Entrar en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid es como adentrarse en una realidad aparte, paralizada en el tiempo. Un mundo de pintadas, carteles, eslóganes de ultraizquierda, suciedad y abandono. Pasillos poco iluminados que lanzan una seria advertencia a todo aquel que los recorre: no cruces ésta o aquella puerta si no eres de los nuestros.
Este es el ambiente que se respira en el interior de una institución cuya razón de ser es justamente la contraria. Al frente de la misma está como decana Esther del Campo, muy próxima a Podemos, partido que nació precisamente entre sus muros. Fue, de hecho, el propio Pablo Iglesias quien la propuso para la Junta Electoral Central (JEC) en 2020.
También el que fuera titular de Universidades, Manuel Castells, uno de los ministros de la cuota de los morados que entró en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, intentó colocarla como rectora en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, tal y como publicó El Confidencial. Movimiento éste que no pudo llevarse a término.
Poco antes del confinamiento, Del Campo fue la encargada de presentar al entonces vicepresidente segundo del Gobierno en una charla que ofreció en el campus de Somosaguas. Según dijo, Pablo Iglesias es “profesor honorífico” de la facultad y tenerle de vuelta es como “recuperar un hijo pródigo”. “Sé que su intención es volver. Yo lo que le he transmitido es el interés de la Universidad Complutense y de nuestra facultad porque para nosotros es muy importante que alguien como él esté en el Gobierno de este país”. “Muchísimas gracias decana, maestra”, le contestó Iglesias. “Debo de estar haciéndome mayor porque últimamente me emociono mucho. Esta facultad me emociona especialmente, por ver a algunos de mis profesores, a algunos que después fueron compañeros”.
La decana de Podemos pidió “hacer algo normal”
Libertad Digital recorrió sus instalaciones de la mano de Ignacio Dancausa, días antes de que oficialice su candidatura a presidir las Nuevas Generaciones del PP de Isabel Díaz Ayuso. Forma parte de la resistencia: es el fundador de Libertad sin Ira, asociación que creó junto a unos cuantos compañeros hace poco más de un año y que en este tiempo ha conseguido tener entre sus filas a casi 60 alumnos de Políticas.
“Esto surge cuando varios estudiantes nos reunimos, nos queremos movilizar. Empezamos a hacer contactos y – esto es muy curioso, no lo he contado nunca- fue la decana la que nos pidió que lo hiciéramos porque estaba cansada de todo esto“, nos explica Dancausa. “Nos decía que estaba cansada del vandalismo, de las pintadas, de la mala imagen… Y a ver si nos movilizábamos para hacer algo normal”.
Pero cuál fue su sorpresa al comprobar que, tras un mes aproximadamente, cuando ya habían reunido los requisitos necesarios para constituirse en asociación, “su respuesta fue muy diferente: ‘No os metáis en líos, os van a pegar, no hay nada que hacer…’. Como que nos desanimó. Un cambio de discurso radical. Esa misma noche veo en las noticias ‘Podemos ficha a Esther del Campo para rectora de la Menéndez Pelayo’. Luego eso no salió adelante. Y unos meses después se publicó lo de la Junta Electoral Central. Ahí fue cuando nos empezó a encajar este cambio de discurso”.
Escraches y cancelaciones
Su primer acto como asociación iba a consistir en una conferencia con el opositor venezolano Lepoldo López. La primera vez que intentaron llevarlo a cabo fue el 26 de abril de 2021. “Faltaban unos días para las elecciones del 4-M y justo estaban con el tema de los sobres con balas; con lo de que Pablo Iglesias se fue de la SER… Decía (la decana) que estaba muy caldeado el ambiente, que la habían amenazado, que iba a haber violencia, que iba a haber problemas y lo canceló la noche de antes”. Finalmente pudieron celebrarla tiempo después, no sin escrache de por medio.
No ha sido la única ocasión. Los actos programados de su asociación son cancelados la mayoría de ellos por parte del decanato. Los que finalmente se celebran acaban en escrache. “Todos los actos que hemos hecho: o bien escrache o bien cancelación. No ha habido ni uno que lo hiciéramos con normalidad”. Estos actos de boicot no duran mucho. “Son 20 minutos que vienen a gritar y a hacerse la foto y se van”. Pero siempre tienen “visita”.
