“Imagina cruzar la frontera como un inmigrante y ser recibido con los brazos abiertos”. Estas palabras provienen de un artículo en la web que sirve como guía para los autoproclamados expats (expatriados) que vienen a México a establecerse durante un tiempo indefinido. Igualmente, no está de más recordar ese controversial tuit que causó escándalo en redes sociales hace meses: “Hazte un favor contigo mismo y trabaja de manera remota en la Ciudad de México– es verdaderamente mágico”, seguido de la imagen de un corredor en la Roma norte. Conocidos también como nómadas digitales, dichos sujetos llegan a México con el objetivo de trabajar remotamente aquí, ganando en dólares, gastando en pesos y sin tener que pagar impuestos.
La realidad es que son inmigrantes que buscan una vida más cómoda, sin estar en situaciones de precariedad. La mayoría de estos expatriados provienen de países anglohablantes, con una situación muy diferente a la de otros grupos de inmigrantes que llegan al país. En varios casos su mentalidad poscolonial les da un complejo de superioridad, algunos ni siquiera sienten la necesidad de aprender el idioma local, elemento que ha hecho enojar a unos cuantos residentes locales de la zona.
Recientemente, en redes sociales, sobre todo en Twitter, ha surgido el debate en torno a los expats que viven en la Ciudad de México, principalmente en las colonias Roma, Condesa y Juárez. Hasta el momento es un tema que se ha mantenido, en su gran mayoría, dentro del ámbito de las redes sociales, las cuales no representan la perspectiva de todos los citadinos. No obstante, este fenómeno ya apareció en algunos medios de los Estados Unidos, como en el periódico Los Ángeles Times.
El problema no radica tanto en que vengan y se instalen personas del extranjero en el país, aunque debe ser equitativo para todo tipo de inmigrante. Esto es un fenómeno de la globalización al que la población está más o menos acostumbrada. El verdadero tema que atender es la gentrificación. En cuanto a esta problemática, no es causa total de los extranjeros, puesto que, es un fenómeno que surge a partir del desplazamiento de la población originaria de un lugar por otra como resultado de un proceso de renovación en la zona.
Esto produce incrementos en los precios de renta, los cuales son únicamente accesibles para una cierta clase social. Sonará controversial, pero algunas de las personas que se sienten desplazadas por los expatriados, en su momento, desplazaron a otros habitantes; así suele pasar con ese tipo de zonas. La llegada de extranjeros solo encarece colonias que de por sí ya eran caras. Hasta la fecha, ni el gobierno capitalino, ni el de la alcaldía, han atendido esta cuestión con mayores leyes dirigidas a las inmobiliarias y servicios como Airbnb. Aunado a esto, la Administración Tributaria sigue sin regular los ingresos de estos sujetos, elemento que hace más atractivo su establecimiento.
POR IGNACIO ANAYA
@IgnacioAnay
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