“Aquí se holdea con cojones”. Wall Street Wolverine tiene 190.000 seguidores y es uno de los influencers más conocidos en España dentro del ecosistema de las criptomonedas. Es también el que anima a sus seguidores a holdear “con cojones”. Si no los tienes, ya sabes donde está la puerta. O, como dice él en su descripción de Twitter, “esto es el mercado, amigo”. Si soy una mujer y quiero invertir en criptomonedas, no me siento especialmente bienvenida. Ojalá se pueda holdear al mismo nivel con ovarios y con menos testosterona.
Las criptomonedas están en plena expansión, también los canales de YouTube que dan consejos sobre cómo invertir. Se ha popularizado el concepto de los criptobros, el nombre en clave de los inversores de las criptodivisas. Algunos influencers y comunicadores son reconocidos como “vendehumos” y como poco expertos en el tema. También como peligrosos por las consecuencias que pueden tener sus consejos para las personas sin muchos conocimientos. Pero es un hecho que muy pocos de estos influencers y youtubers de criptomonedas son mujeres. Ni tienen un lenguaje que invite a las mujeres a formar parte de su comunidad.
Algunos utilizan un lenguaje como Wall Street Wolverine y apelan a la masculinidad y al concepto de macho para invertir con un riesgo alto. Podríamos llamarlos criptomachos. No es un fenómeno nuevo ni está limitado al mundo de las criptomonedas. De hecho, el sector de las inversiones nos ha dejado capítulos parecidos. Podemos recordar, como ejemplo, la película de El Lobo de Wall Street y esas conversaciones de machos. Esos, además, tenían poco escrúpulos.
En los canales de criptomonedas, ‘son todo chicos’
A Laura Lozano, algunas de las conversaciones que ve dentro del mundo cripto le recuerdan a esta película protagonizada por Leonardo DiCaprio. Es cofundadora de la startup Skirion Enterprises y lleva el tiempo suficiente dentro de este ecosistema como para no reconocer la existencia de los criptomachos. Lozano empezó a invertir en cripto hace muchos años junto a su pareja y sabe que la manera de informarse sobre cómo hacerlo es, en muchos casos, a través de los canales de YouTube.
“Sorprendentemente, son todo chicos y los que les hacen las preguntas también son chicos. Y hablan de colegueo, como si hablaran con sus amigos en un grupo”, explica a Hipertextual.
Al final, continúa, te acostumbras porque es una práctica muy generalizada; también porque quizá no te queda más remedio. A pesar de que cada vez hay más interesadas por invertir en criptomonedas, ese interés no se refleja en un aumento de canales de YouTube llevados por mujeres. Están, por ejemplo, los canales de de Audrey Millán (Lobostrader) o Tech con Catalina.
Sin embargo, Laura Lozano subraya que muchos de los hombres que están presentes en redes sociales para informar sobre criptomonedas no utilizan un lenguaje específico con el objetivo de discriminar a las mujeres. “Como son mayoría, se retroalimentan entre ellos y utilizan el lenguaje que les motiva. Y para el creador de contenido, al final cuantos más seguidores tenga más dinero ganará”, comenta.
Los referentes femeninos brillan por su ausencia
Un estudio de 2021 realizado por eToro LTd arrojó que las mujeres representan el 15% de los inversores de criptomonedas. Es un porcentaje que va subiendo cada vez más pero que todavía tiene un gran camino por recorrer para empezar a igualarse con el de los hombres. Una explicación a este fenómeno puede ser la educación financiera que reciben las mujeres. Al respecto, Lozano apunta que el problema viene de raíz. “Si a la chica le dicen que es una princesa y al chico un campeón, mal vamos. También es importante que en el colegio empiecen a hablar de criptomonedas. Poner ejemplos de mujeres, ya sean científicas o inversoras en cripto. No hay referentes femeninos”.
