Rusia y Ucrania se mostraron optimistas previo a otra ronda de negociaciones el miércoles, incluso cuando las fuerzas de Moscú lanzaron ataques contra Kiev y otras ciudades importantes en un intento de acabar con la resistencia que ha frustrado las esperanzas del Kremlin para una victoria rápida.
En tanto, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, dio un discurso por video ante el Congreso de Estados Unidos, donde mencionó los ataques a Pearl Harbor y los del 11 de septiembre de 2001, pidiéndole a los estadounidenses más armas y sanciones más duras contra Rusia, señalando: “Los necesitamos ahora mismo”.
Mientras el avance terrestre de Moscú hacia la capital ucraniana sigue estancado, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Sergey Lavrov dijo que ambas partes estaban “discutiendo seriamente” dar un estatus militar neutral a Ucrania, mientras que Zelenskyy dijo que las exigencias de Rusia para poner fin a la guerra se estaban volviendo “más realistas”.
Los habitantes de Kiev se resguardaron en sus hogares y en refugios en medio de un toque de queda implementado en toda la ciudad que termina hasta el jueves en la mañana. En tanto, Rusia siguió atacando distintas zonas en la ciudad. Un edificio de apartamentos de 12 pisos en el centro de Kiev se incendió luego de ser impactado por metralla.
En la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol, un ataque aéreo ruso destruyó un teatro donde cientos de personas estaban refugiadas, informó el ayuntamiento de la ciudad. De momento no se tenían noticias sobre si había muertos o heridos.
Además, 10 personas fallecieron mientras estaban formadas para comprar pan en la ciudad norteña de Chernihiv, informó la fiscalía general ucraniana.
La presión internacional sobre Moscú sigue aumentando y su aislamiento se agravó luego de que el Consejo de Europa, de 47 naciones miembros y el órgano de derechos humanos más importante del continente, expulsó a Rusia. Además, la Corte Internacional de Justicia le ordenó dejar de atacar a Ucrania, aunque no había muchas esperanzas de que los rusos hicieran caso de ello.
El presidente ruso Vladimir Putin dijo que el operativo en Ucrania se está desarrollando “exitosamente, en estricta conformidad con los planes previamente aprobados”, y criticó las sanciones de los países de Occidente contra Moscú. Acusó a dichas naciones de tratar de “presionarnos, de convertirnos en un país débil y dependiente”.
Las esperanzas de que se produjera un progreso diplomático para poner fin a la guerra recibieron un impulso luego de que Zelenskyy reconoció el martes que es poco probable que Ucrania logre su objetivo de unirse a la OTAN. Desde hace tiempo, Putin ha señalado que las aspiraciones de Ucrania para ser miembro de la OTAN son una amenaza para Rusia.
Lavrov celebró el comentario de Zelenskyy y dijo que en las conversaciones con Ucrania está surgiendo un “espíritu empresarial”, que “da esperanzas de que podamos llegar a un acuerdo sobre este asunto”.
“Se está discutiendo seriamente un estatus de neutralidad en relación con las garantías de seguridad”, declaró Lavrov el miércoles a la televisora rusa RBK TV. “Hay fórmulas concretas que, desde mi punto de vista, están cerca de ser pactadas”.
El negociador ruso, Vladimir Mendinsky, dijo que se estaba valorando un compromiso para que el ejército de Ucrania en el futuro fuera más pequeño y no alineado.
Sin embargo, las perspectivas de avances diplomáticos eran muy inciertas por las diferencias entre la exigencia ucraniana de retirada total de las fuerzas invasoras y las sospechas de que Rusia pretende reemplazar el gobierno de tendencia occidental en Kiev por otro afín a Moscú.
El asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, negó las afirmaciones de Rusia sobre que Ucrania estaba dispuesta a aceptar un modelo de neutralidad comparable al de Suecia o Austria. Podolyak afirmó en Telegram que Ucrania necesita aliados poderosos y “garantías de seguridad claramente definidas” para mantenerse a salvo.
Otro tema álgido es el estatus de Crimea, una península ucraniana que Rusia se anexó en 2014, y la región controlada por separatistas de Donbás, en el este de Ucrania y que Rusia reconoce como independiente. Ucrania considera que ambos son parte de su territorio.
Ante el Congreso estadounidense, Zelenskyy dijo que Rusia “ha convertido el cielo ucraniano en la fuente de la muerte de miles de personas”.
El presidente estadounidense Joe Biden no ha hecho caso a las peticiones de Zelenskyy de enviar aviones de guerra a Ucrania o establecer una zona de exclusión aérea sobre el país por el peligro de desencadenar una guerra entre Estados Unidos y Rusia.
La guerra ha provocado que más de 3 millones de personas huyan de Ucrania, de acuerdo con un estimado de las Naciones Unidas. La ONU reportó que se ha confirmado la muerte de más de 700 civiles, pero que es probable que la cifra real sea mucho mayor.
El director del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, llegó a Ucrania para tratar de obtener un mayor acceso para los grupos de ayuda y aumentar la protección de los civiles.
En medio de la amplia crisis humanitaria causada por la guerra, la Cruz Roja ha ayudado a evacuar a civiles de las zonas sitiadas y ha entregado 200 toneladas de ayuda, como suministros médicos, mantas, agua y más de 5.200 bolsas para cadáveres para ayudar a “garantizar que los muertos sean tratados de forma digna”.
Ninguna parte del país ha sufrido tanto como Mariúpol, donde las autoridades locales dijeron que los ataques con misiles han causado la muerte de más de 2.300 personas. La ciudad sureña de 430.000 habitantes ha estado bajo ataque durante casi todas las tres semanas de guerra en un asedio que ha dejado a la gente luchando por comida, agua, calefacción y medicinas.
Las autoridades locales dijeron que las fuerzas rusas tomaron a cientos de personas como rehenes en un hospital de Mariúpol y que las estaban utilizando como escudos humanos.
Los cadáveres han sido enterrados en trincheras en Mariúpol, y más cuerpos yacen en las calles y en el sótano de un hospital.
Utilizando la linterna de su teléfono para iluminar el sótano, el doctor Valeriy Drengar quitó una manta para mostrar el cuerpo de un infante de 22 días de edad. Otros cadáveres envueltos también parecían ser niños, por su tamaño.
“Estas son las personas que no pudimos salvar”, comentó.
Cerca de 30.000 personas lograron escapar de la ciudad el martes en miles de vehículos y a través de un corredor humanitario, informaron las autoridades de la ciudad.
Pero ante la imposibilidad de que la ayuda humanitaria llegue en medio de los constantes cañonazos, la gente quema trozos de muebles para calentarse las manos y cocinar los pocos alimentos que aún quedan.
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Periodistas de The Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho.