- Redacción
- BBC News Mundo
El sueño del pibe se ha hecho realidad para Lionel Messi y 45 millones de corazones albicelestes: Argentina es tricampeona del mundo tras vencer por penales a Francia en la final de Qatar 2022.
Es la décima Copa del Mundo que va para un equipo de Sudamérica tras las cinco ganadas por Brasil, las dos de Uruguay y las otras dos que ya coleccionaba Argentina.
El primer gol de la final -que algunos comentaristas aseguran ha sido “la mejor de todos los tiempos”– fue marcado por Lionel Messi después de cobrar un penal tras una falta cometida en el área a Ángel Di María.
Era el quinto penal pitado a Argentina en esta Copa del Mundo y establece un nuevo récord de lanzamientos desde los 11 metros otorgados a una selección en un mismo torneo.
El segundo gol llegó después de un contragolpe armado entre Lionel Messi y Alexis Mac Callister, que finalizó brillantemente Ángel di María en el minuto 36 del primer tiempo.
Todo parecía dirigido a que Argentina se coronara campeona del mundo en los 90 minutos. Pero Francia no lo iba a dejar ir tan fácil.
En el minuto 80 los galos por fin reaccionaron y Kylian Mbappé marcó el 2-1 de penalti.
Eso descuadró a Argentina, que había estado monolítica, y solo dos minutos después, de nuevo Mbappé, tras una jugada colectiva marcó de volea para empatar 2-2.
Entonces el partido se fue a la prórroga.
Y cuando se cumplía el segundo tiempo de la prórroga, Lionel Messi logró introducir la pelota y marcar el tercero para Argentina.
Pero el partido no había terminado.
Mbappé empataría 3-3 unos minutos después de penalti.
En la tanda la suerte cayó del lado de los argentinos. El “Dibu” Martínez tapó un penal a Coman y Tchouameni tiró el suyo fuera.
Merecidamente Martínez recibió el premio a mejor portero de este Mundial.
Enzo Fernández fue designado el mejor juvenil y Lionel Messi mejor jugador del torneo.
Dominio argentino
El partido comenzó con nervios en ambos bandos.
Faltas por parte de Francia. Intentos erráticos de Argentina.
Sin embargo, las primeras ocasiones llegaron de los jugadores albicelestes. Al minuto 7, Rodrigo de Paul disparó a puerta y Varane la desvió muy cerca del arco protegido por Hugo Lloris.
Argentina continuó con la seria intención de dominar y sobre todo que Messi comenzara a tomar el eje del partido.
De esa forma pudieron llegar en varias ocasiones. La más clara a través de Ángel Di María, a los 15 minutos.
Poco después, Dembelé derribó en el área a Di María y en el minuto 23 Messi marcó el penalti con un disparo fuerte y ajustado.
Francia intentó reaccionar, pero la camiseta albiceleste parecía que se hubiera multiplicado en el campo. No parecían once jugadores sino 22.
Y entonces llegó el gol de Di María. Y los miles de argentinos presentes en el estadio de Lusail estallararon de júbilo.
Y era tal el control argentino que, en un hecho inusual, el técnico francés hizo dos cambios antes de finalizar el primer tiempo para ver si lograba recuperar al menos una parte del juego.
El segundo tiempo comenzó casi con la misma tónica con el que había finalizado el primero: Argentina copando todos los espacios y Francia sin poder sacudirse del control de la albiceleste.
La conexión de Rosario, entre Ángel di María y Lionel Messi, seguía causando problemas en la defensa de “Les Bleus”.
Y Francia se vio tan superada que incluso tuvo que sustituir a su mejor jugador en esta Copa del Mundo, Antoine Griezmann, para buscar alguna alternativa de ataque.
El tema físico se ha hecho presente en las noticias que llegaban de la concentración francesa, en la que varios jugadores se habrían visto afectados por un virus respiratorio.
Pero llegó la reacción de Francia y Mbappé en apenas dos minutos logró marcar dos goles, uno de penal y otro en una jugada colectiva que finalizó de forma brillante.
El tiempo reglamentario terminó y el campeón se definiría en la prórroga o en los penales.
El extratiempo comenzó con Argentina intentando recuperar el control del partido.
Sin embargo, el físico que antes le sobraba, ahora parecía que le faltaba y a Argentina le costaba encontrar de nuevo el camino hacia la portería de Lloris.
La albiceleste le puso oxígeno a su tanque y metió en la cancha a Lautaro Martínez y Leandro Paredes.
Messi adelantó a Argentina en la prórroga y otra vez Mbappé marcó el empate de penalti
Y de esa forma llegaron a los penales. Con un “Dibu inmenso” Argentina se impuso 4-2 y el sueño dorado del título se hizo realidad.
