La tarde se encontraba inundada por ese sol californiano de invierno que se atreve a salir a veces en medio de la fría temporada y que no es suficientemente poderoso para evitar los escalofríos en la sombra, pero que calienta plácidamente a los que se desplazan por las zonas que baña de manera directa.
Cuando llegamos al muelle 95 en el Puerto de Los Ángeles, Julio Vaqueiro le daba la espalda a esa mar que tuvo siempre cerca cuando vivía en esta ciudad, antes de mudarse a Miami, donde radica en la actualidad. Pero lo hacía simplemente para permitir que el llamativo ambiente, marcado por el paso ocasional de embarcaciones y la presencia de contenedores inmensos a la distancia, se convirtiera en el llamativo fondo de la transmisión en vivo de “Noticias Telemundo” que él mismo iba a presentar en algunos minutos.
El pasado 27 de septiembre, el periodista mexicano dio inicio a sus labores como conductor principal del importante espacio televisivo, en reemplazo directo de José Díaz-Balart, quien tendrá su propio show en MSNBC, la compañía noticiosa por cable que pertenece a NBCUniversal, dueña a su vez de Telemundo. Claro que, ya para entonces, tenía una larga relación con Telemundo, iniciada de hecho cuando se encontraba viviendo todavía en su país de origen.
“Empecé escribiendo para el periódico local de San Juan del Río, la ciudad de Querétaro en la que nací, a unas dos horas de la capital; tenía unos 16 años”, fue lo primero que nos dijo Vaqueiro tras la conclusión del show de media hora. “Luego entré a trabajar más formalmente cuando estaba estudiando en la universidad [la Escuela de Comunicaciones de la Universidad Anáhuac del Norte], primero en el Grupo Editorial Expansión y después en un canal de televisión por cable llamado Efekto TV”.
“Aprendí mucho con ellos, porque el canal salió al aire justamente cuando entré; tenía muy pocos empleados y pocos recursos, por lo que todos hacíamos de todo”, agregó. “Y de ahí salió mi oportunidad para comenzar en Telemundo como corresponsal en la Ciudad de México, hace 12 años”.
Cuando cumplió los 24 y se encontraba a las puertas de su matrimonio -que le ha dado hasta ahora tres hijos-, la compañía le ofreció un puesto de copresentador en Telemundo 52, y decidió tomarlo. “Estuve cuatro años por aquí; empecé como presentador del noticiero matutino y pasé luego a los noticieros de las 6 y de las 11”, recordó el comunicador.
“Después me invitó el ‘network’ -que es la cadena a nivel nacional y que tiene sus oficinas centrales en Miami- para hacer el noticiero del fin de semana, donde estuve unos años, hasta que abrieron el noticiero nocturno de las 11.30 de la noche, coincidiendo con la pandemia, bajo la idea de que había la necesidad de dar más información y servir a la gente en medio de tanta confusión”, señaló.
Lo que se necesita
Cuando llegamos al punto de encuentro para esta entrevista, Vaqueiro estaba ya parado en el lugar designado para la transmisión, con la camisa arremangada debido a la temperatura y repitiendo algunas de las intervenciones que tendría en el noticiero, las mismas que eran grabadas de manera previa para estar disponibles en el caso de que hubiera problemas imprevistos de transmisión durante el show en directo.
Recibía hojas de papel y memorizaba fragmentos de texto, pero sus contenidos no le resultaban nunca ajenos. “Yo soy responsable de lo que se dice ahí”, precisó luego. “Hay un equipo responsable [de la escritura], pero yo escribo lo que digo; soy el que pone el punto final, el que decide lo que se dice y cómo se expresa”.
Nuestro entrevistado tiene un título universitario, pero está convencido de que hay algo mucho más importante para tener un desempeño sobresaliente en su oficio. “Eso puede ayudar, pero creo que el periodismo es algo que se aprende haciéndolo, estando en la calle, generando confianza con la audiencia y con las fuentes, con la gente con la que se platica”, remarcó. “¿Qué se necesita para destacar? Mucha pasión, mucho compromiso, y sí, obviamente, un nivel de exigencia alto, porque hay que entregar un producto de la mejor calidad”.
Le dijimos entonces que ser guapo era también un detalle que no se podría pasar por alto si se tiene la idea de aparecer ante las cámaras, y sonrió cuando agregamos que él podría haber sido fácilmente un actor. “No, no podría hacerlo, porque no sabes lo malo que soy para la actuación”, confesó. “Desde luego, hay que transmitir lo que uno está diciendo al leer las noticias, pero ese es un proceso distinto”.
En lo que respecta a los momentos más felices de su carrera, Vaqueiro reconoce que haber sido nombrado conductor principal de “Noticias Telemundo” se encuentra en la cima de su lista. “Me dio mucha alegría, porque es algo que yo quería y para lo que me he estado preparando por mucho tiempo”, recalcó. “Claro que también me intimidó de momento, porque es tanto un gran privilegio como una gran responsabilidad, debido a que estamos atendiendo a una comunidad que espera mucho de nosotros”.
Y si se trata de momentos difíciles, la cuenta puede ser abultada. “Siempre hay retos, siempre hay que estar haciendo un mejor reportaje que el anterior, y hay coberturas más complejas que otras”, dijo. “Me viene a la mente acompañar a la caravana migrante que vino hace un año y llegó a la frontera con Tijuana, donde fue recibida con gases lacrimógenos. Hay condiciones de trabajo que no son cómodas, en las que hay que trabajar largas horas y escuchar a gente que tiene historias desgarradoras y difíciles”.
