Reuters.- En la frontera de Estados Unidos con México, funcionarios estadounidenses están permitiendo que los ucranianos que huyen de la invasión rusa ingresen a su país y permanezcan ahí por un año sin temor a ser deportados, según varios testimonios.
Ucranianos dijeron a Reuters que pasaron por un puesto de control en la norteña ciudad fronteriza mexicana Tijuana esta semana y les fue otorgado permiso para permanecer en Estados Unidos hasta 2023.
Un exfuncionario de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), que está informado sobre el tema, dijo que las autoridades estadounidenses estaban otorgando permisos de ingreso por razones humanitarias de un año a los ucranianos.
CBP y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), que supervisa la agencia fronteriza, no respondieron a solicitudes de comentarios. DHS ha dicho en el pasado que todos los permisos de ingreso en la frontera son revisados caso por caso.
Los ucranianos dijeron haber viajado a través de una serie de países para llegar a Estados Unidos, donde esperan encontrar refugio, quedarse con familiares o reconstruir sus vidas.
Alex Mak, un ucraniano de 24 años que se negó a dar su nombre completo, relató que los funcionarios estadounidenses pusieron un sello en su pasaporte que le autorizaba a quedarse un año.
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“Es una situación complicada. Tu vida simplemente se detiene”, dijo el martes a Reuters mientras esperaba bajo el sol en Tijuana su turno para cruzar la frontera a Estados Unidos. “No puedes planificar el trabajo debido a la guerra, y no tienes trabajo, no puedes trabajar”.
Mak recordó cómo debía regresar a Kiev el 25 de febrero de un viaje a Uganda, pero sus amigos le aconsejaron que no lo hiciera tras el inicio de la acometida bélica rusa.
Más de tres millones de ucranianos han huido de los combates, según Naciones Unidas, y la mayoría ha encontrado refugio en los países vecinos. Al menos 310 han llegado a Tijuana por vía aérea este mes, informó Jesús Ruiz, delegado del gobierno mexicano para el estado Baja California.
La frontera entre Estados Unidos y México ha sido cerrada para la mayoría de los solicitantes de asilo en virtud de una política emergida tras la pandemia de coronavirus, pero los ucranianos ucranianos narraron que se movieron al frente de una fila de migrantes que esperaban presentar sus solicitudes a las autoridades fronterizas.
Reuters vio a más de dos docenas de ucranianos ingresar a Estados Unidos entre martes y miércoles.
“Quiero protección temporal”, aseveró Mak. “Hasta que termine la guerra. Sé que no quiero ser un refugiado”.
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Un grupo de legisladores demócratas instó este mes al presidente estadounidense, Joe Biden, a aumentar las admisiones de refugiados y permitir que los ucranianos con familiares en el país ingresen más rápido con permiso humanitario.
“Un milagro”
Vira Krasiuk, quien huyó con su familia de la sitiada ciudad ucraniana Mykolaiv, dijo que algunos rusos en el cruce fronterizo de Tijuana le dijeron que sus compatriotas tendrían prioridad para ingresar a Estados Unidos si mostraban sus pasaportes.
Krasiuk relató que los ataques militares rusos el primer día del conflicto estaban tan cerca de su casa que la familia podía escucharlos. Reuniendo algunas pertenencias, ella, su esposo y su hija viajaron primero a Moldavia, luego a Rumania antes de llegar a México en avión.
“Mis padres se quedaron”, se lamentó.
Después de ser interrogados por funcionarios de inmigración estadounidenses, la familia pudo ingresar a Estados Unidos. Un sello del DHS en su pasaporte decía “PAROLED” con una fecha escrita a mano que estipulaba que podía permanecer en el país durante un año.
Krasiuk recordó cómo un funcionario llevó a su familia a San Ysidro, del lado californiano de la frontera, les devolvió los pasaportes y les brindó buenos deseos, diciendo: “Todo lo mejor”.
México también ha registrado un aumento de inmigrantes rusos que huyen de su tierra natal en medio de las crecientes tensiones. Además de los rusos, testigos de Reuters vieron en la frontera a mexicanos y colombianos que buscaban asilo y que fueron rechazados.
Maryna Sokolovska, una ciudadana estadounidense que salió de Ucrania con su prima y el hijo de esta última, llevó a su familia a Estados Unidos después de una odisea que los llevó por Polonia, Croacia, Hungría, Amsterdam y Ciudad de México y luego Tijuana.
“Se sintió como un milagro que después de cuatro horas, nosotros, incluido un bebé, pudiéramos entrar”, dijo Sokolovska, de 35 años, quien cobija a sus familiares en Estados Unidos.
A la madre y al niño también se les dio permiso para quedarse durante un año bajo permiso humanitario, dijo Sokolovska, una dentista que dirige una compañía de producción de videos de Beverly Hills.
Sokolovska agregó que viajó a Lviv, en el oeste de Ucrania, para buscar a sus familiares cuando el esposo de su prima fue a luchar y el área en la que ella vivía fuera de Kiev fue atacada por las fuerzas rusas.
“Fue una locura, tenía tanto miedo”, añadió Sokolovska sobre su prima. “Ella estaba diciendo que se habían quedado sin comida”.
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