Fotos: Nadia Monges
Gabriela Teasdale es experta en liderazgo y en el 2019 fue la única paraguaya incluida entre las 50 personas más influyentes en la gestión de negocios. En esta charla con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN, la presidenta de la Fundación Transformación Paraguay habla sobre la importancia de asumir cambios desde lo individual hasta lo colectivo, pensando siempre en transformar lo que estamos haciendo para bien. Una charla para motivar y pensar en cambios.
–ADS: Me inspira consultarte con relación a un tema de época de vacaciones, que es cuando nos montamos a un viaje, cargamos nuestras bolsas y para regresar nos quedamos sin espacio. Es un típico problema de planificación, que creo que es el problema con el que combaten todos los días.
–Todos los días. Planificar es súper importante. Saber lo que vamos a hacer hoy al levantarnos es clave. De lo contrario podemos perdernos por el camino y empezar a divagar o hacer cosas que no agregan valor a nuestros días y, sobre todo, a nuestra vida. Nuestro tiempo es tan importante, Augusto, y cuando no planificamos entonces estamos dañando nuestro tiempo.
–ADS: Muchas veces creemos que el concepto planificar es un problema de los tipos de la NASA, de las empresas, pero es un tema de cualquiera, ¿no?
–Y volvemos a lo que hablamos recién. El saber qué es lo más importante para mí hoy, eso me lleva a planificar. Qué debo hacer para lograr los resultados. Y también otro punto ahí es que creemos que tenemos que hacer mucho para sentirnos bien, satisfechos, y sobre todo para lograr esos resultados que buscamos. No más de tres cosas importantes, no. Porque ahí tiene que estar tu enfoque. Entonces poder entender cuáles son esas tres cosas que cumplir hoy, porque aparte ahí entra la energía también. El manejo de energía. Cuáles son las tres cosas importantes que tenés que hacer. Pero tenés que planificar primero para entender de qué se trata todo.
–ADS: De alguna forma planificar es mirar el futuro.
–Sí.
–ADS: ¿Hay muchas dificultades a nivel de empresas en términos de planificación?
–Hay muchísimos. Y como coach, a mí me toca trabajar con líderes y normalmente nos enfocamos en ese proceso de planificar la semana, de medir la semana, de poder tener un semáforo para poder ver y decir ¿cómo estuve hoy? ¿Rojo, amarillo, verde? ¿Qué hice hoy que valió la pena, me enfoqué en mi visión? ¿O estuve lidiando con mis pensamientos, con preocupaciones? Entonces esa preocupación, tener tu lista. Me recuerda al viaje que hice al Kilimanjaro, subiendo la montaña. Súper clave, cuando llego ahí, mi guía me dice lo único que necesitás en tu mochila es agua y unas barritas. Entonces yo tenía agua y nada más.
–ADS: Y un energético, digamos.
–Lo fantástico fue que ese último día en la montaña, me dice el guía vos no podés llevar peso. Yo tengo que llevar tu mochila. Entonces yo caminaba con los bastones y él llevaba mi carga, mi mochila. Él se hizo cargo de eso, de mi mochila. Si te das cuenta, todo encaja y tiene lógica. ¿Cuál es el peso que no necesitás?
–ADS: ¿Qué te inspira de esa proeza, aparte de tener la posibilidad de mirar el mundo desde arriba?
–Fue un desafío. Era la montaña, Augusto. Era la montaña conmigo. Y qué difícil. No había luz, no había internet, no había agua. Había solo montaña. Y podemos hablar mucho de las montañas, uno de los grandes líderes pasó días en la montaña, quizás para entenderse. Eso nos falta a los seres humanos. Nos falta un tiempo en la montaña para poder decidir a dónde queremos llegar. Yo quería llegar a la cima en el Kilimanjaro, pero todos los días estamos subiendo una montaña y subir la montaña es súper difícil.
–ADS: Acabás de decir algo que roza el concepto de la soledad, que me parece importante, porque me da la impresión de que construimos un mundo en el que cada vez tenemos menos tiempo para estar solos.
