El exvicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Alberto Lamagna salió al cruce de las declaraciones del Secretario de Energía Nuclear del gobierno de Cambiemos, Julián Gadano, quien cuestionó el acuerdo con China para la creación de la cuarta central nuclear del país (Atucha III) y defendió el convenio que alcanzó el gobierno de Alberto Fernández con el gigante asiático. Además, analizó el riesgo nuclear en Ucrania por el ataque de Rusia.
La confrontación entre el Gobierno y la oposición está vez se trasladó a la arena del sector nuclear, cuando el macrismo duro del Congreso hizo foco en el avance de las gestiones entre la energética estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC). Ambas, firmaron el contrato para la construcción de Atucha III, un reactor de 1.200 megavatios eléctricos (Mwe) que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha de la localidad bonaerense de Lima y que supondrá una inversión de U$S 8.300 millones.
De acuerdo con los cronogramas previstos, las obras de construcción comenzarán a fines del 2022 y requerirán la creación de más de 7.000 empleos y una integración aproximada del 40% de proveedores nacionales.
-El macrismo salió a cuestionar el acuerdo con China para la construcción de la cuarta central de Atucha y habló de “desfalco”, ¿subyace un antagonismo de modelos energéticos en esa crítica?
–La construcción y financiación de Atucha III se viene discutiendo de manera afirmativa desde 2010. En ese sentido, podría decirte que ya es una política de Estado porque los tres presidentes desde esa fecha a la actualidad, asesorados por el staff científico-técnico de la Comisión Nacional de Energía Atómica, por el de Nucleoeléctrica Argentina SA y por el cluster de empresas pymes tecnológicas del país, apoyaron siempre el acuerdo con la empresa China National Nuclear Corporation (CNNC). China es el único país que financia la construcción en Argentina.
-¿Qué opina de las declaraciones del exsecretario de Energía Julián Gadano, quien habló de parálisis casi total de proyectos nucleares claves como el reactor CAREM durante los primeros dos años del gobierno de Alberto Fernández?
–Para hablar o no de una parálisis de un proyecto se debería analizar los montos de inversiones a lo largo de los años. En muchos proyectos, como el CAREM, RA- 10 y Medicina Nuclear, los presupuestos subieron hasta un 400 %. En el caso particular del CAREM, el gobierno actual aumento sustantivamente la curva de inversión porque es uno de los proyectos prioritarios del Plan Nuclear Argentino. De hecho, la gran apuesta del mundo de la generación de energía eléctrica para mitigar el calentamiento global es el uso de energía nucleoeléctrica producida por los llamados SMR y para Argentina es una gran oportunidad para exportar reactores CAREM en su versión comercial aumentando sustancialmente el ingreso de divisa por exportaciones y al mismo tiempo cambiando su perfil exportador hacia una mayor cuota industrial de alta tecnología.
-Gadano sostuvo que el acuerdo con China está “flojo de papeles” y le apuntó al costo inicial de instalar una central de la característica de Atucha III ¿El retorno de ese costo está contemplado en el acuerdo que tiene encaminado el Gobierno con la empresa china CNNC?
–La construcción de Atucha III, que está previsto comenzar a fines de 2022, implica una inversión de 8.300 millones de dólares. Además, involucra la creación de 7.000 empleos directos y la integración aproximada del 40% de empresas, en su mayoría pymes nacionales, como proveedoras. La negociación de los contratos con la CNNC datan de hace casi 12 años. Entre estos está el contrato de la transferencia de tecnología para la fabricación en nuestro país de elementos combustibles nucleares. El acuerdo con bancos comerciales chinos permitirá la financiación del proyecto. El retorno de la inversión se hará con el pago de la tarifa de venta de energía eléctrica y se debería estimar como impactara en los PBI futuros del país con la mejora tecnológica de la pymes que participaran en el proyecto. Esto ya sucedió con empresas que participaron en la construcción de las otras Centrales Nucleares Argentinas, porque el hecho de calificar como empresa proveedora de calidad nuclear les permitirá acceder a otros mercados globales de alta tecnología aumentado nuestras exportaciones. En un modelo de desarrollo de país, Atucha III es un excelente negocio.
-¿Argentina puede afrontar el escenario energético de las próximas décadas desestimando la apuesta por grandes reactores como el de Atucha?
–El escenario energético global cambio en el último mes y todavía no está claro cuándo y cómo se estabilizará producto de la guerra Rusia y Ucrania. Hay analistas económicos que creen que las importaciones de gas llegarían a U$S 5000 millones y, por otro lado, el precio del barril de petróleo está oscilando en U$S 100. En ese nuevo contexto de precios, se debería analizar la ecuación económica financiera de las inversiones de grandes centrales nucleares. Este nuevo escenario también favorece más aun los proyectos de pequeñas centrales modulares. Hay una gran oportunidad de empezar lo antes posible el proyecto del CAREM en su versión comercial de manera asociativa pública-privada. Es importante tratar este tema en el corto plazo, porque lo más importante en estas tecnologías son los recursos humanos.
-La apuesta por el uso de las energías renovables entraron en retroceso durante la guerra entre Rusia y Ucrania para los países que estaban apostando a cambiar la matriz energética, como Alemania ¿Este escenario revalorizó la importancia de la energía nuclear?
–Hay un cambio de escenario en los mercados energía porque hay acomodamientos geopolíticos importantes. En esa reconfiguración, Alemania anunció el cierre de tres plantas nucleares y la extensión de vida útil de otra planta nuclear. Además, a principio de año, la Unión Europea propuso que a sus estados miembros que reconoce la energía nuclear como verde al menos hasta 2045. Bruselas lanzó su polémica propuesta para clasificar a la atómica y al gas como fuentes de energía necesarias para la transición hacia una generación sin emisiones de CO₂.
-En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, ¿cómo se opera geopolíticamente para prevenir un accidente nuclear?
-En Ucrania hay operativas 15 plantas de generación nucleoeléctrica y no se puede descartar un accidente nuclear ya sea que de manera intencional o por error. Sin embargo, las centrales nucleares están preparadas con un edificio de contención muy robusto, una estructura de hormigón y acero, construida para encerrar en su interior a un reactor nuclear de manera de prevenir la liberación de material radiactivo al ambiente exterior. Desde el punto de vista geopolítico, hay que diferenciar dos cuestiones: la esencia y funciones que tiene el Organismo de Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el rol que está cumpliendo Rafael Grossi, en carácter de director General de dicho Organismo.