Un año y medio de mandato repleto de dificultades. Y cada vez son más. Ese es el balance de la estancia de Joe Biden en la Casa Blanca, en la que se ha enfrentado a situaciones inéditas como la pandemia de coronavirus o la invasión rusa sobre Ucrania. Dos aspectos que junto con otros como la inflación o la falta de contundecia a la hora de abordar temas como el aborto han dado la estocada final a la luna de miel que el presidente de Estados Unidos mantenía con parte del electorado demócrata. Y lo hace en un momento delicado: a apenas unos meses de que se celebren las elecciones de medio mandato, en las que los progresistas se juegan el control del Congreso.
Esos comicios, que se celebrarán en noviembre, son contemplados normalmente como un referéndum sobre la labor del jefe del Ejecutivo norteamericano -tienen lugar cuando se cumple la mitad de la legislatura-, pese a que en ellos únicamente se renuevan las dos Cámaras del Legislativo federal, además de otros puestos en instituciones estatales y locales.
De hecho, «en una encuesta en marzo preguntamos a la gente si pensaba que su voto en las elecciones de medio mandato sería un voto a favor o en contra de Biden, y el 36 por ciento dijo que veía su voto como un voto contra Biden, y solo el 24 por ciento a favor de él», explica el director de Investigación Política del centro de estudios Pew, Carroll Doherty.
Según varios sondeos publicados en los últimos días, entre ellos uno de Pew, la valoración del presidente ha caído en picado hasta alcanzar sus niveles más bajos desde que llegó a la Casa Blanca, en enero de 2021, tras los controvertidos meses en los que el fraude electoral enarbolado por Donald Trump planeó la nación.
E incluso una encuesta del diario The New York Times y Siena College indicaba que el 64 por ciento de los votantes demócratas preferiría ver a otro candidato que no sea Biden en las presidenciales de 2024, con la economía y la inflación como principales lastres para el gobernante.
Muchas dudas
Richard, de 68 años, es un demócrata de toda la vida que votó por Biden en las pasadas elecciones presidenciales; cree que el político demócrata tiene que ser más firme para ayudar a su partido en la cita en las urnas de noviembre; y tiene dudas sobre a quién apoyará en 2024.
«El presidente Biden necesita ser más agresivo a la hora de impulsar sus políticas, y más directo en los enfoques», opinó este jubilado de raza blanca después de votar de manera anticipada esta semana en las primarias en el estado de Maryland.
Pertrechado con un sombrero de paja para protegerse del sol a la salida de un centro de votación en la zona acomodada de Chevy Chase, Richard consideró un error que el mandatario intente contentar a demócratas y republicanos.
«Necesita una dirección más firme», sostuvo.
Todos los votantes progresistas consultados en tres centros electorales en el condado de Montgomery coincidieron en que respaldarán a Biden si finalmente opta por la reelección en 2024, pese a que algunos no están seguros de que pueda ser el mejor aspirante en esa cita y prefieran a otros. Eso sí, no desvelaron quiénes son sus favoritos para evitar una guerra de nombres.
Respecto a los comicios de medio mandato, las mujeres preguntadas subrayaron que Biden y los demócratas deberían centrarse de aquí a noviembre en políticas que puedan garantizar el derecho al aborto y a favor de un mayor control de armas.
Anne, una jubilada de 86 años, no comprende las críticas al presidente. «No acabo de entender por qué todo el mundo se queja de lo que hace o no hace», reflexionó Anne en una conversación con Efe a las puertas de una biblioteca en el área de Silver Spring, donde depositó su papeleta en las primarias en Maryland tras llegar conduciendo en su coche.
«Ya está mayor»
No obstante, esta afroamericana cree que el presidente a su edad -79 años- debería retirarse, aunque matizó que no solo él, sino también el resto de políticos de edad similar (el expresidente Donald Trump tiene 76 años y la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, 82 años). «Es la hora de generaciones más jóvenes», zanjó.
La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Shippensburg (Pensilvania) Alison Dagnes apunta que frente al estilo de Trump y los republicanos, con ataques sin tregua a Biden diciendo que tiene demencia o que es malvado, el presidente es como «una especie de tío Joe, muy, muy encantador que monta en bicicleta y que hace cosas buenas».
El actual inquilino de la Casa Blanca «está jugando a defenderse en vez de ir a la ofensiva», sostiene Dagnes, quien pone como ejemplo el tema del aborto, cuyas garantías legales fueron revocadas el pasado junio por el Tribunal Supremo del país en un fallo cuyo contenido fue filtrado a la prensa un mes antes.
La analista subraya que el sentir de los demócratas es que el presidente ha reaccionado a esa sentencia «un poco tarde», porque se conocía el fallo desde mayo. «Solo dos semanas después de la decisión judicial, Joe Biden sale y dice ‘vale, ahora tenemos que hacer esto’, y pensé ‘¿dónde ha estado usted?», lamenta.
El experto en encuestas y opinión pública Michael Traugott, profesor de Investigación y de Ciencias Políticas de la Universidad de Michigan, detalla que es un fenómeno habitual que descienda el apoyo a un presidente durante su mandato, porque normalmente llegan con altos índices de aprobación y se da lo que se conoce como la luna de miel, hasta que se produce un desgaste. Pese a ello, admite que «lo empinado del descenso» de Biden en las encuestas está siendo «un poco inusual».
En ese sentido, desde el centro Pew, Doherty puntualiza que cada presidente es diferente y recordó que así como Trump (2017-2021) tuvo un bajo índice de aprobación entre los votantes que apenas cambió a lo largo de su Presidencia, el de Barack Obama (2009-2017) fue mayor que el de Biden, pero también bajó en su primer año.
Así las cosas, para Traugott, poco está en la mano del dirigente actual hasta noviembre, ya que «sus opciones son bastante limitadas. Por ejemplo, en lo que respecta a la inflación hay pocas cosas que pueda hacer; y segundo, tomaría demasiado tiempo y estamos a solo cuatro meses de los comicios de medio mandato».