–Y a veces tenemos miedo a encontrar a nuestras propias respuestas, tenemos miedos a nuestros pensamientos, a nosotros mismos. Cuando llegamos a un lugar solo, yo suelo observar eso, cuando llegás a un lugar y la persona está sola, lo primero que hace es revisar ese celular, a enviar mensajes, a dar un mensaje de que no estás solo o sola. Pero qué lindo es darse ese tiempo de pensar, de sentirse vivo, viva, entender quién sos. Y tener buenos pensamientos, alimentar esos pensamientos de estar bien para estar solos. Siempre tenemos que tener tiempo para estar a solas y para hacernos una gran pregunta: ¿Valió la pena hoy?
–ADS: ¿En qué medida cumplimos con esa especie de consigna de estos dos últimos años que es “reinventarse”? ¿O fue una muletilla mediática nomás?
–Qué gran pregunta. Fueron dos años de subir una montaña muy difícil. Vivimos crisis, nos enfrentamos a nosotros mismos. La pregunta es genial, Augusto, porque ¿cambiamos después de todo?, ¿aprendimos algo?
–ADS: Quizás falta tiempo.
–Creo que falta tiempo para digerir todo lo que nos pasó.
–ADS: Claro, nadie está en la guerra y escribe un libro al mismo tiempo…
–No, pero es importante entender si se dio esa transformación. Y esa transformación se tuvo que haber dado en cada uno de nosotros. Después de la pandemia preguntarnos qué es hoy importante para mí, en dónde voy a invertir mi tiempo, ¿qué es lo que realmente quiero lograr?, ¿qué legado quiero dejar? Hoy sabiendo que la vida es súper frágil. Si esa pregunta no somos capaces de responder, si eso no reflexionamos durante estos dos años, yo te puedo decir que no valieron la pena.
–ADS: Y ahí hay que separar la poesía de la objetividad, digamos. Yo tenía una librería y ahora vendo dos revistas en la calle, eso no es tan reinventarse. Es pasar de la formalidad a la precariedad. Muchas veces somos generosos con las expresiones creo.
–El reinventarse es cambiar. La pandemia nos obligó a hacer las cosas de manera diferente y a los negocios obligó a ofrecer sus productos de manera diferente, la tecnología tuvo un espacio mucho más amplio en todo este tiempo muy importante. Qué hiciste vos para no quedarte en el lugar donde estabas. Reinventarse es apostar por ese cambio, decir que voy a hacer algo diferente y eso empieza con nosotros, y después eso se proyecta hacia la empresa, hacia la familia, pero qué hábitos tengo hoy que no tenía hace dos años. Cuáles son las estrategias que hoy aplico que hace dos años no aplico. Reinventarse es arriesgarse a lo desconocido, pero creyendo que vamos a lograr mejores resultados.
–ADS: Otra palabra muy permanente en el mundo en el que trabajás es el talento. ¿En qué medida las personas que lideran las empresas se aprovechan con el talento de su gente y cuánta experiencia hay en relación con la gente que sabe sacar talento de sus colaboradores?
–El líder tiene que tener la capacidad de observar. El líder que observa es ese que entiende los talentos de Juan y también los de María. Y potencia eso. Entonces súper clave dentro del liderazgo tomarnos el tiempo y nuevamente creo que hoy nos podemos llevar de regalo esa palabra, el valor del tiempo. El valor del tiempo para observar al otro y es tener un poco de empatía. Y hay veces que el líder entra y las personas que están a su alrededor no lo conocen. O lo que es peor, él no conoce a su equipo. Entonces cómo podés sacar lo mejor, cómo podés potenciar el talento de las personas. El líder debe aprender a ser coach. Y el coach es un experto en hacer preguntas. Tengo que aprender a preguntar.
–ADS: Esto de aprender a preguntar es muy importante. En una sociedad como la nuestra, ¿cómo es aprender a preguntar?
–Las preguntas tienen un poder increíble. Normalmente, bueno, soy experta en hacer preguntas. Y sí, en Paraguay es difícil encontrar respuestas.
–ADS: ¿Hay una actitud muy defensiva?
–Yo creo que de miedo de poder dar mi respuesta.
–ADS: ¿Será que mi respuesta me hará perder el trabajo, por ejemplo?