Laura Lozano tiene muchas amigas que le preguntan sobre las criptomonedas y, cuando ella les explica en qué consisten y su funcionamiento, se interesan. Al final, el miedo a meter la pata les frena a la hora de invertir y la falta de educación empeora todavía más este problema. Silvia Rivela, directora de DOWE y cofundadora de Female Startup Leaders, apunta al estereotipo de que las mujeres tienen más miedo a invertir y a tomar riesgos financieros. “Habrá mujeres que no se quieran arriesgar. Eso también se puede trasladar al ecosistema emprendedor. La mujer se dice que cuando emprende, toma decisiones de manera más segura y menos arriesgada. Creo que no tiene que ver con la educación pero sí con que pensamos las cosas dos veces”, reflexiona Rivela.
En este contexto, también puede tener una influencia la creencia de algunas personas de que las criptomonedas son un esquema piramidal. Tampoco ayudan muchas historias de personas que han perdido miles de dólares. Seguramente por seguir los consejos de alguno de los cientos de influencers o youtubers “vendehumos”, la máxima expresión de una estrategia publicitaria muy invasiva.
Eso no significa que no sea fácil adentrarse en un mundo que parece, de puertas afuera por lo menos, dominado por hombres. Para obtener conocimiento es necesario encontrar a gente que lo transmita. “Si lo que te encuentras son cromañones, que hablan sin respeto, no invita nada a la conversación. Es un monólogo en lugar de un diálogo”, lamenta.
TikTok se nutre de ‘criptobros’
Hay algunas mujeres con canales de YouTube en los que hablan de criptomonedas. Pero son un número ínfimo en comparación con los youtubers hombres. Las dos inversoras en criptomonedas con las que ha contactado Hipertextual están también presentes en canales de Telegram centrados en cripto. La dinámica se repite. También en TikTok. Es en esta plataforma donde quizá abundan más los vídeos de los llamados criptobros y también donde conviven muchos criptomachos.
Un vídeo de TikTok fue precisamente el centro de la polémica en redes sociales por un tema relacionado con las criptomonedas. Un usuario de la plataforma daba consejos a las chicas (no tenemos constancia de alguna mujer se lo pidiese) para gustar más a los chicos. La clave, al parecer, está en que si el hombre que nos gusta está hablando de algo por lo que siente pasión, le dejemos hablar aunque nosotras también sepamos de eso. “Para que se sienta útil”. Y continúa: “Por ejemplo, si el tío te está hablando de criptomonedas y también controlas, no intentes decirle que esto o lo otro es mejor, dile ‘cuéntame más de la cripto’, hazle sentir útil. Le vas a gustar más, no nos gustan nada las sabelotodos”.
La mayoría de respuestas están en contra de este “consejo”. Por desgracia, no todas las respuestas.
Tampoco faltan comparaciones al estilo de “las criptomonedas son igual de complicadas que las mujeres”. Podemos cambiar criptomonedas por inversiones o por tecnología y tampoco estaríamos tan alejados. Porque, al final, los patrones se repiten. Si hace años el sector de las inversiones estaba claramente dominado por los hombres, el muy nuevo mundo de las criptomonedas sigue el mismo camino. Y hasta en el de internet. José Luís Cáceres, director de marketing de Bit2Me, comparó lo que ocurre con la adopción de internet, que pasó al principio por una larga época de desigualdad en lo que a usuarios se refería. “Al final, cuando una cosa se hace masiva se vuelve más igual para todos”, apunta en entrevista con este medio.
Criptomonedas, la entrada a un nuevo mundo
Desde la plataforma de gestión de criptomonedas son testigos de la diferencia en el número de mujeres y hombres inversores. En su caso, el 80% de los clientes son hombres, el 20% mujeres. Además de los aspectos que comentaban Laura Lozano y Silvia Rivela, como la educación financiera y una mayor precaución a la hora de invertir, Bit2Me también hace referencia a la brecha salarial. Al final, es la pescadilla que se muerde la cola y que pone a muchas mujeres en la cola de entrada al mundo cripto.
Sin embargo, José Luís Cáceres ve las criptomonedas como una puerta de entrada a un nuevo mundo y también a nuevos modelos de negocio por descubrir. El índice de inversores de criptomonedas sigue siendo muy incipiente y la esperanza es que cada vez más personas estén interesados en descubrirlo. También mujeres, por supuesto.
