La oficina de turismo de Acapulco tiene como patrono a Rafa Nadal. El tenista ha sido el mayor atractivo las seis veces que ha jugado el torneo mexicano. Este año lo esperaban con alta expectación. Por su legado, por su triunfo emblemático en Australia, por su arrastre. La ciudad espera cerrar una derrama económica de 1.000 millones de pesos (más de 49.000 millones de dólares), según estimaciones de la Secretaría de Turismo local.
La familia Reading viajó nueve horas en auto desde la ciudad de León, Guanajuato, para ver por primera vez en su vida a Rafa Nadal. 800 kilómetros de distancia. La iniciadora de la afición por el mallorquín nació gracias a Laura, hija del matrimonio de Ernesto y Margarita. “Yo soy creyente recientemente por el gran triunfo en Australia″, cuenta el padre. Los Reading diseñaron sus propias camisetas que podrían pasar como la nueva colección de la marca Nike, aunque en realidad es un diseño de Laura: bandera española en el corazón, el logotipo del toro y en la espalda, como si fuera camiseta de futbolista, el nombre y el número 21.
“Ya muchos nos han preguntado dónde las compramos. Solo venimos a verle hasta el miércoles, mínimo a dos juegos [primera y segunda ronda]”, cuenta Ernesto Reading. Las tribunas se han llenado de banderas españolas, del rostro en cartón del tenista y la vestimenta casi por antonomasia es la de Nadal.
Los organizadores colocaron todos los juegos de Nadal en el mejor horario posible, también motivado por la influencia de los derechos televisivos. Entre los aficionados también hubo mejor asistencia a todos sus duelos que en los de Daniil Medvedev, quien cayó ante el español en semifinales y número uno del tenis. Todas las localidades para el Abierto estuvieron agotadas semanas antes de su inicio.
Cuando le ofrecieron un wild card a Nadal en 2005 para jugar por primera vez en Acapulco nació el romance. Ese año ganó su primer torneo mexicano al doblegar a Álbert Montañés (6-1 y 6-0). El tenista tenía solo 18 años y estaba viviendo una temporada de ensueño que terminaría con su primer Roland Garros. Regresó al país en 2013, más curtido e internacional, para volver a llevarse el trofeo ahora ante David Ferrer. En 2017 perdió en la final contra Sam Querrey. En 2019 cayó en la segunda ronda por Nick Kyrgios y al año siguiente conquistó la cima acapulqueña de nuevo contra Taylor Fritz. El siguiente rival será Cameron Norrie.
Nadal había puesto en duda su participación en México. Entre la lesión crónica del tobillo izquierdo, su recuperación de la covid-19 y la paliza que se llevó en el Open de Melbourne, el español no sabía si el cuerpo le respondería para competir. “La victoria [en semifinales contra Medvedev] significa mucho después del esfuerzo de Australia. Adaptarme a condiciones diferentes, mantener la concentración y la ilusión después de un éxito importante quiere decir que mentalmente estoy bien, con la ilusión y la motivación adecuadas”, contó el viernes. El tenista con 21 Grand Slams ha hilado 14 victorias en el inicio de la temporada, la mejor arrancada en su carrera. Acapulco espera su triunfo para celebrar con playa, mojitos y canciones de Luis Miguel.
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