Dos amigos con un mismo diagnóstico médico que trataron con cannabis, crearon su propio emprendimiento del uso medicinal con esta planta. Se trata de Greenlab, que busca potenciar los beneficios y propiedades del cultivo con la fabricación de derivados.
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La licencia para producir la obtuvieron hace un año y ya cuentan con un cultivo ubicado en Boyacá. Desde allí producen aceites de CBD y productos de salud y belleza para sus clientes.
Portafolio habló con Juan Manuel Téllez, uno de los fundadores de Greenlab, quien le reveló a #EmprendeYAprende los secretos de su emprendimiento y de potenciar la planta de cannabis en el país.
¿Qué trae de innovador Greenlab?
Quisimos buscar otras alternativas con las criptomonedas. Hace poco surgieron unos activos digitales que se llaman NFT, que tomaron mucha fuerza, especialmente en Estados Unidos. Con ellos se puede vender en un mercado secundario logrando que se valorice la inversión inicial. Entonces, vimos esto como una oportunidad y quisimos unir estos dos mundos: el cannabis medicinal y los activos digitales.
Lo que hacemos es relacionar un NFT con una planta de cannabis medicinal. Es decir, que cuando una persona compra un NFT de nuestra colección, sembramos una planta, la cual convertimos en un producto de cannabis medicinal y se lo entregamos a los coleccionistas.
La colección de obras de arte digitales fue diseñada por un artista colombiano, Julián Majín, que tiene como temática principal los viajes al espacio en los que la planta de cannabis es la protagonista. SpaceResistance, el nombre de la colección, busca el mensaje: a pesar de las restricciones que le pongan en la Tierra a la planta, esta no va a dejar de crecer para beneficiar a miles de personas.
Y no podría haber otro escenario mejor para hacerlo que uno de los sitios más icónicos y representativos: Times Square. El pasado 26 de febrero, el mundo fue testigo del lanzamiento de la colección en Nueva York, siendo la primera empresa colombiana de cannabis en hacer un lanzamiento de este tipo.
¿Cuál ha sido el impacto del emprendimiento a nivel social y económico en Colombia?
En nuestro caso, no solo se trata de la conformación del equipo de trabajo de Greenlab, sino también de las oportunidades que estamos llevando a las familias del campo colombiano. De hecho, decidimos dejar un porcentaje de las utilidades para repartirlo entre todos los trabajadores de nuestro cultivo. Nuestra meta es tecnificar el campo, mientras generamos desarrollo sostenible y nuevos empleos.
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Sumado a esto, los beneficios de nuestros productos de cannabis medicinal impactan positivamente a los consumidores del país, especialmente en su salud.
¿Cuáles son los retos de emprender en Colombia?
Levantar el capital para iniciar no es una tarea fácil. Además de esto, en la industria del cannabis, especialmente, se presentan dos retos más. Primero, el difícil acceso al sistema financiero tradicional, actualmente solo el Banco Agrario y el BBVA abren cuentas bancarias después de un largo proceso. Y segundo, hay diferentes entidades que no están articuladas e intervienen en las regulaciones, entonces esto hace que obtener una licencia tome más tiempo y sea un proceso dispendioso.
¿Cómo han logrado solventar estos obstáculos?
El objetivo de la empresa es desarrollar productos de cannabis medicinal que generen valor y lleguen a ser competitivos en el mercado internacional. Por eso, hemos sido muy juiciosos a la hora de estructurar el plan financiero de la empresa como una visión a largo plazo, con el fin de generar confianza en los inversionistas.
También frente al reto de que las empresas de cannabis tienen bastantes restricciones para entrar al sistema financiero tradicional, ahora estamos enfocados en SpaceResistance, el nuevo proyecto de la empresa.
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¿Qué buscan en sus empleados a la hora de contratar? ¿Cuál es la prioridad?
Estuvimos buscando diferentes lugares para instalar nuestro cultivo. Visitamos un pueblo en Boyacá que se llama Tuta, nos encantó el lugar y la gente porque son muy trabajadores. Están acostumbrados, toda su vida, a trabajar el campo y la experiencia que han tenido en cultivos previos es grandiosa. Son personas que quieren aprender y eso es lo que buscamos: gente que quiera aprender y, a la vez, darles una oportunidad laboral con salarios competitivos y prestaciones sociales.
También tenemos un porcentaje destinado de las utilidades que se reparte entre todos los trabajadores. Estamos generando un desarrollo en esta comunidad. Por el momento, tenemos 8 trabajadores directos y a medida que la empresa vaya creciendo, vamos a generar más empleos. Alrededor del proyecto se generan muchos empleos indirectos, como en las construcciones de los invernaderos, transporte, alimentación y demás.
¿Qué no puede faltar para emprender en Colombia?
Ser muy organizado a la hora de la planificación del proyecto para ver diferentes escenarios y tener en cuenta algunas alternativas. Si bien es cierto que las empresas con el tiempo se van modificando, es necesario hacer un estudio juicioso al comienzo de emprender con los objetivos que se quieren lograr. No emprendan no solo porque quieran ganar plata, sino porque tienen un motivo o un propósito que les da esa emoción que genera el hacer lo que a uno le gusta.
No es lo mismo hacer un emprendimiento netamente por el dinero, porque a largo plazo eso no va a funcionar. Es mucho mejor hacerlo por motivos reales y que le apasionen.
¿Cuál es el futuro de los emprendedores en Colombia?
En los últimos años, cada vez vemos más emprendedores jóvenes. A mí la verdad me emociona porque son personas que desde que están estudiando en el colegio o en la universidad ya tienen un negocio que van sacando adelante. Eso con el tiempo les va dando mucha más cancha.
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Es una tendencia que se está viendo en los últimos años en Colombia. Además, con todo el tema de la pandemia y la virtualidad, muchas personas han tenido que modificar sus negocios, traerlos al mundo digital y cambiar sus formas de operar de forma rápida y efectiva. Hemos visto que nuevas empresas salen con nuevos productos o innovación en sus procesos. Colombia se está convirtiendo en uno de los referentes y por eso han llegado capitales extranjeros importantes para invertir en emprendimientos en el país.
¿Qué sería si no fuera emprendedor?
Yo trabajé mucho tiempo para una empresa, pero era el típico trabajo de 8 a.m. a 5 p.m. y no era tan emocionante como lo es ser emprendedor. Esto trae retos cada día, te pone a pensar en innovar y a diferenciarse de la competencia. Es ese trabajo creativo que tal vez no está tan presente en los trabajos tradicionales. Si no fuese emprendedor, estaría en un trabajo que probablemente no estaría disfrutando.
SILVIA VIVIANA GÓMEZ Y MARIANA GUERRERO
PORTAFOLIO