¿Cómo llegó Argentina hasta acá?
Esta campaña inolvidable comenzó con un partido para el olvido.
La albiceleste se enfrentó a Arabia Saudita por el primer partido del grupo C y un partido que en el papel lucía accesible, terminó con la victoria de la selección árabe.
Aunque un gol de penal de Lionel Messi en el primer tiempo parecía poner las cosas en su lugar, lo cierto es que en menos de diez minutos los saudíes lograron ponerse al frente del partido con goles de Salem Aldawsari y Saleh Alshehri.
2-1 y el sueño del título comenzaba con una pesadilla.
Los fantasmas de una eliminación temprana, tal como había ocurrido en Corea y Japón 2002, donde una selección Argentina plagada de estrellas y que era favorita para quedarse con el título se quedó fuera en la fase de grupos, comenzaron a rondar a los jugadores y los hinchas.
Y eso se notó en el segundo partido ante México. Scaloni hizo cinco cambios con respecto a la alineación titular que había propuesto ante los saudíes, entre los que se destacaron dos: Julián Álvarez, la joven estrella del Manchester City, y Alexis Mac Allister, ex Boca Juniors y ahora en el Brighton inglés.
El primer tiempo ante “El Tri” Argentina fue un manojo de nervios. El equipo no encontraba realmente el camino hacia la portería de Guillermo Ochoa.
Hasta que Lionel Messi hizo su primera aparición estelar y en el minuto 19 del segundo tiempo se inventó un espacio que no había frente al área rival y mandó un zurdazo cruzado al que no pudo llegar Ochoa.
Gol. Y un suspiro de alivio fue exhalado por más de 40 millones de argentinos.
Con el control del partido, la albiceleste intentó regresar a sus orígenes que lo habían llevado a ser campeón de América y tener un invicto de más de 30 partidos.
Eso se notó. Tanto que cuando faltaban cinco minutos, Enzo Fernández, del Benfica de Portugal, recogió una pelota por la izquierda del área y con un soberbio pelotazo se la mandó a guardar a Ochoa.
2-0 y se disiparon las noches de terror de los días anteriores.
Y frente a Polonia el asunto se resolvió con más facilidad: apenas comenzó el segundo tiempo, Mac Allister marcó el primero y a los pocos minutos, Álvarez clavó el segundo para garantizar el paso a octavos y alejar para siempre el fantasma de 2002.
La Scaloneta
El rival en octavos era Australia, que había sorprendido a todos al eliminar a Dinamarca en el grupo D.
Y el partido no fue otra cosa que un camino de rocas y vientos fuertes en el que tocó apelar a todos los mapas disponibles para poder sortear ese obstáculo.
¿Y qué jugador podría hacer eso con mayor facilidad? Sí, Lionel Messi. El jugador que tiene todos los mapas y GPS del mundo del fútbol.
A él se le apareció la ruta que nadie tenía en el minuto 35 y con un zurdazo dejó sin respuesta al portero australiano Mathew Ryan.
1-0 y los argentinos ya veían aparecer a Países Bajos en el horizonte de los cuartos de final.
Asunto que fue cerrado cuando entre Julián Álvarez y Rodrigo de Paul robaron un balón al portero y Álvarez marcó el segundo del encuentro.
El siguiente partido traía sus propios ingredientes: la última vez que ambas selecciones se habían enfrentado fue en Brasil 2014, en una semifinal, en la que Argentina venció en la definición por penales a los neerlandeses.
Pero los neerlandeses también tenían otro recuerdo: en Francia 98, precisamente en cuartos de final, ellos habían sido los verdugos de Argentina.
Y no fue un partido fácil. Messi asistió a Nahuel Molina para poner el partido 1-0 y minutos después, el propio Leo convirtió un penal para poner las cosas 2-0.
Pero en los minutos finales, los neerlandeses decidieron dar la pelea y empataron el partido gracias a los goles de Denzel Dumfries y Wout Weghorst.
A los penales. Y allí Argentina volvió a ser la de 2014 y regresó a una semifinal.
Y fue una semifinal ante Croacia no tan sufrida como las anteriores. En apenas 39 minutos, Messi de penal y Álvarez después de una carrera salvaje pusieron el partido 2-0.
Entonces Messi quiso instalarse para siempre en la retina no solo de los argentinos, si no de los croatas, de los qataríes, del mundo entero: en una jugada cósmica se llevó puesto a Joško Gvardiol, la maravilla croata, y le dio el pase final a Álvarez que sentenció la semifinal.
Y le dio el billete al sueño del título que se convirtió en realidad este domingo.
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