuista, y tengo que seguir trabajando esa faceta. Bueno, y también es un placer. Subir a un escenario, ver a la gente, sentir su reacción, las risas, es como una mezcla de necesidad y de placer. Es la ocasión de probar tus chistes, de ver si tu material es bueno. En televisión sí hay cierta improvisación pero bueno, hay un guión. Aquí no, aquí estás solo ante el peligro. Y yo no sé responderte a la pregunta, solo te puedo decir que no lo puedo evitar.
Pero lleva ya unos cuantos años en esto, desde los tiempos de ‘ Noche sin tregua’, por ejemplo. ¿Cómo hacer para que crear humor no se convierta en algo, por así decirlo, funcionarial, para no caer en la repetición y, sin embargo, encontrar nuevas chispas?
–Teniendo referentes. Para mí, ver el último monólogo de Ricky Gervais, o encontrarme con algunos de los nuevos cómicos que están saliendo, o ver a Louis C.K., aunque ahora mismo no se pueda hablar de él, me motiva. Cuando veo a Ricky Gervais veo como un camino y pienso: es por aquí. Si él, que es multimillonario el hijo de puta, se vino a España, que yo fui a verle, a probar su texto con otros cómicos, arriesgándose a no gustar y a comerse una mierda cuando podría estar en su casa tomando un vino de 5.000 euros, yo tengo que saber que el camino, como te decía, es por ahí. Más allá de eso, este trabajo no lo puedes hacer en plan funcionario. Le estás pidiendo a la gente que pague por verte. Eso no se pide en otro trabajo. En otro trabajo, ofreces algo. Dices: págame por una barra de pan y te la llevas. Aquí no, aquí te pagan por verte y para que les cuentes algo. Claro, tienes que forzarte para contar cosas interesantes y diferentes. También te digo, que igual toda esta respuesta es una forma de justificarme y en realidad hago esto solo por el dinero. Ojo (risas).
¿En ‘¿Por qué no te callas?’ qué se va a encontrar el público?
–Lo que ya no pongo en Twitter (risas). A la mierda tío, ya solo hablo a los míos, que les den por culo a los demás. Ya está. Sí. Es mi mierda, son mis chistes, me voy a reír del coronavirus, de Dios, de la muerte y de todo. Este domingo vamos a hacer chistes de cosas que ofenden al Señor. El que paga por verme, yo sé que ese tío es mi amigo. Y como estamos entre amigos, nos vamos a partir la polla. Eso es. De hecho, incluso es algo terapéutico. Si no lo saco, reviento.
Pero así la lista de ofendidos puede ser tremenda.
–Ya, pero hay una condición indispensable para acudir, aunque no lo hemos puesto en el cartel. Nadie puede decir absolutamente nada de lo que yo cuento en el escenario. Es un contrato tácito que tengo con los espectadores. Casi es una actuación clandestina.
Por cierto, ¿por qué el título? ¿Un homenaje al emérito?
–Por supuesto que primero porque es un homenaje a ese gran ser humano, a ese referente en lo ético y moral que es el Rey de España. Yo siempre he sido muy monárquico y quiero que quede claro. Ese hombre se lo merece todo, lo que ha robado y más (risas). Pero aparte de eso, es que creo que es la primera frase que yo escuché de pequeño. Siempre he sido un bocazas. He hablado más de lo que debería. Y en esta vida, la mejor idea que puedes tener es hablar de menos y no de más. Si puedes callar, calla.
Te buscas menos problemas, eso es así.
–Pero vamos, cómo lo sabes. Además, la gente cree que eres más inteligente. Mira en el teatro, el personaje que siempre despierta más interés entre el público es el que no habla. Pero yo siempre he sido todo lo contrario. Y claro, en mi casa: Dani, cállate. En la tele: Dani, cállate. En Twitter: Dani, cállate. Ante eso, yo me pregunto cada día: Dani, ¿por qué no te callas?. Además, como te decía, en el espectáculo toco temas que no se deben tocar, que no es bueno. ¿Y por qué lo hago? Porque soy gilipollas. Pero es mi manera de entender la risa. Yo me río con los cómicos que se la juegan, que se suben a un escenario y se ríen de los temas de los que no te puedes reír, de los que la gente de bien dice: hombre, por favor, este tema no se toca porque es un tema que duele. Pues precisamente. Para que no duela, cogemos esa distancia, nos separamos de la emoción y nos reímos. Eso es terapéutico, aunque no lo entienda todo el mundo. Por eso más de uno dirá: ¿por qué no te callas, imbécil?. Bueno, uno, porque me pagan. Y dos, porque hay otros en la sala. Somos muchos y dejadnos en paz.
Después de estos dos años largos de pandemia, ¿nos ha cambiado el humor?
–No. O por lo menos yo no lo he notado en las actuaciones que he hecho. Aquí tenemos una resiliencia de la hostia. En este país somos de aguantar. Es una de las cosas que más me enorgullece de mi país. Las putadas que la gente aguanta aquí y encima con una sonrisa son algo increíble. Además nos reímos y hacemos chistes. Si te vas al humor español de toda la vida, ves que ahí hay resiliencia. Los carnavales de Cádiz, el humor manchego, Berlanga y mil ejemplos más te dicen: vamos a reírnos de las desgracias porque no las vamos a poder evitar. La gente es sabia. Sabe que le va a pasar lo mismo llore o ría. Pues mejor reír. Bueno, por lo menos así piensa la gente con la que yo me junto, cuidado, que de todo hay en la viña del Señor. l
“Es una de las cosas que más me enorgullece de ?este país: las putadas ?que la gente aguanta y encima con una sonrisa”
“Me río con los cómicos ?que se la juegan, que se suben a los escenarios ?y se ríen de los temas de ?los que no te puedes reír”
“Yo siempre he sido muy monárquico y quiero que quede claro. El emérito ?se lo merece todo, lo ?que ha robado y más”