US$ 7.500 pagó la senadora del Partido Colorado de Paraguay, Lilian Samaniego, a la agencia de lobby Planty & Associates LLC en Estados Unidos para hacer gestiones frente al gobierno y autoridades del país del norte.
Según medios de Asunción, y una explicación poco clara de la misma parlamentaria, dichas gestiones habrían sido claves -y la pista ante los fiscalizadores en el país del norte- para que el expresidente de Paraguay, Horacio Cartes, haya sido ingresado el 22 de julio a la lista de personas “significativamente corruptas” de Estados Unidos, prohibiendo de paso tanto su ingreso como el de sus hijos al territorio estadounidense. Además se congelaron sus activos en el país.
El motivo: “Cartes utilizó la Presidencia de Paraguay para obstruir una investigación del crimen transnacional que involucraba a su socio”, explicó el embajador de EEUU en Asunción, Marc Ostfield. Y agregó que eso le permitió “participar en actividades corruptas, terroristas y otras actividades consideradas ilícitas por Estados Unidos”.
Ese “socio” que menciona Washington sería, según el diario ABC Color, Darío Messer, un empresario brasileño condenado en 2020 a 13 años y cuatro meses de prisión por la justicia de Brasil, acusado de mover US$ 1.600 millones por canales ilícitos a través de más de 3.000 cuentas bancarias en 52 países entre 2011 y 2017.
“Messer facilitó esta red mediante el acceso a las élites políticas y empresariales, a la vez que se ocultaba y vivía en Paraguay, donde supuestamente recibía protección de los más altos niveles”, explicó en un reciente informe el sitio Insight Crime.
Cartes y sus empresas tienen una red enorme en muchos sectores, sumando más de 70 compañías: son dueños, entre otros, del Banco Besa, los hoteles FourPoints Ciudad del Este, Sheraton y Aloff de Asunción; Cementos Concepción, la empresa de alimentos Distribuidora del Paraguay, la de ventas de tecnología, Bonus. Pero también están en transporte, fintech y farmacias.
A su vez son dueños de Tabesa (Tabacalera del Este). Esta última estuvo involucrada en la trama del avión venezolano-iraní que causó polémica en Argentina. Antes de arribar a Buenos Aires, tomó un cargamento de cigarrillos desde una firma de Cartes y los llevó a Aruba. Se cree que son cigarros falsificados.
El avión¿Por qué estamos hablando de este escándalo paraguayo?
Pues porque Andrónico Luksic se subió a un avión Cessna 750 Citation el sábado pasado acompañado de Francisco Pérez Mackenna y Rodrigo Hinzpeter, gerentes general y legal de Quiñenco, respectivamente, además de Nicolás Correa, gerente general de Enex, y Patricio Jottar, de CCU, rumbo a Asunción. Llegaron a eso del mediodía, se bajaron, tomaron tres vehículos negros y uno blanco y fueron hasta la residencia personal de Cartes, en Avenida España.
Todo fue registrado minuto a minuto por la prensa local. De hecho, apenas entregaron a las autoridades oficiales del país la lista de pasajeros del avión que aterrizó, se filtró el video a la prensa. Tres horas después del arribo, volvieron al avión y regresaron a Santiago.
El empresario chileno se enteró por la prensa y Twitter de la investigación a su socio por parte de EEUU el mismo 22 de julio, cuando el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que Cartes tenía prohibido el ingreso a EEUU y que entraba a la lista negra de la corrupción. “Estamos comprometidos con la democracia y la rendición de cuentas de los funcionarios corruptos”, tuiteó.
Desde entonces, los ejecutivos de Luksic trataron de agendar la reunión con urgencia, lo que logró concretarse solo 15 días después. En Paraguay, Quiñenco no tiene oficinas ni representantes oficiales, aunque sí abogados locales. Y, por la importancia y gravedad del tema, Luksic quiso estar personalmente él y no solo sus ejecutivos.
“Ante la inquietud causada por la decisión de Estados Unidos de declarar inelegible para entrar a ese país a don Horacio Cartes, cuyas empresas han sido socias nuestras en Paraguay desde hace nueve años, se estimó necesario concretar de la manera más rápida posible una reunión con él y con los ejecutivos de las compañías en las que estamos presentes”, señaló a DF SUD el fiscal de Quiñenco y director de Enex y CCU, Rodrigo Hinzpeter, tras la cita el sábado pasado.
El también ex ministro de Estado chileno agregó que “en el encuentro se resolvió tomar las medidas pertinentes para abordar este nuevo escenario, cuyos alcances e implicancias serán materia de análisis en los directorios de las respectivas empresas”.
Y esas medidas pertinentes, según fuentes conocedoras, incluyen desligarse cuanto antes de Cartes. Sin embargo, el expresidente de Paraguay descartó vía Twitter que la acusación de EEUU tenga razón. “Niego y rechazo el contenido de las acusaciones, las que considero infundadas e injustas”, expresó.
