Polonia considera establecer “fortificaciones” en la frontera con el exclave ruso, dice un funcionario
Polonia está considerando construir “fortificaciones” a lo largo de su frontera con el exclave ruso de Kaliningrado, dijo Krzysztof Sobolewski, secretario general del partido gobernante de Polonia, Ley y Justicia (PiS), durante una entrevista radiofónica este martes.
“Tendremos que reforzar nuestras fuerzas en esta sección de la frontera [con Kaliningrado]. Además, pensaremos en la posibilidad de construir más fortificaciones fronterizas similares a las que existen actualmente en el tramo polaco-bielorruso de la frontera”, dijo Sobolewski a la emisora pública Polskie Radio, al ser preguntado por la posibilidad de que Rusia envíe “refugiados de Asia y África” a Polonia a través de Kaliningrado.
Situado entre Polonia y Lituania, Kaliningrado es un exclave ruso que fue capturado por las tropas soviéticas a la Alemania nazi en 1945 y se convirtió en territorio soviético como resultado del Acuerdo de Potsdam.
Es el territorio más occidental de Rusia y la única parte del país rodeada por Estados de la UE.
En septiembre, el medio de comunicación estatal ruso TASS informó que Kaliningrado estaba adoptando una política de “cielos abiertos”, para “ampliar la geografía de los vuelos de la región y atraer a nuevas compañías aéreas” de Oriente Medio y Asia, lo que llevó a los políticos del PiS a retomar los argumentos nacionalistas sobre la posibilidad de que Moscú utilice a los inmigrantes como herramienta para la “guerra híbrida”.
Las anteriores crisis migratorias de Polonia: en 2021, Varsovia declaró el estado de emergencia después de que decenas de miles de migrantes intentaran utilizar el paso fronterizo de Bruzgi-Kuznica para viajar desde Belarús.
Los migrantes —la mayoría de ellos procedentes de Oriente Medio y Asia— quedaron varados en el lado bielorruso de la frontera durante semanas, donde soportaron un clima amargo y la falta de alimentos y atención médica.
Los líderes occidentales acusaron al régimen del presidente Alexander Lukashenko de fabricar la crisis de los inmigrantes en la frontera oriental de la UE como represalia por las sanciones impuestas por las violaciones de los derechos humanos.
Minsk ha negado repetidamente las afirmaciones, culpando a Occidente de los cruces y acusándolo de mal trato a los migrantes. Rusia —que es el mayor socio político y económico de Belarús— defendió en su momento la gestión de la crisis fronteriza por parte del presidente Lukashenko, aunque también negó su implicación.
Laura Smith Spark, Antonia Mortensen y Anna Chernova contribuyeron con sus informes.