Son varias las ‘diosidencias’ que han acompañado, últimamente, la vida de Draco Rosa. Fue en el 2019 cuando compró algunos ‘juguetes’, como él mismo dice, para su finca, lugar en el que, además de vivir, ofrece un espacio de meditación y descanso. Aquellos ‘juguetes’, inesperadamente, terminaron convirtiéndose en la fuente de inspiración sonora de ‘Sound Healing 1:11’, su más reciente álbum, con el que se dedicó a sentir, fluir y sanar mientras trabajaba en él desde ‘Monte Sagrado Reserve’, a las afueras de San Juan, en Puerto Rico. El pasado sábado 26 de febrero, sobre el medio día, en el Parque de los Novios de Bogotá, el músico dedicó una parte de su tiempo a estar presente, con sus seguidores, en una sesión de meditación guiada por el sonido de las 11 canciones que componen su disco.
En una entrevista para Infobae Colombia, el artista reveló algunas particularidades de lo que fue la creación de este nuevo compilado de temas y de las expectativas que tenía de regresar a la capital colombiana.
Vestido de blanco, y usando un sombrero tipo pesquero, Draco inició sus ejercicios de yoga, ubicado al lado izquierdo del escenario (desde la vista de los espectadores) que dispuso la organización del festival Colombia Al Parque. Allí, siguió juiciosamente las instrucciones de Silvia Uribe, instructora de aquella disciplina encargada de amenizar la tarde del músico y de las decenas de seguidores que se unieron a él para meditar. Hubo lágrimas, abrazos y miradas que rodearon el ambiente de una particular nostalgia y paz en el que se escuchaban cada una de las pistas creadas por el cantante estadounidense-puertorriqueño.
Dos días antes del encuentro, Draco compartió un momento de charla con Infobae. “No lo había visto así, pero es bonito que lo digas de esa manera”, inició diciendo el músico ante la primera pregunta planteada por este medio. “En algún momento hablabas de la importancia del presente, ¿Crees que este encuentro con tus seguidores, en Bogotá, haga parte de vivir en el presente, de una manera literal? ¿Lo ves así?”, inició la entrevista con el cantante recordado por su participación en la agrupación Menudo, cuando apenas era un niño.
El tiempo presente, para Draco, como lo dijo alguna vez en otra de sus tantas entrevistas, es lo único que existe. El pasado aferra y el futuro angustia.
Con un español mezclado con algunas expresiones en inglés, y antes de pedir que se explicara con mayores detalles el contenido de la pregunta, continuó su intervención ante los cuestionamientos. “Bueno no, pero es bonito verlo así, como lo mencionas. No tengo ninguna expectativa. Gracias a Dios se dio este momento, para poder congregar de esa manera. No sé qué esperar, pero ojalá que sea un momento en el que nos podamos desconectar y relajarnos un poco. Pero, no lo había visto de esa forma, qué bonito”, comentó entre risas, mientras los accesorios en su cuello y muñecas hacían ruido al gesticular.
“Nosotros hemos hecho ya algunas escuchas y ha sido una gran satisfacción. Realmente te relaja, a mi me ayudó en el proceso, a algunos familiares también, en particular la familia, los nenes, sobrinitos. Ver a un niño, de siete u ocho años, conectando de esa manera era como que ‘wow’, porque siempre están eléctricos. So (entonces), esto ha sido una linda sorpresa. En prepandemia la idea era hacer un disco y trabajar la música de esa manera pero entonces, claro, se cancela todo y bueno, nace un poco, esta cosa de ‘Sound Healing’. Un experimento, dentro de todo”, añadió.
Aunque este disco es el resultado del tiempo de quietud que trajo consigo la pandemia, este es un proceso que se remonta al año 2011, cuando fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin, enfermedad que logró superar casi siete años después, en el 2018. Empezó a buscar alternativas; opciones alejadas de la medicina tradicional. Allí se encontró las frecuencias solfeggios, en otras palabras, los también llamados ‘sonidos que curan’. Cuando se entera de que tiene cáncer de nuevo, luego de superarlo por primera vez es ese periodo de su vida, empieza a ahondar más en el tema. Hacia 2019, entonces, y como le contó a Infobae, es cuando compra sus ‘jugueticos’ que, a decir verdad, fueron adquiridos con el único fin, inicialmente, de ser usados en los encuentros que sostiene en su finca.
“Era para el yoga. Pero esto, de repente, se dio. Un par de cositas y mira, aquí estamos”, dice. No suele ver noticias, sin embargo, es consciente de su entorno, y asegura sentirse incrédulo de lo que pasa por estos días, particularmente, entendiendo el estado de paz y tranquilidad en el que se encuentra. “Tú ves guerras, hoy en día, y dices, ‘no hemos evolucionado’. No ha evolucionado la humanidad, es un desastre. Cuando estaba más chamaquito, lo veía a distancia y decía, ‘bueno, supongo que es un mal necesario’, pero, ¿hoy en día? es ridículo. Qué atraso. Estamos repitiendo”, sentenció.
