El próximo martes habrá elecciones en Estados Unidos en donde se elegirán 435 legisladores para la Cámara de Representantes, 35 senadores, 36 gobernadores y 88 congresos estatales. Será una jornada histórica por las circunstancias derivadas de la insurrección de Trump que ha llevado a que sea calificada por el presidente Joe Biden como “determinante para el futuro de la democracia en el país”.
El llamado supermartes definirá también el rumbo de las elecciones presidenciales de 2024 en aquella nación, donde no está claro si el presidente Biden será el candidato de los demócratas para reelegirse. Será al mismo tiempo una evaluación a su gestión, que cuenta con bajos índices de aprobación. Pero aún más importante es que revelará la visión de la sociedad estadounidense respecto a su futuro, en un escenario en el que se hace difusa la línea entre partidos y candidatos en el espectro de izquierda y derecha, y donde la conversación se enfoca en temas de justicia social, igualdad y progreso.
Para México la jornada es importante porque será un punto definitorio en la reacción bilateral, por las consecuencias que tendrá el que se considera muy probable triunfo republicano en la Cámara de Representantes, dado que los republicanos tendrán seguramente posiciones más duras en materia de seguridad, migración y comercio. Lo que resultará aún más probable si además conquistan la mayoría en el Senado.
Actualmente los demócratas tienen una mayoría en la Cámara baja con 220 representantes, y en el Senado con 50 senadores; las proyecciones indican que pasarían a perder la mayoría en el primer caso con 206 y la moneda está en el aire en el Senado.
En cinco Estados que tienen una importante relación comercial con México, habrá elecciones locales: Texas, California, Michigan, Illinois y Arizona, proyectándose el triunfo de los actuales gobernadores de Texas, California y una cerrada competencia en Arizona donde la población de origen mexicano puede jugar un papel para favorecer a los demócratas.
La discusión de temas de gran importancia para México ha salido a relucir en los días de campaña y perfila que habrá desgaste en el futuro inmediato con nuestro país: en primer lugar está la discusión de una nueva ley agrícola que puede afectar el comercio entre ambas naciones; enseguida la seguridad fronteriza; el control de armas y la migración. Si los republicanos ganan la mayoría en las dos cámaras será muy difícil que el presidente Biden pueda aumentar la aplicación de las políticas en favor de la inmigración, los esfuerzos por el control de armas y que se mantenga la prudencia en las negociaciones comerciales. Si los demócratas lograran mantener el Senado el cambio sería menor, pero aun así habrá desgaste por la posición de los comités en ambas cámaras.
Pero además, luego del resultado iniciar la lucha por la presidencia para la elección de 2024 en la que es probable que compita Donald Trump y se polarice aún más la conversación política allá, provocando que los temas relacionados con México se vuelvan parte de la controversia generando presiones: el tráfico de fentanilo proveniente de México, el aumento de la migración desde México, las disputas comerciales y los pronunciamientos ideológicos respecto a Cuba son sólo algunos de los temas de potencial desgaste. Para no mencionar que el desarrollo de la guerra en Ucrania y las tensiones con China pueden aumentar también las oportunidades para una mayor integración económica y generar presiones políticas.
El supermartes se decide mucho más que las posiciones en disputa en Estados Unidos, se define un ajuste a la relación bilateral. Habrá que ver con atención los resultados, porque cada vez más los asuntos de allá nos impactan y exigen hacer más México en Estados Unidos para defender desde allá nuestros intereses. Los mexicanos en el exterior y sus familias cobran cada vez más relevancia allá. El supermartes trasciende hacia México.
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