Iberdrola España tiene nuevo consejero delegado. Él es Mario Ruiz-Tagle (Santiago, Chile, 1965). Hasta ahora ocupaba el cargo de CEO de Neoenergia, la filial brasileña de Iberdrola que preside Ignacio Galán. Con una vasta experiencia en el sector energético, Ruiz-Tagle conoció a Galán en 2001, cuando tuvo que reportarle sobre el negocio del grupo en el que trabajaba. El presidente se quedó sorprendido de que viniendo del mundo de la abogacía conociese con tanta profundidad el negocio energético y de la ingeniería.
Aunque nació en Santiago, desde los tres años Ruiz-Tagle vivió en Talca, una región ubicada en la zona central de Chile, famosa por los vinos, especialmente de la uva carmenere. Lo cierto es que cuando le preguntan de dónde es, dice que es como un elefante: “Creo que somos como ellos, durante toda la vida recorremos la selva de un lado para otro, pero para morir volveremos a donde nacimos”.
Estudió sus primeros años en el Colegio Integrado San Pío X. Con la llegada de la etapa universitaria, regresó a Santiago para formarse en la Universidad Diego Portales. Escogió Derecho, no porque en su familia hubiese más abogados, sino influenciado por el momento particular que vivía Chile en aquellos años, “en el que el respeto de los derechos estaba siendo cuestionado y todos los jóvenes teníamos una gran sensibilidad por este tema”, recuerda a CincoDias. No obstante, si hubiese elegido con el corazón, reconoce que hubiese estudiado Biología Marina. No es de extrañar, ya que su gran pasión es la naturaleza, algo que plasma con su principal hobby, la fotografía.
Hijo de padre agricultor, su madre tenía una reconocida empresa de catering, Mi cocina. Quizás por haber vivido entre fogones, es su otra gran afición. Su abuela le enseñó maravillosas recetas que todavía prepara para la familia, y los amigos, que conserva todavía de su ciudad natal, gracias a las nuevas tecnologías. Una de sus frases preferidas es que a las casas siempre debería entrarse por la cocina.
Tiene cuatro hermanos, todos varones: conjuntamente han dado a sus padres 17 nietos, cinco varones y 12 mujeres. Ruiz-Tagle conoció a su mujer en 1991, seis meses después de verla en una fotografía que le enseñó su primo. En su primera cita fueron al cine, y hoy, más de 30 años después, tienen cuatro hijos. El directivo reconoce que Claudia, arquitecta de profesión, es el pilar fundamental de la familia y de su vida.
Al nuevo CEO de Iberdrola España le gusta la vida tranquila y disfrutar de su familia. También le encanta explorar diferentes lugares. Con los que mayor conexión siente son África y la Patagonia, de los que conoce sus canales y glaciares, respectivamente. Gracias a su relación con el medioambiente, ha podido ver en los últimos 20 años los efectos del cambio climático en primera persona. Por ejemplo, en el glaciar Grey de Chile, que ha visitado en distintas ocasiones: “Al principio tenía que ir con chaquetas térmicas para evitar las bajas temperaturas, pero la última vez que estuve hacía 30 grados”, explica. También es fan del fútbol. Durante años ha sido portero, lo que le ha permitido trabajar en equipo y entrenar la resiliencia. Sus equipos de fútbol favorito son el Rangers de Talca y la Universidad de Chile. Además, es ciclista amateur.
Vinculado al sector energético desde 1996, comenzó su carrera en Iberdrola hace dos décadas, como director de relaciones institucionales de la filial brasileña; en 2004 fue nombrado director de negocios del departamento de Iberdrola en Latinoamérica, y seis años después se convirtió en country manager de Iberdrola Brasil. En 2017, año en que Neoenergia incorpora la distribuidora Elektro Redes, Mario Ruiz-Tagle es nombrado consejero delegado, y en 2019 lidera su exitosa OPV.
Los que lo conocen lo califican de transparente y honesto: invierte mucho tiempo en conocer a la gente, y se ocupa de ella. Siempre escucha y se muestra dialogante con su equipo, con quien empatiza y muestra confianza y afecto, pero internamente siempre tiene claro los objetivos y los resultados que hay que alcanzar. Es, dicen, un trabajador incansable. Es cercano, con un liderazgo muy apegado a la gente de la compañía, con objetivos muy claros y definidos. Y es muy consciente de que una empresa funciona si tiene en cuenta toda la cadena de valor, añaden.
Uno de sus mantras es que no hay empresa que funcione sin las pequeñas aportaciones de cada uno de sus trabajadores. La puerta de su despacho siempre está abierta y se toma su tiempo con cada persona que entra. Al hacerlo, todos pueden ver una escultura pequeñita y verde del Cristo Redentor de Brasil, porque como él dice, aunque hay más de 7.800 kilómetros de distancia, después de 20 años en el país, parte de su corazón está allí, y ha querido traerse un trocito.
La filial brasileña
Neoenergia ha sido uno de los vectores de crecimiento del grupo Iberdrola, en especial en los últimos años. La filial brasileña de Iberdrola, de la que la matriz controla el 53,5%, ha pasado de ganar 303 millones de reales brasileños (unos 55,8 millones de euros) en 2016 a 3.925 millones de reales (722 millones de euros), lo que supone multiplicar su beneficio neto por 13 en cinco años. En el primer trimestre de este 2022, Neoenergia ganó un 20% más que en el mismo periodo de 2021, 1.212 millones de reales brasileños (223 millones de euros), y supuso una quinta parte del resultado global del grupo.
La parte española, en cambio, supone ya menos de un tercio de la facturación del grupo. Ruiz-Tagle será el responsable de la cuenta de resultados de España y de representar a la compañía ante los órganos del Gobierno e instituciones externas. Su objetivo es claro: quiere potenciar el sentido de pertenencia a Iberdrola, de la cual se siente muy orgulloso. Con gran ilusión por su nuevo puesto, ha venido a conectar con una nueva energía.
La rama española
Iberdrola España se constituyó en 2014, cuando se culminó el nuevo modelo de gobierno del grupo, que ya contaba entonces con sociedades similares en el resto de sus mercados de referencia.
El beneficio neto del grupo alcanzó los 1.058 millones de euros en el primer trimestre de 2022, un 3% más, gracias a EE UU, Brasil y otras áreas internacionales. El resultado de España cayó un 29%, por la subida del precio de la energía que no pudo traspasar a los contratos fijos.