LINOTIPIA
/ Peniley Ramírez /
Este miércoles, el periodista británico Brian Whelan vio en Twitter que la opción de comprar una cuenta verificada ya estaba disponible en Londres, donde trabaja en la estación de radio Times. Buscó una cuenta de Twitter que dio de alta hace un tiempo. La renombró como “Don Trump Real” y le puso de perfil una foto del expresidente de Estados Unidos. Pagó unos 138 pesos por verificarla.
La plataforma no le pidió documentos, fotos, ni nada. Solo el pago. En 15 minutos, su cuenta de Don Trump Real estaba verificada. Para que un usuario se diera cuenta de que era una verificación pagada y no una cuenta realmente influyente, esta persona tendría que haber dado clic en la palomita y leer una leyenda que separa las cuentas verificadas de las verificadas por pago. Whelan tuiteó desde la cuenta de Trump falsa: “Por esto, el plan de Musk no funciona”.
“La cuenta estuvo activa dos horas. Me aseguré de no engañar, pero fácilmente podría haber enviado mensajes privados o publicado mensajes provocativos, que engañarían a muchos”, me dijo Whelan. “Hice el experimento porque era un defecto tan obvio en su plan”.
Elon Musk ha promovido cambios radicales en la compañía, desde que una juez de Delaware le ordenó tomar control de la empresa, después de especular durante meses con las acciones. El cambio principal ha consistido en cómo hacer de Twitter un negocio rentable. Ha despedido a casi 4 mil empleados y ha promovido que cualquier usuario compre en ocho dólares una cuenta verificada.
En las primeras horas tras la medida, la plataforma se llenó de cuentas parodias verificadas. Una falsa compañía Nintendo publicó una imagen del icónico personaje de Mario mostrando su “dedo grosero” (como le llama mi hijo menor). Una cuenta falsa verificada de la farmacéutica Eli Lilly anunció que la insulina sería gratis. La compañía perdió más de 15 mil millones de dólares, cuando el valor de sus acciones se desplomó.
El miércoles, Musk dijo que “alguien puede tener ocho millones de dólares para crear cuentas falsas, pero no tendrían ocho millones de celulares y de tarjetas de crédito para pagarlas”. Mientras, en la plataforma seguían apareciendo cuentas falsas verificadas del propio Musk, el expresidente George W. Bush, Dios, Satán, el político Ted Cruz y hasta el actual presidente estadounidense, Joe Biden.
En menos de 48 horas, la cuenta de Soporte de Twitter anunció que agregaría la etiqueta de “oficial” en usuarios, para diferenciarlos de quienes pagaban por la verificación. Este viernes, la opción de verificación pagada ya no estaba disponible en la app de Twitter en EU.
A estos problemas, se suman la salida de anunciantes y las renuncias de ejecutivos clave en la seguridad de la plataforma. Esta semana, renunció Lea Kissner, quien dirigía seguridad; el jefe de integridad, Yoel Roth, y la jefa de compliance, Damien Kieran. En México, se anunció que varios empleados de la compañía fueron despedidos.
“Si un equipo de Twitter tenía experiencia en troles es el de México. Hemos detectado uso de troles desde 2009”, me dijo Alberto Escorcia, especialista en redes. “Primero se eliminaban tendencias creando otras más grandes. Ahora los troles en México son una industria especializada, que ha aprendido a librar los algoritmos”.
Según Escorcia, los equipos de seguridad de Twitter han logrado que el mecanismo para crear tendencias con muchas cuentas pequeñas sea difícil. “Ahora necesitan crear cuentas y llegar a 10 o 20 mil seguidores. Cuando Twitter las cierra, es un golpe económico. No solo es un tema ideológico. Posicionar tendencias se ha vuelto un gran negocio”, me dijo.
Twitter anunció que la detección de tendencias infladas será más automática. Otros especialistas consideran que hay un riesgo serio de que esto no funcione bien con el idioma español, modismos y regionalismos. “Hay sitios en Internet, como uno ‘This person doesn’t exist’, con los que puedes conseguir una foto falsa y crear una identidad”, me dijo Rossana Reguillo, especialista en análisis de redes, académica y jefa del proyecto Signa Lab. “A Musk no le interesa la seguridad sino el negocio”.
México tiene unos 14 millones de usuarios de Twitter. “Mi investigación ha demostrado que es la red donde se configura y construye la agenda política del país”. En las próximas semanas veremos más de qué implicaciones locales tienen estas aventuras de negocios.