Quienes conocen la forma de hacer negocios de Cartes dicen que es ávido y ambicioso y que no va a vender a un mal precio jamás. “Es un negociador duro”, dice una persona que está al tanto.
En todo caso, el monto de la inversión en Paraguay de Quiñenco es menor a los US$ 40 millones, por lo que salir o quedarse en ese mercado no es algo crítico. Pero, al igual que Cartes, el grupo chileno no quiere regalar su participación. La negociación se anticipa ruda.
La importancia de este hecho para el también controlador de Banco de Chile, la minera Antofagasta Minerals y Canal 13, es que justamente con Estados Unidos y con el gobierno de Joe Biden están en medio de una disputa minera.
Se trata del proyecto Twin Metals, que ha traído más de un dolor de cabeza al empresario. Ello, porque aunque primero fue aprobado para operar en el gobierno de Trump, la actual administración echó pie atrás por estar en una reserva natural y el proceso está judicializado. Luksic ha contratado a pesos pesados del lobby y el ambientalismo en EEUU para convencer de que su proyecto es responsable.
Y no es primera vez que Luksic tiene problemas con sus inversiones en el extranjero. Aún están en la memoria el escándalo de Lucchetti en Perú en los 2000, y en Pakistán donde intentaron, sin éxito, desarrollar un proyecto minero.
Horacio Cartes.
La idea de Quiñenco de hacer negocios con Cartes, uno de los empresarios más poderosos del Paraguay, y un político de derecha que fue presidente del país por seis años, se inició en 2013, cuando éste era ya mandatario.
Entonces, partieron con bebidas, y fue el mismo Patricio Jottar el que negoció los términos. Así, lograron hacerse con el 50% de la empresa Bebidas del Paraguay, controlada por el exmandatario junto a su hermana. En ese país cuenta con licencia para distribuir cerveza bajo las marcas Schneider, Heineken, Amstel, Sol, Paulaner y Kunstmann.
Pero más tarde sería el turno de Nicolás Correa, gerente general de Enex desde 2013 aunque lleva desde 2008 vinculado a Quiñenco, de aterrizar en el país guaraní. Se volvieron a asociar con Cartes en 2019, cuando ya había dejado la presidencia, y compraron el 50% de la empresa Gasur SRL, que era del grupo del expresidente. A través de esa compra ingresaron con la marca Enex y Upa!
“La verdad es que todos los mercados son distintos. Operamos en Estados Unidos, en Chile, ahora en Paraguay, y entonces qué mejor que alguien con ese éxito local que nos apoye en ese tren”, afirmó el ejecutivo al medio La Nación en noviembre de 2020.
De hecho, en el país llamó la atención el arribo del concepto de tiendas de conveniencias de la empresa, Upa!, que era algo que no tenían.
“En cuanto a las tiendas de conveniencia, tiene algunas similitudes con Chile, y nos sentimos cómodos en el tema del desarrollo de este negocio. También vemos que hay mucha oportunidad para llevar nuestros productos de calidad en combustibles”, agregó Correa en dicha cita.
Hoy tienen 55 estaciones de servicio y el plan de inversiones para los próximos años indicaba seguir sumando ubicaciones.
La regla del 10-10-10 es lo que convence a inversionistas extranjeros, entre ellos varios chilenos, de irse hasta Asunción a hacer negocios: las empresas pagan un 10% de impuesto, las personas otro 10% y el IVA es de 10%.
Además, obtener la residencia es extremadamente fácil para inversionistas extranjeros. Tener el carnet paraguayo e ir un par de veces al año al país es casi el único requisito para fundar una empresa. No pide vivir allí ni tampoco una inversión mínima.
Paraguay, un país con 7 millones de habitantes, veranos calurosos e inviernos templados, tiene una baja penetración en casi todos los rubros, de ahí el interés por instalarse allá. Entre los estudios de abogados más prestigiosos que se cuentan en el país está López-Moreira, que es el que tiene a casi todos los inversionistas extranjeros.
Uno de los que lleva más tiempo allá es Laurence Golborne, quien preside el fondo Tavamay, que inició inversiones en 2017. Hoy tienen negocios de salud, inmobiliarios, financieros y de tierras.
También tienen negocios allá la familia Solari, vía Megeve, que maneja Urban Domus y que ha levantado varios edificios residenciales. Embotelladora Andina, de las familias Said, Vicuña, Hurtado y Chadwick está en Paraguay, donde compiten directamente con la dupla Cartes-Luksic en el mercado de bebidas. Crystal Lagoon, de Fernando Fischmann, tiene una veintena de proyectos en carpeta. Juan Rassmuss está haciendo exploraciones de gas y petróleo en la zona del Chaco, además de tener residencia en Asunción.
En 2020, Chile fue el sexto país que más invirtió en Paraguay, con US$ 428 millones, casi empatado con su vecino Uruguay. España, Estados Unidos, Países Bajos y Brasil lideran la lista. Hasta ahora.