–Sí, o capaz que sea una ridiculez, que la gente se burle, se ría. No, tu respuesta es tu verdad, por qué vas a tener miedo a levantar la mano y hablar desde tu verdad. Y si te equivocás, qué bueno, porque así vas a aprender. El hacer preguntas nos conecta profundamente con la otra persona. La pregunta nos hace evitar el prejuicio, Augusto. Muchas veces observamos a esa persona, nunca hablamos con esa persona, su manera de actuar, de vestir, de caminar, y eso ya nos crea a nosotros un juicio. No, tenemos que conocerle a la otra persona. Tenemos que preguntar. Tenemos que conectarnos profundamente. Y vamos a lo que te decía recién. Eso empieza en casa. A veces somos padres que tenemos hijos, pero que poco o nada sabemos de ellos, porque no preguntamos, no nos conectamos, no escuchamos y el hijo tampoco quiere dar su respuesta así. En muchos casos hasta puede verse con miedo a ese juicio. Actuamos y respondemos rápidamente, y bloqueamos la confianza que hay entre uno y otro para dar una respuesta más abierta.
–ADS: ¿Creés que las empresas paraguayas se abrieron más en términos de trabajar eso con sus recursos humanos?
–No, nos falta mucho. Siempre hablamos de que en las empresas tenemos cinco niveles de liderazgo. El nivel número 1 y donde no debemos estancarnos es el nivel de autoridad. Yo soy el jefe, yo te digo lo que tenés que hacer y ahí se acabó la historia. El segundo nivel es el relacional. Yo como líder, tengo el puesto, este espacio, pero yo me relaciono contigo y construyo algo contigo en ese proceso de relacionarnos, estoy construyendo también confianza y a medida que construyo confianza, voy empoderando al otro a sacar lo mejor de sí, a multiplicar los talentos.
–ADS: Debe ser también frustrante el tema del manejo de las frustraciones de los colaboradores, que muchas veces se queda en el interior nomás.
–Así es. El líder es la persona capaz de detectar la necesidad y a partir de ahí salir y hacer algo. Vos no podés venir a prometerme que vas a cambiar el país si no sabés la necesidad de la gente. Y la necesidad de la gente, uno sabe, cuando te das tiempo a vos mismo de sentarte a conversar. A ver preguntas y respuestas. Vamos a conectarnos y conocernos. El líder tiene que ser un experto en conocer las necesidades y a partir de ahí comprometerse en hacer algo.
–ADS: Decía un maestro del periodismo que vos no podés ser periodista si no sabés cuánto cuesta el kilo de pan. ¿Aun así y con todas estas falencias, creo que si miramos cinco a diez años atrás, veríamos que las empresas avanzaron en materia organizativa en Paraguay, ¿o no?
–Todavía nos falta, pero hemos avanzado. Te doy un simple ejemplo de ese liderazgo autoritario que por mucho tiempo estuvo presente, el mburuvicha, el cacique, a tener ya ahora un pensamiento diferente de decir trabajar en equipo.
–ADS: Quizás también tenga relación con eso de que aquel fue el gladiador que creó la empresa y sus hijos ya fueron a estudiar al exterior y ahora se encargan de la empresa.
–Y a partir de este liderazgo diferente construimos desde los talentos de todo. Antes era el líder desde la visión, decía lo que se tenía que hacer. Hoy estamos en un mundo más colaborativo, aquí sumamos todos. Lo que Gabi aporte, lo que Augusto aporte, todo suma. Y todo construye esa visión que tiene el líder. Por eso es clave saber qué piezas tenés en la cancha. Es como construir tu rompecabezas. Tenés las piezas correctas y ahí es donde entra otro factor muy importante a la hora de liderar. Saber elegir a las personas, saber tener a los jugadores correctos. Y a nosotros que nos encanta el fútbol, si miramos a los jugadores y decimos, esperá, acá tenemos que hacer algunos cambios. Y lo mismo pasa con una organización.
–ADS: No tengo dudas de que sos de Cerro Porteño.
–No, no, aquí creo que vamos a entrar en conflicto (risas).
–ADS: Volviendo al tema organizativo, ¿cómo ves la escuela, la universidad? ¿Cómo ayuda o hay mucho camino aún que recorrer cuando te ofrecen todavía una carrera en tema de formación de líderes, etc.?
