Sábado 10.9.2022
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Última actualización – 2:02
Este mes se renueva el Parlamento italiano, tras el adelantamiento de elecciones dispuesto por la anunciada dimisión del primer ministro Mario Draghi. Y hasta el día 15 se puede votar por sobre cerrado para elegir dos diputados y un senador en representación de América del Sur. Marcelo Bomrad es candidato a senador por La Lega, dentro de lo que, según se espera, conforme la coalición de gobierno.
En esa condición, salió a recorrer el país para formular sus propuestas, hacer notar las ventajas que supone el hecho de integrar una alianza de partidos fuerte, y alentar a los ciudadanos italianos a que ejerzan su derecho a voto, para impedir que la elección se dirima por escasos sufragios y a favor de candidatos con escasa representatividad.
En diálogo con El Litoral, puso de relieve en primer término el peso de la provincia de Santa Fe en la comunidad ítalo-argentina, la más grande del planeta, y que como tal cuenta con uno de los nueve consulados en el país, el de Rosario.
“En Argentina hay un millón de italianos; el es el país que más italianos tiene, después de Italia. Y son los únicos dos países en el mundo donde más del 50 % de la población tiene sangre italiana, que aquí se traduce en más de 20 millones de argentinos”, resumió.
Esta circunstancia hace que sea especialmente importante la principal de las cuestiones que impulsa dentro de su campaña, y que se nutre de una coincidencia de intereses marcada y especialmente actual entre italianos y argentinos: la ciudadanía.
En todos los países de Europa, se rige por el ius sanguinis, que la otorga a quienes sean descendientes de italianos, vivan donde vivan. A diferencia del ius solis, que rige en nuestro país y, en general, en países receptores de inmigrantes, donde se otorga por el lugar de nacimiento o residencia. En cuanto al ius sanguinis, en Italia además es ilimitado. “Si uno puede demostrar la relación con una persona que nació después del 17 de marzo de 1861 -que es cuando Italia se forma como país-, es italiano. Es así de automático”, argumenta Bomrad.
Y añade: “En estos momentos, Italia tiene un problema grave, que es la tasa de natalidad negativa. Es la más baja de Europa, y en Italia es su récord histórico. En otras palabras, la población de Italia se está encogiendo. Y aquí hay un problema político, que se está discutiendo en estos momentos, acerca de qué inmigración hace falta.
– Yo represento en Sudamérica a La Lega per Salvini Premier, que es parte de la coalición con Fratelli d’Italia, de Georgia Meloni, y Forza Italia de Berlusconi, que somos partidos llamados “identitarios”, que creemos en la transmisión de los valores por la sangre, y queremos fomentar la inmigración o la revinculación con personas de sangre italiana en el mundo. En el mundo hay 80 millones de personas con sangre italiana y en Italia hay 60 millones de habitantes. Si nosotros lo decidiéramos (que de hecho es nuestro plan, todo indica que vamos a ser gobierno en 20 días), tenemos un plan de hacer algo similar a la Commonwealth británica, donde ellos tienen en sus ex colonias un sistema relacionado con el fomento de su país. Los partidos de centroizquierda quieren fomentar la ciudadanía para personas de sangre no italiana.
– ¿Y ésto cómo se daría?
-Con la ley actual, de ius sanguinis ilimitado, Italia es el país que más ciudadanías otorga. Entonces no es necesario cambiar la ley. Se la intenta cambiar por una discusión política, pero a nosotros nos preocupa mucho que como parte de esa inmigración de sangre no italiana, penetre el fundamentalismo, como pasó en Francia o en Bélgica, donde hay algunos barrios completamente tomados.Es una discusión que se va a dar en el próximo parlamento, y no es nueva. Lo que ahora se impulsa es otro proyecto, un poco más light, que ya no es ius soli, sino ius scholae. Que es que con nacimiento y también un período de estudio en Italia se puede acceder a la ciudadanía. Que la ley actual también lo contempla y para nosotros está perfecta: un chico que nació en Africa y viene a Italia, va a la escuela y tiene los mismos derechos que los italianos. Lo que quieren es darle el voto.
– ¿Esta modificación podría prosperar en el nuevo parlamento?
– Todo indica que vamos a ganar por mucho, así que no hay chances. Pero lo que queremos, y para eso podemos llegar a tener los dos tercios del parlamento, es hacer una reforma constitucional (que no necesite pasar por referéndum) y yo tengo un proyecto para incluir ahí el actual sistema, y darle rango constitucional, para que en el futuro no pueda ser cambiado con una simple ley. Con algunos cambios, para mejorar. Porque, por ejemplo, la mujer antes de 1948 no transmite la ciudadanía. Lo que es una situación absurda, que se resuelve mediante un juicio y pagando una tasa altísima en euros, para algo que después sale o sale. Esa disposición viola cualquier tratado internacional, lo único que hay que hacer es un proyecto para declararlo así y dejarla sin efecto, pero nadie se ocupa.
– Porque en las elecciones de parlamentarios regionales vota poquísima gente, y se terminan quedando con los cargos los candidatos de partidos chicos, pymes políticas, que o ni van a las sesiones, o no tienen peso como para impulsar nada. Nosotros sí, y nuestras propuestas van en orden a facilitar las cosas a los italianos en el mundo.
– ¿En qué otras cosas, por ejemplo?
– Bueno, los consulados están saturados. Tramitar un pasaporte entra en un cuello de botella por exceso de demanda, y falta de recursos para atenderla. Lo que pasa es que a esos recursos hay que votarlos con el presupuesto, y para eso hay que ir a las sesiones y tener peso. Italia es el país que más invierte en su migración. Por eso da la posibilidad de tener legisladores regionales, e incluso mini parlamentos que asesoran en cada consulado. Lo que pasa es que después es muy poca la gente que vota. Los partidos grandes nunca le dieron importancia a ésto. Ahora eso cambió: Italia necesita gente, y hay que trabajar en ese tema.
Y hay muchas becas, muchas facilidades turísticas, que con gestión se podrían aprovechar mucho mejor. Queremos facilitarles las cosas a las personas con ascendencia italiana: que puedan ir a vivir, que puedan ir a estudiar o que puedan ir de visita. Y descomprimir a los consulados, con más recursos. Recuperar el Ministerio de Italianos en el mundo, que asuma trámites y descomprima a los consulados; nombrar más vicecónsules honorarios, que no cobren sueldo, pero tengan mas beneficios para que trabajen más y mejor: pasaporte diplomático, una chapa diplomática para vehículo. Y después la homologación de títulos, que si se cumplen los requisitos académico se haga de manera automática. Todo esto es la base de nuestra propuesta.
Salvatore Santacroce, presidente de la Fundación il Cuore d’Italia, y acompañante de Bomrad en su visita a Santa Fe, hizo notar que con la cantidad de descendientes de italianos que hay en Santa Fe, “en este momento no tenemos viceconsulado” y para todos los trámites se acude a la entidad, que no tiene incumbencia formal, sino que se limita a asesorar y canalizarlos. “Hay que tener un viceconsultado, que además tenga facultad para resolver los trámites acá”, propone.