EXCHANGES Y READECUACIONES
Al igual que muchos otros bancos centrales del mundo, el Banco Central (BC) de Chile está analizando la conveniencia de emitir una moneda digital de banco central.
“En nuestro caso estamos en una etapa inicial de evaluación y todavía no se ha tomado ninguna decisión. Estamos trabajando en un reporte que esperamos presentar a fines de abril de este año. El tema involucra a muchas otras instituciones públicas y privadas. La idea es, a partir de ese reporte, generar una conversación con todos los stakeholders y después de eso analizar la conveniencia de avanzar en algo más concreto y en cómo hacerlo”, explica a AméricaEconomía Alberto Naudon, consejero del Banco Central de Chile.
La meta que reconoce el instituto emisor, más que contrarrestar las criptomonedas, es aprovechar al máximo las posibilidades que traen las nuevas tecnologías.
“En Chile, al igual que en muchos otros países, la pandemia aceleró la digitalización del comercio, lo que hace más urgente abordar el tema. El tema de las criptomonedas tipo bitcoin es una arista del problema, pero me atrevería a decir que, al menos desde el punto de vista de los pagos, no es uno de los más importantes. Lo que nos interesa es velar porque el o los nuevos sistemas de pagos que se desarrollen sean eficientes, inclusivos, robustos y que no generen costos relevantes en otras áreas de la economía. Emitir un peso digital puede ser una manera de lograr esos objetivos, aprovechando al mismo tiempo las ventajas de las nuevas tecnologías”, asegura Naudon.
Pero, como en muchas otras áreas, los detalles importan y bastante.
“[Todo] está todavía en una etapa muy inicial, y solo en el escenario de tener acceso a una billetera digital en los bancos centrales, puede haber beneficios, también problemas políticos, pero siempre vamos a depender de un ente centralizado, entonces yo preferiría algo descentralizado” declara Walter Bazán.
Su crítica se refiere al poder que llegará a tener cada banco central con esta moneda –y por ende cada gobierno– sobre sus ciudadanos. Algo que a Rafael Pérez también le inquieta.
“Depende de quién sea el Banco Central que estemos hablando, con respecto a estas monedas. Y depende del país, porque no basta la tecnología. Si el país es un desastre, como Venezuela, da lo mismo, aunque le pongas la mejor tecnología”, sentencia el CEO de E-digital.
Por eso, Naudon aclara que, para lograr una inclusión verdadera, un respeto a la privacidad de los datos y evitar malos usos de las nuevas tecnologías, hay que generar un diseño adecuado.
“El rol que el Banco Central y los privados tendrían en un futuro esquema de peso digital es algo que hay que discutir, pero mi impresión es que el rol de los privados será importante, porque la aceptación de cualquier dinero depende de la confianza en que se mantenga su valor, algo que es trabajo del BC, pero también de que las personas lo encuentren conveniente de usar. El sector privado es mucho más experto que los BC en diseñar soluciones atractivas para los usuarios. Hay que aprovechar esa capacidad”, precisa el consejero del Banco Central chileno.
Solucionar estos problemas no es menor, porque el factor de éxito de una moneda digital será, además de la adopción y la seguridad de las transacciones locales, que sea intercambiable, es decir, que permita comprar otras monedas, como dólares.
Eso crearía más negocios de exchange, de compra y venta de monedas. “Nacerían bolsas de US$-crypto y de pesos chilenos-crypto, y podrías mandar pesos a cualquier parte del mundo, aunque probablemente el 99,9% de las transacciones sean dentro del territorio chileno porque es donde sirve la divisa local”, aventura Guillermo Torrealba.
Pero al tener ese poder de intercambio, siempre está el riesgo de que se prefiera monedas digitales más estables, advierte Gregorio.
“Llegado un escenario en el que todos los países comienzan a emitir dinero digital, lo que debiera pasar es que una de las monedas digitales, seguramente el e-dólar, o el yuan digital, o alguna moneda importante, pasen a ser el tipo de cambio oficial del mundo”, advierte.
Entonces, para los expertos, todo de nuevo desemboca en las criptomonedas y sus ventajas actuales.
“Existiendo dinero digital de fácil acceso es probable que las personas prefieran comprar “e-dólares” y no “e-pesos”, y si no ocurre sería un fracaso tener una moneda digital que no pueda intercambiarse con otra. De hecho, actualmente en los mercados que son competencia del e-money ya ocurre, con las criptomonedas, pues no tienen territorio de referencia y se pueden intercambiar con otras”, sentencia Gregorio.
“Nada será tan seguro como bitcoin. La única moneda realmente segura es aquella que nadie controla, y la única que nadie controla es bitcoin, todas las demás son vulnerables al estado político del país”, considera Torrealba.
“Como decía [el economista estadounidense] Hyman Minsky, ‘todo el mundo puede crear dinero…el problema es que se acepte’”, concluye Naudon.
Crédito fotos: Xinhua, Reuters.