–Sí, muchísimo. Y nosotros que venimos de una escuela vieja diría yo, donde no hablábamos de habilidades humanas o habilidades blandas como muchos dicen, nos enfocábamos en el ser humano, hoy como que todavía estamos en el sí y no, pero creo que tenemos que cambiar, más aún con la pandemia, hablar de inteligencia emocional, de valores, de habilidades humanas es clave. Para poder lograr una persona íntegra, que se enfrente a situaciones, a proponer cambios, a lograr transformaciones desde su todo, desde su capacidad que tiene de liderar. Tiene que haber coherencia, si yo soy una persona que no puede liderarse así mismo, ¿cómo va a liderar un grupo o a otras personas? Y es una pregunta que todos los líderes tenemos que hacernos ¿Qué mensajes estamos dándole al mundo? Entonces en las universidades y escuelas, material clave: liderazgo. Y dentro de liderazgo, inteligencia emocional. Hoy estamos con problemas de salud mental.
–ADS: El tema de inteligencia emocional imagino es un capítulo aparte, ¿no?
–Totalmente. Y las redes sociales, hoy vos te das cuenta. Decimos sin medir, explotamos sin medir. Dañamos sin medir ¿Qué nos pasa? Cuando una persona explota, Augusto, lo primero que hago es preguntarme qué pasa dentro de ese ser humano. Porque todo lo que somos adentro se ve afuera.
–ADS: Además, esa construcción tan especial porque es casi imposible que esa persona te diga en la cara lo que te dice en las redes.
–Y ese es un gran problema hoy. Tenemos miedo a confrontar. Tenemos miedo a decir la verdad. Miedo a sentarnos a dialogar. Todos somos diferentes y qué genial ser diferentes. Pero vamos a respetarnos desde esas diferencias. Hoy en las escuelas públicas desde Transformación Paraguay estamos ofreciéndole al Ministerio de Educación, y estamos de hecho trabajando, sin costo para el Estado, sirviéndole, porque como paraguaya creo que esto es un gran aporte para este país que tanto amo, estamos en las escuelas públicas con un programa de cuatro años de formación en liderazgo. Queremos que los chicos salgan a enfrentar la vida con estas herramientas necesarias que nosotros hoy entendemos, sabemos que son necesarias.
–ADS: ¿En qué le ayuda objetivamente a un chico aprender estas artes?
–En todos los sentidos. Tenemos muchas historias. Un chico escribió una carta a la organización diciendo que su familia era problemática. Su papá le abandonó, algo normal aquí, la mamá tratando de suplir todos los espacios. Muchos problemas. Cuando yo fui a la escuela, vivía deprimida, creí que mi vida no tenía valor, que siempre iba a ser pobre. Que mi vida estaba definida. Pero llegué a la escuela y me entregaron un librito, un chico de 13 años, no le presté tanta atención, pero empecé a leer el librito y empecé a trabajar para responder las preguntas del librito, y hoy me doy cuenta de que yo lidero mi vida. Hoy me doy cuenta de que soy un ser humano súper valioso, que mi situación no me puede definir, que yo soy el capitán de mi vida. Guau, ¿quién le dijo eso alguna vez? Nadie, en su casa, no, en su escuela, no. Estas son tus condiciones, no hay esperanzas para vos, nadie le dijo algo positivo alguna vez. Un librito llegó a sus manos y le cambió ese chip y hoy es un joven diferente.
–ADS: ¿Este es un asunto solamente de grandes empresas o hay experiencias de pequeños núcleos laborales que se interesan?
–Hoy realmente todos. Antes eran las empresas las que querían formarse en liderazgo. Hoy va mucho más allá. Hoy tenemos personas que vienen a decirnos “quiero liderarme”, no sé cómo responder, no sé cómo manejar conflictos. No entiendo mi visión o cuál es mi propósito en esta vida. Hoy después de la pandemia, es la gran palabra y la gran pregunta ¿cuál es mi propósito? Y ese proceso de querernos a nosotros mismos, de conocernos, todo ese proceso se da en este mundo del liderazgo. Hay veces que asusta la palabra o pensamos que el liderazgo es solamente para algunos, porque nos hicieron creer que el liderazgo es un título que va por la frente. Y el liderazgo va mucho más allá. Creo que ese mercado está mucho más ampliado.