En este sentido, el reto se suma al que ya existe desde hace años en el mundo tecnológico: falta de mujeres en puestos directivos y también una búsqueda de talento en puestos técnicos. Desde Bit2Me piden todos los estímulos posibles para que las mujeres estudien carreras técnicas y todas las facilidades que sean posibles para que se favorezca la entrada de mujeres a empresas tecnológicas.
Wall Street y el ‘dinero sucio’
Los espacios para que las mujeres puedan formarse son imprescindibles para acabar con ese gap que sigue azotando a la comunidad tecnológica y, específicamente, al mundo de las criptomonedas. Mientras, algunas mujeres se están convirtiendo ya en referentes en este sector y pueden convertirse en un ejemplo a seguir para las que vendrán.
El ecosistema no dista de la situación de un sector financiero, aunque las criptomonedas no están reguladas, al puro estilo Wall Street. Documentales como Dinero Sucio (Inside Job) pusieron en evidencia un sistema de corrupción cuya máxima esencia está en Wall Street; y cuyos comportamientos machistas dejan una huella en un sector también dominado por hombres.
Pero, en cierto modo, ese machismo que se ve en algunos canales de TikTok puede tener incluso un mayor impacto. Al final, son miles de vídeos los que circulan por esta red social y que no solamente transmiten una imagen llena de testosterona, también conductas machistas. Un contenido que se visualiza por millones de personas en todo el mundo y que tiene una influencia inmensa.
El sistema cripto, ¿por la diversidad?
El problema no se limita a España o Latinoamérica, también a Estados Unidos, uno de los mercados más activos en lo que a criptomonedas se refiere. Es allí donde también están naciendo iniciativas llevadas por mujeres para crear espacios en los que puedan discutir o informarse sobre este tema. La clave puede estar en perder el miedo a preguntar, a parecer que no se tiene ni idea de un tema en un canal o comunidad donde todo el mundo parece experto. Si encima es un mundo de rodeados de hombres, no parece fácil. Por eso, proyectos como Boys Club, del que informó la revista Vox recientemente, es el lugar idónea para atraer a las “criptocuriosas“.
El ecosistema de las criptomonedas también pasa por mundos paralelos como el blockchain y los NFT. La muy comentada Web3. En el artículo de Vox, se plantea la pregunta de si sería necesaria la creación de una Web4 con un sistema más comprometido con la diversidad, la inclusión y la igualdad. Y que tenga, de paso, una menor huella de carbono. “O conocer mejor a los criptobros de las finanzas y ganarles en su propio juego”, plantea la revista. Por ahora, quizá sea necesario crear espacios en los que todos puedan sentirse bienvenidos.
Las criptomonedas pueden ser algo distinto
Angela Ocando tiene mucha esperanza al respecto. Es la directora de la Escuela de Bitcoin y Blockchain en Platzi, una plataforma latinoamericana de educación en línea. Desde Colombia explica a Hipertextual que es innegable la enorme brecha que existe en el mundo tecnológico, pero que el mundo blockchain puede ser algo distinto.
“Al ser global y descentralizado es un lugar seguro para que, además de ser un escenario diverso, cada vez más mujeres puedan ser parte y partícipes de los cambios venideros”. A diferencia de las instituciones o servicios financieros tradicionales, continúa, “Bitcoin no mide género, aspecto o quién eres”.
Por ahora, los estudios todavía ponen a las mujeres por detrás de los hombres en lo que a inversiones se refiere, aunque hay otros que apuntan a un interés que no hace más que crecer. En este contexto, los esfuerzos educativos como el curso de Platzi que dirige Angela Ocando son clave para informar y aportar “un granito de arena para que las mujeres apuesten por blockchain como tecnología”.
“De hecho, estudios demuestran cómo las mujeres respecto a los hombres hemos tenido mejores resultados o retornos de inversión en el tiempo. Y si bien Blockchain es mucho más que dinero y especulación, nos muestra cuánto interés hay en cambiar las reglas, el curso de la historia y comenzar a tener papeles más protagónicos“.
Angela Ocando