La relación entre Libertad Sin Ira y Del Campo se rompió completamente a raíz de que la asociación denunciase fraude electoral en las elecciones para elegir la Junta de facultad.
Así es darse un paseo por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en el Campus de Somosaguas (UCM).
Esta es la “Capilla Sixtina” de la extrema izquierda, el búnker donde el soviet liderado por Monedero, Iglesias o Bescansa creó Podemos. pic.twitter.com/1FMcB3FfaX
— Álvaro Barco البارو (@Alvaro95barco) June 30, 2022
“El 15-M lo he estudiado en 8 asignaturas”
Las clases transcurren con cierta normalidad, aunque no sin algún comentario por parte del profesorado de marcado carácter ideológico. “Yo he escuchado decir a profesores: ‘Espero que aquí nadie sea monárquico’”. También el contenido de las materias. “El 15-M lo he estudiado en ocho asignaturas. Me acuerdo en 1º, en Teoría Política, que te explicaban: ‘Esto es la democracia representativa: los modelos que hay en Occidente, las elecciones, etc; y la democracia participativa: el 15-M y Grecia. Y dices: joder el 15-M, ¿no?“.
Movimiento que se gestó precisamente en esta facultad. De hecho, esas reuniones en su patio interior se siguen celebrando: la asamblea de Somosaguas. “Dicen que es la asamblea que representa a todos los estudiantes para tratar los temas de universidad, que puede participar todo el mundo”, nos cuenta. Pero cuando algún miembro de su asociación se acerca a escuchar, siempre el primer punto del día es “votar democráticamente si expulsamos a los miembros de Libertad Sin Ira”. Obviamente hay más síes que noes. Y, “una vez, el segundo punto fue: votar democráticamente si expulsar a la decana. Y expulsaron a la decana del pasillo de su facultad”.
Objetivo: “Movilizar a los jóvenes del centro-derecha”
Dancausa era un niño cuando el 15-M, con epicentro en la Puerta del Sol, se produjo en España. Ahora, este estudiante de 4º que cursa el doble grado de Políticas y Económicas y que aspira a liderar las juventudes madrileñas del PP, tiene un sueño. Quizá algo quijotesco, porque dar la batalla en Políticas no es fácil, pero su intención es llevarlo a cabo: “Movilizar a los jóvenes del centro-derecha”. Y es que su análisis es el siguiente:
“La gente de izquierdas – expone- tiene interiorizado a nivel cultural que necesita cambiarle los hábitos a la gente: tienes que hablar así, pensar así… Y la gente de derechas quiere vivir su vida en paz y que le dejen en libertad formar una familia, un proyecto, una empresa… Y tienes a unas personas que están todo el rato imponiéndote hábitos y otros que están, digamos, no metiéndose en el fregaó. Y al final ellos van a ganar terreno. La sociedad está cada vez más hacia la izquierda o más hacia donde ellos quieren”.
Para Dancausa, Podemos “está en horas bajas. Por eso quiere controlar la Complutense”. Tienen interiorizada la importancia de “hacer ingeniería social, tener influencia, controlar la opinión pública a futuro, las universidades”, etc. De ahí que tenga claro lo fundamental de la movilización.
“Siempre insisto en que es muy importante que los jóvenes del centro derecha estén en las universidades porque realmente es mucho más influyente de lo que se piensa. El efecto no es inmediato, pero esta gente estuvo aquí hace unos años con su asociación, trayendo a Hugo Chávez, a Evo Morales, haciendo propaganda de todos estos temas”. Y en 2014 fundaron el partido. “Mira dónde han llegado; planteando ideas extremistas, que no estaban en la opinión pública, pero han conseguido que lo estén, especialmente entre los jóvenes”.
“Iglesias es extrema derecha”
Su objetivo no es sencillo. La mayoría tiene miedo. Impera la ley del más fuerte. Sus instalaciones aparecen “vandalizadas” cuando hay una huelga, por ejemplo. Los carteles de su asociación también son arrancados cada vez que se colocan anunciando algún acto. “Yo he llegado a escuchar que Pablo Iglesias es extrema derecha. Aquí ocurren este tipo de cosas muy raras”, reconoce.
