Leylah Fernández y Sara Sorribes, primera y cuarta mejor sembradas respectivamente en el Abierto GNP Seguros de Monterrey, disfrutan del trato de la gente en México y del apoyo que les dan los fans; además, su cercanía con el idioma les hace elegir este torneo sobre otros de los que pudieran escoger en el calendario. Pero no es lo único, el certamen dirigido por Hernán Garza está en el estima de diversas de las tenistas top 20 y 50 del circuito por su cercanía con el torneo de Indian Wells, además de los esfuerzos en las negociaciones que hace la organización para atraerlas.
Todas las jugadoras top 30 del circuito de la WTA tienen la obligación de entrar a los torneos mandatory, o reglamentarios, entre los que se encuentran certámenes como Indian Wells, Miami o Madrid. A los torneos WTA 1000 o WTA 500, las tenistas se inscriben porque les conviene la cantidad de puntos que reparten y la bolsa económica que se ubica por encima de los 700,000 dólares según el sitio de la WTA. Sin embargo, en los torneos WTA 250, como el Abierto de Monterrey, la organización requiere de darles un incentivo económico para atraer a jugadoras de un alto nivel.
Tanto en WTA como en ATP el factor económico juega un rol importante para contar con jugadores interesantes en el cuadro principal. Además de la bolsa de premios, que en esta edición del Abierto de Monterrey es de 235,000 dólares, 27,000 menos que en el torneo de Zapopan que le precedió, los dueños de los eventos negocian con las jugadoras para que accedan a competir en sus torneos.
Estos son un tipo de contratos extraoficiales, es decir, “que no anuncia propiamente la WTA, pero se sabe que las organizaciones de los torneos platican y llegan a un acuerdo económico con los y las jugadoras para que participen en sus torneos (…). Sobre todo cuando entras en la disputa con otro de la misma categoría o una superior que se juega en la misma semana, la mejor manera que tienen para competir es con el dinero”, explicó a este diario Rodrigo Camacho, periodista deportivo en Multimedios.
A lo largo de su historia, el Abierto de Monterrey ha tratado de contar con tenistas dentro de las mejores 20 del mundo e incluso top 10. La alemana Angelique Kerber ha sido la tenista de mayor cartel que ha asistido al torneo cuando en 2017 ostentaba el número uno del mundo; también asistió a México en 2013 como número seis y en 2019 como número cuatro. Otra tenista de alto calibre fue Garbiñe Muguruza, quien en 2018 era la número tres del ranking de la WTA.
Entre las tenistas que se presentaron en su momento en Monterrey como top 10 están la ucraniana Elina Svitolina en 2020, la serbia Jelena Jankovic en 2010 y 2011 y la polaca Agnieszka Radwanska en la primera edición del torneo (2009).
En el actual certamen, la mejor sembrada es Svitolina que tras la última actualización ocupa el puesto 15 de la clasificación, sin embargo, días antes del arranque se dieron de baja por lesión Emma Raducanu, número 13 y reciente campeona del US Open, y Anastasia Pavlyuchenkova, número 14 y que en cuatro ocasiones levantó el trofeo en Monterrey. Únicamente en la edición de 2012, 2015 y 2021, el torneo mexicano no convocó a tenistas ubicadas dentro de las mejores 20.
¿Cómo se llevan a cabo las negociaciones para que asistan al torneo campeonas de Grand Slam?
“Es una labor de trabajo e insistencia. Desde que terminó el US Open nos propusimos tener a Emma y Leylah, las finalistas. Dio la casualidad que Leylah Fernández fue la campeona del año pasado, vino a defender sus puntos y Emma fue su competidora en el US Open”. dijo Hernán Garza en entrevista con El Economista.
En ocasiones, los organizadores de los torneos en México se coordinan para que estas jugadoras de buen cartel accedan a venir a México, Emma Raducanu se presentó en Jalisco una semana antes.
“Tenemos una gran relación con los directores del Abierto de Zapopan, hay una gran amistad y siempre estamos en contacto para apoyarnos, les conviene a ellos, a nosotros, al torneo y al país, que vengan jugadoras de altura”, dijo el director del Abierto de Monterrey.
Además del factor económico, Monterrey es una plaza privilegiada por su cercanía en calendario y geográfica al WTA 1000 de Indian Wells, en California, uno de los torneos mandatory que se celebra la semana posterior al Abierto GNP.
“Como preparación funciona muy bien. Hay jugadoras que vienen de disputar el torneo de Doha, de jugar prácticamente del otro lado, entonces, más allá de que pudieran jugar por el título o no, es una muy buena preparación entrar en competencia antes de llegar a Indian Wells y terminar de prepararse por completo”, dijo Camacho.
Svitolina, Fernández, Sorribes, Madison Keys, Camila Osorio, Petra Martic, Magda Linette, Sloane Stephens, Ajla Tomljanovic, Yuliya Putintseva, Rebecca Peterson, Beatriz Haddad Maia y Anastasiya Potapova se encuentran entre las jugadoras confirmadas para el torneo de Indian Wells.
El ingrediente adicional es el recibimiento del público y de la organización, una parte con la que las jugadoras se sienten satisfechas.
“No diría sólo de Monterrey, México creo que tiene algo especial, la forma de tratar, la gente, son adorables y en especial con los latinos un poquito más por el habla que creo que ayuda. Creo que todas las jugadoras se sienten muy a gusto y eso es lo que les hace venir, sin duda”, dijo Sara Sorribes.