En su reemplazo y con la misma resolución, se nombró al fiscal Julio César Ochoa, todo justificado en “necesidades del servicio”. Ochoa, por consiguiente, quedó como el responsable del caso de Memo Fantasma y de toda la investigación que incluye a su mamá, abuelita, pareja sentimental y otros miembros y testaferros. Acevedín, el fantasma amistoso, se ganó la partida.