Las plataformas digitales constituyen, en estos momentos, una de las formas más viables para generar ganancias y ventas a través de la publicidad. La creación de contenido es la ventana a ese espacio donde las propias redes te brindan herramientas para la constante innovación.
Por ejemplo, tal vez muchos pueden pensar cómo monetiza Facebook, cuando resulta totalmente gratis crearse una cuenta e interactuar en la red. Esta plataforma genera ganancias a través de los anuncios, resultado de esa creación de contenido y el verdadero cobro son los datos de quienes se suscriben a esa red.
Los negocios hallan en los Facebook Ads (anuncios de Facebook) el espacio ideal para llegar a su público meta, pues las facilidades que otorga con pago de por medio lo hacen posible. Se puede escoger en qué regiones publicar tu anuncio, el rango de edad ideal, género y otros aspectos previamente recopilados por Facebook para esta misma actividad. En resumen: segmentar.
También al nombrar esta red, es propicio incluir Instagram que funciona de igual forma. Sin embargo, para crear contenido, sobre todo en esta última plataforma, hay aspectos puntuales a tener en cuenta. Instagram dispone de reels, IGTV, imágenes, stories y para cada una de estas variantes hay formatos y duración establecida.
La aparición de Twitter, Instagram o Youtube, dio voz a personas corrientes, que a través de estas plataformas publicaban sus experiencias, fotos o hobbies ganando, con el transcurso del tiempo, fans que se sentían inspirados por ellos o que compartían sus gustos y preferencias. Estos son los llamados influencers.
La monetización en las redes sociales se vincula también a este fenómeno de los influencers. En una de las conferencias realizadas en el Primer Encuentro Nacional de Periodismo, Comunicación y Alfabetización Digital «Petabyte 2021», Katia Sánchez, fundadora de La Penúltima Casa, declaró que los influencers pueden considerarse como actuales líderes de opinión y según algunas definiciones, son aquellos que tienen la habilidad de influir en potenciales compradores de un producto o servicio, en lo que respecta al marketing directamente.
“Los influencers se pueden clasificar según la temática de su perfil y la audiencia a la que van dirigidos. Las temáticas pueden ser muy diversas, por lo que, es fundamental conocer que temas suele tratar y en qué es experta esa persona. El mejor perfil será el que más especializado esté en nuestro sector, para que su audiencia coincida con los “buyer-persona”de la empresa y además cuente con una mayor credibilidad y confianza por parte de sus seguidores.” Según se refiere en el texto Mundo influencer: ¿Cómo colaboran con las empresas y cómo lo perciben los usuarios?.
Muchas compañías, establecidas o no, trazan como estrategia el éxito por asociación; establecen nexos con estas figuras reconocidas, recomendando un producto o servicio en específico. Si la persona es realmente influencer, logrará que sus seguidores soliciten los beneficios del negocio publicitado.
Respecto al tema, Katia comenta que actualmente es prioridad de muchos negocios vender, aunque entre sus objetivos se mantenga alcanzar buena interacción y crear una comunidad.
«A pesar de no ser expertos en ventas, el objeto social es vender y para subsistir hay que hacerlo. Quien contrata quiere ventas y segundo, quiere seguidores. ¿Por qué?, pues el negocio entiende que a mayor cantidad de seguidores tendrá más público y esto, a su vez, se traduce en el aumento de las ventas», añade.
¿Se da este fenómeno en Cuba?
Por supuesto, aunque no de forma tan sencilla. En el marco cubano, la monetización no puede efectuarse de una forma directa. De hecho, muchas cuentas deben ser creadas en el extranjero, con un número foráneo, para poder emplear todas las facilidades de las plataformas.
Como varios servicios están bloqueados resulta frecuente el uso de VPN para ubicar el dispositivo electrónico en otra región y así, poder acceder a este beneficio y a las herramientas que lo posibilitan.
La influencer cubana Samantha Espineira, en entrevista para la revista Alma Mater, comentó que para monetizar en su perfil de Instagram utiliza dos tipos de relaciones laborales. La primera son las colaboraciones con marcas o pequeños emprendimientos en las que promociona productos, con los cuales se queda luego, y la segunda son las publicidades pagadas, para las cuales estableció tarifas fijas en función de la frecuencia de los posts.
Comenta además que a pesar de que el segundo tipo de trabajo lleva mayor producción las imágenes espontáneas siguen ganando la preferencia de sus seguidores.
Puede deducirse entonces que gran parte del éxito o no de un influencer está muy relacionado con lo que le es o no funcional para su público. Una forma de saber cuál contenido gusta más y cuál menos es hacer un análisis de las métricas en las redes. ¿Qué son las métricas? Pues los datos y estadísticas que te ofrecen información sobre el rendimiento del marketing de tus redes sociales.
Al respecto, Katia comenta que “hay una primera parte de la evaluación que tiene que ver con medir cuantitativamente; para eso hay un montón de herramientas. Las mismas plataformas de redes sociales nos ofrecen métricas y además hay otras herramientas a las que nosotros podemos acceder.
En Cuba la mayoría de las herramientas más importantes y mejores y que más calidad métrica nos brindan son de pago y nosotros no tenemos acceso a ellas. Entonces hay que hacer mecanismo para poder encontrar formas de medir.”
Visto así, puedes crear un contenido, pero lo que te hace influyente es que el público lo consuma por tratarse de tu persona. Más allá de eso, se reconoce influencer a quien hace un llamado a la acción y es escuchado. Alguien, cuyas proposiciones tienen una respuesta.
Ahí radica la diferencia, pues no todo creador de contenido es influencer ni todo influencer es creador de contenido. No se limita a ser un fenómeno de redes sociales: un cantante, actriz, bailarín, deportista, puede tener influencia por ser admirado en su trabajo y un referente para el público en general.
Por otro lado, aun en la actualidad se les llama de forma errónea influencers a determinados usuarios teniendo en cuenta su número de seguidores. Este no es un medidor real, ya que en muchos casos son comprados u obtenidos por la dinámica de “sígueme y te sigo”, resultando lo contrario a un crecimiento orgánico.
La principal fuente de valor de un influencer son sus seguidores, no tanto en cantidad sino en calidad, por lo que muchas empresas a la hora de hacer colaboraciones prestan mayor atención a los llamados “microinfluencers” o “nanoinfluencers” ya que, aunque sean cuentas con menos seguidores, su tasa de participación y alcance son elevados y son muy eficaces a la hora de llegar a un público objetivo y más económicos.
Cabe agregar que la creación de contenidos y la monetización de estos, no se limita a Facebook o Instagram solamente; plataformas como Youtube, TikTok, Twitch, plataformas alojadoras de podcasts como Ivoox o Anchor son también sitio para ello.
Las red de redes va marcando el camino de hacia donde se puede llegar con las facilidades y características de cada espacio digital, y además, cómo hacerlo. Depende de cada usuario estudiar su público e idear la fórmula para alcanzar su meta.