Pero también añade que no suelen tener demasiados problemas con el resto de sus compañeros. Sólo “cuando ha habido elecciones, cuando quieren caldear el ambiente. Alguna vez sí que les saludas y te dicen: ‘Puto fascista o no sé qué. A mí eso me da un poco igual, la verdad“.
“Los estudiantes más extremistas tienen sensación de impunidad, pero creo que con nosotros no la tienen y eso está muy bien”. Y es que además considera que hay más jóvenes de centro-derecha que de izquierdas en la facultad, pero el problema es que no quieren significarse. “Si la izquierda se moviliza tanto a nivel estudiantil como a nivel colocar a los suyos en el decanato y en el rectorado y compañía y la derecha simplemente aboga por despolitizar, por estos discursos que invitan a no movilizarse, al final siempre se va para la izquierda”.
“Nosotros lo que defendemos es que aquí hay mucha gente normal – de centro-derecha, de centro-izquierda- que no le gustan estas cosas y al final en clase los encuentras. Y me atrevo a decir que hay mayoría de gente así. Lo que pasa es que no quiere significarse por el ambiente que hay: todas las paredes pintadas, los antecedentes que ha habido, la fama que tiene la universidad… Quieren sacarse la carrera, calladitos, sin molestar. Es totalmente respetable, pero es lo que decimos: somos muchos, pues vamos a movilizarnos y vamos a no permitir que unos pocos manchen la convivencia, tu titulación… Los que defendemos la libertad de expresión, la derecha liberal, tenemos que movilizarnos“.
Su objetivo es que Libertad Sin Ira esté como asociación en todas las universidades de Madrid. Y ya casi lo ha conseguido. Su siguiente acto en la facultad de Políticas será durante la semana de la Hispanidad. “Tenemos pensado hablar de la leyenda negra y la relación con Hispanoamérica”. Además, dará un paso al frente para dirigir las Nuevas Generaciones de la presidenta madrileña.
“El efecto Ayuso se nota”
Precisamente Dancausa cree que el ‘efecto Ayuso’ se nota y es positivo para alcanzar sus metas. “La gente está cansada y (ella) ha dado, por ejemplo, visibilidad a S´ha Acabat!”, asociación juvenil catalana que se moviliza en defensa de la Constitución en esa comunidad autónoma y que fue premiada.
La propia Díaz Ayuso, durante su discurso de apertura de este curso universitario, llamó a preservar los valores de la Universidad lejos de quienes quieren que sea una “plataforma de agitación política donde se persigue a quien con respeto defiende sus ideas“.
“Desgraciadamente vemos a menudo imágenes de campus que no son un lugar abierto y tolerante en el que debatir en convivencia y, por eso, nos preocupan las leyes con las que se pretende devaluar la excelencia y colonizar la Universidad”, añadió.
“Las juventudes de los partidos tienen que dar la batalla”
Ignacio Dancausa, este estudiante universitario de 20 años, cumple además con los requisitos que Ayuso ya marcó en el congreso que la coronó presidenta del PP de Madrid. En el cónclave celebrado el pasado mes de mayo, la dirigente popular dejó claro que quiere darle un giro de 180 grados a las Nuevas Generaciones madrileñas.
“Quiero jóvenes del Partido Popular. No viejos de Nuevas Generaciones. Quiero que nuestra organización juvenil cuente y que siempre esté al servicio del partido, que le escuche, que no pierda el espíritu universitario y el alma emprendedora e inconformista”, lanzó.
Este miércoles, desde el campus de Somosaguas y antes de que se hiciera pública su intención de presentar su candidatura, Dancausa afirmó: “Las juventudes de los partidos yo creo que se pueden plantear mejor. Lo que tienen que hacer son cursos de formación a sus afiliados, que supongo que será bueno para ellos en el futuro. Y al final si son jóvenes, dar la batalla en la calle, en las universidades, en todos lados. (…)”. Esa imagen de agencia de colocación, de ascensor, que muchas veces se tiene de las organizaciones políticas juveniles, “no queda muy bien”.
Este viernes la Junta Directiva Regional de NNGG de Madrid aprobó la convocatoria del que será el XIII Congreso regional de la organización. Y todo apunta a que Dancausa será el único candidato.