Desde hace unos cuatro años, le contó a Infobae, no tiene claro que ha pasado en su vida, sin embargo, está seguro de que lo ha tratado bien. Se siente más claro ahora, sabe qué quiere y qué no. “Este negocio es difícil, aquí hay una lista de expectativas, el negocio corre como corre. Lo que está de moda, en el momento, es muy agresivo, pero eso indica un poco cómo está el mundo. Yo estoy muy contento de haber sido seleccionado. Al final del día fue como, ‘hey, toma esto’, ‘hey, te vas a tener que encontrar con Sadghuru’”, comentó. Y es que el destino es caprichoso, al igual que los planes que tiene para la vida ese mismo. Aunque Draco quiso intentar, por ejemplo, ser ‘profe’ de kundanili, el mismo camino lo direccionó por otro lado. “Es muy confuso. A veces no estoy claro. Digo, ‘me voy por acá’, pero entonces, llega, de repente, la oportunidad de colaborar con un místico que tiene dos millones de voluntarios y digo, okay”, relató.
Con ‘Sound Healing 1:11′, todo se direccionó por el sentir. Hay canciones de menos de tres minutos y otras de más de diez. Draco explicó que no le dio muchas vueltas en la cabeza a ellas y que sentía que estaban bien cuando se llenaba de satisfacción. Ahí sabía que ya era suficiente, si seguía trabajando en ellas por tiempos prolongados, probablemente, ‘las iba a dañar’. Y es que ya le ha pasado antes, por ejemplo, contó cómo a veces ha llegado a escuchar canciones de antes y se pregunta ‘¿porqué hice eso?’, con la idea en mente de que ahora haría las cosas diferentes. “A veces me puedo frustrar cuando escucho algo después de siete u ocho meses, un día random y digo ‘agh, ‘¿Qué es esto?’, pero luego digo, ‘no, no, no, estás bien’. Ahora lo tomo bien”, detalló.
Canciones como ‘Vagabundo’, por ejemplo, puntualizó en la charla con Infobae, lo han llegado a ‘poner loco’, pues hay cosas que ahora considera que pudo haber hecho diferentes, y lo hace, de vez en cuando, en sus presentaciones en vivo, sin embargo, bajo la idea presente de que algunos de sus seguidores se sienten extrañados con los nuevos arreglos y le argumentan preferir la original. “Sí, te dicen, ‘por favor, toca la canción como en el disco’ (ríe mientras los imita). Hay gente que gusta de los cambios y hay otra que no, pero bueno. Es el tema de tratar de ser auténtico una noche tras otra, es bien difícil, no quiero tener el feeling de ‘estoy aquí porque me están pagando’, por eso hay que cambiar las cosas, para uno disfrutar y también el público, ¿no? No te quieres convertir en una parodia de ti mismo, la repetición no me mata, la vida es súper corta. Mejor ser espontáneo”, reveló.
La parte audiovisual de su proyecto, por el otro lado, le contó a este portal durante la entrevista, es algo que quiere cambiar. Lo abruma la nueva forma de hacer música, bajo métodos muy alejados de los que él mismo disfruta. Recientemente destacó que sería raro volver a verlo en persona en uno de sus videoclips, por el contrario, lo que espera es poder hacer todo desde la animación. Confesó incluso que, si fuera por él, asistiría a sus entrevistas a través de un avatar. Draco tiene un alto interés, por estos días, por el metaverso.
“Hoy en día la música, muchas veces, se convierte en un meme, en un ¿Cuánto vas a enseñar de tu cuerpo? ¿Cuán vulgar vas a ser? Eso me tiene en shock. Yo quiero escuchar música. Claro, hay un performance, pero, no sé, me pierdo en este tema. Uno va envejeciendo y en un mundo que está tan pendiente del cómo te ves, si eres esto o lo otro, que si los pómulos, que si eres flaco. La música es para escucharla. Yo, cuando empecé a escuchar música, descubrí después quien era el artista. Ahora todo es personal. Es una cultura de aparentar. Entonces me gusta la idea de la ficción, de representar la música a través de mundos que no existen. La animación ofrece estos mundos, pero es costoso, estamos tratando de ver como vemos eso. Si fuera por mi, siempre animación, pero sino, no voy a tener dinerito para hacer videos”, ríe y detalla.
“Hay que ser uno con el universo. Confiar, es difícil, porque a veces te enfermas, por ejemplo, pero tienes que confiar. Es bien difícil. El universo quiere que uno triunfe. Hay que estar convencido de lo positivo en momentos terribles. Fueron varios años para llegar a este momento, en el que estoy hoy. Aunque hay cosas que no salen, lo tomo bastante bien, porque confío, porque yo sé que el universo quiere que yo esté bien, que tú estés bien. Es poder estar tranquilo y decir, ‘hey, aunque esté sufriendo por el momento (que inclusive pueden ser varios años), estoy confiando en que todo estará bien’. Es por mi bien. Es difícil porque uno quiere manejar las cosas”, reflexionó en medio de la conversación.
No sabe qué sigue. No tiene claro que capítulo se aproxima luego de ‘Sound Healing 1:11,’ sin embargo, tampoco es algo que lo preocupe de más. Confía en lo bonito de lo espontáneo, en lo Sí, no tengo idea del próximo capítulo. Hay algunas cosas, algunos proyectos, hay cosas, hay conceptos en la mesa pero, lo mejor es lo que no se sabe, ¿verdad? Lo mejor es lo espontáneo, so, el tema del metaverso es súper interesante, a mi la idea de poder estar más cerca a las personas que les gusta mi música y a ese compartir, y poder entrar a ese mundo es bien interesante. ESTOOY muy orgulloso de esta pieza, a veces me sorprende.
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