Pese a las bajas generalizadas en los activos financieros a nivel global, cada vez se habla más de las criptomonedas y sus ventajas en términos de transferencia y custodia de valores. Y como desde este espacio siempre intentamos acompañarte en el camino de la innovación financiera con buenos fundamentos, hoy nos adentraremos en el mundo de los tokenomics.
Conocer más sobre este tema puede redundar en grandes beneficios para tus inversiones presentes y futuras.
¡Comencemos!
¿Qué significa tokenomics?
El término nace de la fusión de dos palabras: tokens y economía.
Cuando hablamos de tokens, nos referimos a activos o unidades de valor digital que poseen un valor real y que pueden ser almacenados, registrados e intercambiados en un sistema de blockchain (cadena de bloques).
La economía de los tokens refiere entonces a la forma como están programadas las normas que regirán la vida de ese token. Se trata de una serie de conceptos que deberían encontrarse debidamente desglosados en un libro blanco o white paper, que no es otra cosa que la hoja de ruta que los nuevos tokens presentan a la comunidad de criptoinversores antes de iniciar su emisión.
Así como un inversor que invierte de largo plazo en acciones debe realizar un Análisis Fundamental de la empresa emisora a partir de sus balances, los ratios del sector donde la compañía opera, los países donde se encuentra, etc.; el criptoinversor debe tener en cuenta los tokenomics de la criptomoneda que quiere comprar.
De esta manera, conocerá a fondo sus características y podrá estimar con mayor conocimiento sus probabilidades de éxito futuro, puesto que los tokenomics determinan dos aspectos muy relevantes para cualquier criptomoneda: 1) los incentivos que tendrá la comunidad para generar y custodiar tokens; y 2) la utilidad de esos tokens, clave para promover su demanda.
La oferta y la demanda de una criptomoneda determinan en mayor o menor medida su precio en el mercado. Si, además, se otorgan los incentivos adecuados para generarla y custodiarla, será cada vez más valorada por la creciente comunidad cripto.
Ahora repasemos los tokenomics más importantes a tener en cuenta:
Emisión total
A diferencia de la emisión monetaria prácticamente ilimitada (generadora de inflación) que llevan adelante los bancos centrales de los distintos países, la emisión de tokens suele ser limitada y preestablecida de antemano.
El caso de Bitcoin es paradigmático: como es sabido, no se emitirán más de 21 millones. Por lo tanto, la criptomoneda -de mantenerse vigente- debería ser deflacionaria y su precio aumentaría gracias a su escasez en comparación con la creciente cantidad de dólar circulante en el mundo.
En el caso de otras criptomonedas como Ether o Dogecoin, su emisión no es necesariamente limitada, pero sí su ritmo de crecimiento. En el caso de la moneda de la blockchain de Ethereum, incluso existen mecanismos que la pueden volver más deflacionaria que el Bitcoin.
Asignación y distribución de tokens
Detrás de cada nueva criptomoneda suele haber un equipo de personas que determina cómo será la asignación y distribución de los tokens. Si este grupo decidiera asignarse a sí mismo o inversores puntuales un porcentaje elevado de la emisión, entonces estaríamos ante una señal de alerta, puesto que esa emisión iría en contra de uno de los principios fundamentales que le otorga valor al criptomercado: la descentralización.
Este modelo de asignación se considera además injusto y peligroso porque la criptomoneda en cuestión sería susceptible a la manipulación de precio de quienes ostenten una mayor cuota de mercado. Si hay grandes tenedores de una cripto puntual, podrían derrumbar su precio a gusto si lo que pretenden es causar pánico momentáneo para comprar muchas más cripto a precio de remate.
Una asignación más justa de recursos se logra a través de la preminería, donde los mineros van recibiendo tokens a medida que sus computadoras van resolviendo los acertijos establecidos por el equipo encargado de programar su lanzamiento. Este modelo de asignación se considera justo porque quienes invierten más en minería obtienen más recompensas que quienes invierten menos.
Staking y utilidad
Como vimos en columnas anteriores, el staking refiere a la posibilidad de un tenedor de tokens de ceder los derechos de validación y minado a un minero que le pagará a cambio una tasa de rentabilidad sobre el total de la tenencia. La posibilidad de realizar staking con un criptoactivo aumenta su utilidad y, por lo tanto, su valor.
La utilidad de un token puede estar definida también a partir de otros aspectos, como el derecho a voto (gobernanza) que el token ofrezca a su tenedores y la posibilidad de participar de las ganancias de la red de pertenencia del token (como las que obtienen los exchanges descentralizados que emiten sus propios tokens).
Conclusión
Es muy fácil escribir sobre Bitcoin y otros criptoactivos cuando los precios suben. En esos momentos, el público se muestra en general muy receptivo y muchos lectores destinan varias horas semanales a estudiar a fondo el mundo de las blockchains.
Sin embargo, en momentos como el actual, donde reina una tendencia bajista de mediano plazo, el interés suele evaporarse y contagiar el entusiasmo parece una tarea por momentos imposible.
Este fenómeno muestra a las claras que la mayoría de los inversores se equivoca en nociones básicas de las finanzas. Ignora que es justamente en los mercados bajistas donde comienzan a generarse los millonarios de mañana, esas personas que supieron armarse de conceptos y acumular experiencia para aprovechar las subas futuras que se gestan en medio del pesimismo y la sobreoferta de buenos activos a precios regalados.
Leer desde ahora los white papers de proyectos ya instalados en el criptomercado y de otros que están por nacer parece la decisión más sabia para quienes se pretendan buenos y, tal vez, grandes inversores. Probablemente, en unos años la recordarán y destacarán.
Si querés alimentar tus finanzas de la mejor manera, estás muy a tiempo de hacerlo.
¡La seguimos la semana que viene con más finanzas personales!