“Esto es lo que ocurre: cuando piensas que estás teniendo dificultades en tu vida, escuchas de pronto testimonios de personas que están atravesando muchísimos peligros y complicaciones, lo que te hace recordar lo afortunado que eres y darte cuenta de cuánto trabajo hay que hacer para atender los problemas que existen en el mundo”, agregó.
La búsqueda de la imparcialidad
A las tres de la tarde de ese día de semana, el área portuaria en la que nos encontrábamos, con una magnífica vista al imponente puente rojo que divide San Pedro de Long Beach, se encontraba prácticamente desierta. Inicialmente, vimos solo a Vaqueiro y a su equipo, grabando los segmentos previos del noticiero, y cerca de ellos, a la tienda de campaña con el resto del personal de Telemundo, incluyendo a una persona encargada del manejo del dron que atravesaría más adelante los cielos circundantes para ofrecerle a la audiencia imágenes aéreas.
Pero, al caminar un poco en los alrededores, nos encontramos con un hombre anglosajón, maduro y de espesa barba, que estaba allí como parte de su paseo habitual en bicicleta. El vehículo, que se encontraba reclinado a su lado, llevaba un gran sticker de Bernie Sanders. “¿Qué inclinación política tiene Telemundo? Porque su sede está donde se encuentran los cubanos disidentes, ¿verdad?”, nos preguntó minutos antes de que nos sentáramos a hablar con Vaqueiro.
Cuando el mismo conductor se aproximó a nosotros para iniciar la conversación, el hombre se acercó para pedirle su opinión sobre Marco Rubio, el senador republicano de Florida que defiende y promueve con celo las causas más conservadoras; Vaqueiro le respondió con una amable evasiva. Más adelante, ya ante nuestra grabadora, aseguró no tener adhesiones partidarias.
“No tenemos ninguna inclinación política”, aseguró, empleando ahora el plural. “Estamos dando las noticias y estamos atendiendo a una comunidad que está necesitada en diferentes formas, porque los latinos tienen una gama amplísima de necesidades, de problemáticas y de retos; pero puede haber inmigrantes de primera generación o que están apenas llegando a Estados Unidos y no conocen mucho o nada de este país, y después están los que llevan más tiempo aquí, que están más establecidos, que quizás ya tienen hijos o son latinos de segunda generación y a los que también les estamos hablando”.
La reciente visita de Vaqueiro a L.A. forma parte de la iniciativa “Un día a la vez”, emprendida por el espacio televisivo en el que trabaja con la finalidad de “conocer los problemas reales de las personas reales”. “Lo que queremos hacer ahora es llevar el noticiero a la calle, para estar con la gente, hablar con ella, escuchar sus historias y entender un poco mejor lo que sucede en las distintas ciudades”, describió.
“Hemos empezado aquí, y ojalá que podamos ir después a otros lugares”, añadió. “Hemos pasado toda la semana transmitiendo el noticiero desde diferentes ubicaciones [de nuestra ciudad], tratando de abordar el tema económico derivado de la pandemia, que es la gran preocupación. Nos hemos estado enfocando en los bolsillos de la gente, en los precios que van para arriba, en cómo está padeciendo la comunidad latina en L.A. el proceso de recuperación, si se la puede llamar así”.
Por su parte, Vaqueiro es consciente de que el Covid-19 no afectó a todos por igual. “Esta pandemia nos ha hecho revalorar todo lo que tenemos, desde la salud hasta lo económico, pasando por el trabajo, porque hubo muchísimas personas en todos los sectores que perdieron el suyo”, reconoció. “Sin duda, uno es afortunado por seguir trabajando, por tener sana a la familia. Cuando tienes todas esas bendiciones, hay que responder y hay que ponerse al servicio de los demás”.
Aunque el periodista azteca no conversó con nosotros llevando una mascarilla, asegura estar completamente vacunado y haberse estado cuidando en la medida de lo posible, pese a que su labor lo obligaba a estar todos los días en el estudio y en las calles. “Nunca me sentí paralizado, como pasó con algunas personas que no querían ni siquiera salir de sus casas”, precisó.
Lo que viene
Pese a la supuesta falta de posicionamiento ideológico de Telemundo (un canal que ha sido acusado alternativamente de apoyar a la derecha y a la izquierda, dependiendo del personaje que emita el juicio), el simple hecho de haber recurrido a las vacunas coloca a Vaqueiro en una situación que se inmiscuyó plenamente en la discusión política, como es bien sabido.
“Es una pena, porque la política se ha inmiscuido en temas que son científicos; no tendríamos que estar debatiendo algo que, por el contrario, nos tendría que haber hermanado con la finalidad de encontrar el mejor modo para salir de este problema”, comentó. “Estamos viendo a un país profundamente dividido por algo que debería haber sido un factor unificador”.
Nuestra cita con Vaqueiro se produjo a la mitad de la semana pasada, antes del inicio de la invasión a Ucrania por parte de Rusia. Pero los titulares que enunció esa tarde mencionaban ya de forma urgente de lo que parecía inevitable, por lo que, antes de despedirnos, le preguntamos lo que sentía ante el estado actual de la Unión Americana y del mundo.
“Este año se ve complicado; va a ser un año electoral que seguramente dividirá más a la sociedad. Lo que ocurre en Ucrania nos tiene también muy atentos”, dijo. “Me preocupa principalmente la división que hay, las dificultades que hay para ponernos de acuerdo en lo político, e incluso en las sobremesas con los amigos y la familia acerca de temas muy específicos. Es algo que tenemos que atender. Hay que escuchar todas las voces y tratar de acercarnos los unos a los otros”.