La revelación hecha por López Obrador ocurre en medio de la presión mediática para clarificar el origen de los ingresos de su hijo mayor, quien, de acuerdo con una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus, posee dos residencias al norte de Houston, Texas, con un valor comercial cercano al millón de dólares.
El viernes pasado, el presidente pidió a su hijo explicar de “qué vive” y el domingo López Beltrán informó que sus ingresos provienen de su trabajo como asesor legal en Estados Unidos y aseguró que no tiene injerencia en la administración de su padre. Este lunes, López Obrador confirmó que su hijo labora en la empresa creada por los hijos de Chávez y aseguró que no existe ningún conflicto de intereses derivado de la relación entre ambas familias.
¿Quién es Daniel Chávez Morán?
Daniel Chávez forma parte de su consejo asesor de empresarios, es supervisor honorífico en el Tren Maya y a mediados de 2021 donó un terreno de 2,000 hectáreas en Puerto Peñasco, Sonora, para la construcción de un parque solar de la CFE. El presidente asegura que “no cobra” y que no hay “ninguna relación de negocios”. “Él no tiene ningún negocio en el gobierno, no hay ningún problema de intereses”.
Chávez es un empresario inusual. Lleva el cabello largo, es extrovertido y quienes los conocen aseguran que se siente más cómodo vistiendo una túnica blanca que un traje y una corbata. Él creó un imperio de la nada: creció en una casa de paredes de adobe, sin agua y sin luz; estudió ingeniero civil en la Universidad de Guadalajara y con solo 21 años comenzó su carrera profesional. Empezó con la construcción de casas de hospedaje en Mazatlán, Sinaloa y en 1974 inauguró su primer hotel llamado Paraíso Mazatlán.
Hoy, su empresa es uno de los grupos hoteleros más grandes del país: opera 30 desarrollos turísticos, campos de golf, parques temáticos, un aeropuerto, constructoras, y factura entre 15,000 y 17,000 millones de pesos (mdp) anuales.
Cuando López Obrador asumió la presidencia de México en 2018 lo invitó a formar parte de su consejo asesor de empresarios. Desde entonces, Chávez y el político tabasqueño han intercambiado halagos y han coincidido en eventos oficiales.
El empresario originario de Delicias, Chihuahua, acompañó a López Obrador, junto con otra decena de empresarios mexicanos, a la cena que su entonces homólogo estadounidense Donald Trump ofreció en la Casa Blanca en 2020. El tema central de la reunión fue la relocalización de la inversión en la región y varios de los empresarios mexicanos que asistieron a la cena expusieron los planes de inversión que entonces tenían en Norteamérica.
La cartera de inversiones de Grupo Vidanta es una de las más abultadas en el sector: en los últimos cinco años, la compañía asignó millones de dólares a proyectos que buscaban posicionar a México en el negocio del turismo de lujo, con desarrollos como un parque temático en Nuevo Vallarta, Nayarit, en sociedad con la canadiense Cirque du Soleil, o el lanzamiento de una cadena de cruceros de lujo que iniciará operaciones en abril.
Daniel Chávez, supervisor honorífico del Tren Maya
La compañía llegó al Caribe en 2008, cuando empezó a centrarse más en captar el turismo extranjero, construyendo hoteles bajo marcas como The Bliss, The Grand Bliss y Grand Luxxe en Riviera Maya, Riviera Nayarit y Los Cabos. Ahora vende en un 90% a extranjeros.
La llegada de turistas internacionales a México crecía cerca de 10% anual antes de la pandemia, pero la derrama económica que generaban en el país aún era baja. Chávez apostó por crear atracciones turísticas en los destinos y también se esforzó por facilitar el acceso a sus complejos.
Grupo Vidanta cuenta con un aeropuerto privado dentro de su complejo de Puerto Peñasco, Sonora, y cuando López Obrador presentó un proyecto para construir un tren que conectará, el empresario mexicano demostró su entusiasmo. “El tren Maya es una gran idea que se tiene que concretar en el corto plazo porque ayudará a incrementar los ingresos turísticos del país”, aseguró el presidente de Grupo Vidanta, Daniel Chávez en octubre de 2018.
El empresario mexicano, quien entonces dijo públicamente que estaba dispuesto a invertir en el proyecto, estimó que en su primer año de operación, la obra ayudaría a duplicar las divisas del sector, que entonces rondaban los 21,000 millones de dólares.
Dos años después, en junio de 2020, López Obrador designó a Chávez como su representante en la supervisión de las obras del Tren Maya. “Yo voy a contar con un representante, con un empresario que de manera honorífica, sin cobrar nada, solo porque quiere ayudar, va a representarme en la supervisión: Daniel Chávez”, dijo López Obrador durante la ceremonia de arranque de las obras.
Benefactor de la CFE
A 4,000 kilómetros de la Riviera Maya, está Puerto Peñasco, otro de los polos de inversión del empresario mexicano. Allí está el complejo con la extensión territorial más grande de Grupo Vidanta -mide dos veces el tamaño de la isla de Manhattan, dice la propia empresa en la web del complejo- y cuenta con su propio espacio aéreo, el Aeropuerto Internacional Mar De Cortés, que ofrece a los huéspedes acceso inmediato a sus hoteles resort, The Grand Mayan y Mayan Palace.
Este mismo lugar también será la sede de la nueva central fotovoltaica de la CFE, que satisfará la demanda de energía eléctrica del noroeste de México; una región que usa los combustibles fósiles para generar electricidad o que la importa de Estados Unidos.
La central, que tendrá una capacidad de 1,000 MW, se construirá en un terreno de 2,000 hectáreas donado por Chávez.
El gobernador Alfonso Durazo Montaño dijo en diciembre pasado que a mediados de 2021 presentó al presidente el proyecto final y que se hizo el compromiso de terminarlo antes del 31 de diciembre de 2023.
“Dónde íbamos a conseguir esa tierra en Puerto Peñasco, que tiene una ubicación (privilegiada) para conectarse con Baja California… La verdad que encontrarse con empresarios con esa generosidad es extraordinario”, dijo Durazo a mediados de 2021.