El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó a Washington para hablar con su par estadounidense, Joe Biden, de migración, inflación y seguridad, justo cuando las relaciones bilaterales no atraviesan su mejor momento.
La reunión entre los presidentes llega poco más de un mes después de que López Obrador no asistiera a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles en protesta por la negativa de la Casa Blanca a invitar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Además la reforma energética que impulsa López Obrador bloquea miles de millones de dólares de inversiones y es probable que desencadene alguna controversia en el marco del tratado comercial de Norteamérica T-MEC.
Cuando todavía está en mente de todos la tragedia de los más de 50 migrantes muertos en un tráiler en las afueras de San Antonio, es inevitable que la cita se centre en el tema migratorio y la seguridad.
Para López Obrador la migración debe enfocarse a través de “los programas de cooperación para el desarrollo, no solo en el caso de México sino también (con) el apoyo a países de Centroamérica”.
Y es probable que pida a Biden decenas de miles de visas para trabajadores temporales, sobre todo del sector agrícola, e inversiones en algunos proyectos de Centroamérica para frenar las caravanas de migrantes.
“No sería absurdo emitir más visas, abrir un poco más las fronteras, pero políticamente es muy, muy complicado” para Biden tomar medidas que parezcan que está abriendo las fronteras de cara a las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre, que podrían costar a los demócratas el control del Congreso, explica Héctor Cárdenas, profesor de la Goldman School of Public Policy.
El presidente mexicano es partidario de un flujo migratorio “ordenado”, tanto para los migrantes que quieren entrar en Estados Unidos como los que ya se encuentran trabajando en el país, lo que implicaría una vía hacia la ciudadanía, una de las promesas de Biden truncadas por el Congreso.
“Cerrar filas”
La inmigración preocupa al electorado estadounidense en un momento en que se baten récords de llegadas: 239.416 migrantes irregulares trataron de cruzar la frontera sur de Estados Unidos en mayo y fueron detenidos o se entregaron a una autoridad.
Pero lo que realmente le quita el sueño a la ciudadanía es la inflación galopante.
López Obrador estima posible “cerrar filas y trabajar de común acuerdo” para controlar la escalada de precios “con medidas bilaterales” teniendo en cuenta que México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y “un país con muchas oportunidades para la inversión”.
La inflación se debe entre otros factores a las interrupciones y embotellamientos en las cadenas de suministro y a las repercusiones de las guerra en Ucrania tras la invasión rusa, de la que también hablarán.
Los dos mandatarios abordarán “su visión común para Norteamérica y los esfuerzos comunes para afrontar los desafíos globales, incluida la guerra de Rusia en Ucrania”, afirmó este lunes Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La seguridad será el tercer gran apartado, debido al tráfico de migrantes en la frontera. Además, el gobierno mexicano calcula que cada año se trafica más de medio millón de armas de fuego desde Estados Unidos hacia México y a Washington le preocupa sobremanera el paso de droga, especialmente de fentanilo, por la frontera.
Pero cualquier tema de seguridad debe examinarse “en el marco del respeto a nuestra soberanía”, avisó este lunes López Obrador.
La reunión llega precedida por algunas declaraciones airadas del mandatario mexicano.
El 4 de julio, día de la fiesta nacional en Estados Unidos, López Obrador pidió a las autoridades estadounidenses que indulten al fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien está siendo procesado por una filtración masiva de documentos confidenciales.
“Si lo llevan a Estados Unidos y lo condenan a pena máxima y a morir en prisión hay que empezar la campaña de que se desmonte la estatua de la libertad”, dijo.
Es probable que se muestre más conciliador en Washington, donde el martes tendrá un desayuno de trabajo con la vicepresidenta Kamala Harris antes de reunirse con Biden en la Casa Blanca.
Por la tarde rendirá homenaje al expresidente Franklin D. Roosevelt y al defensor de los derechos humanos Martin Luther King.
Apretones de manos aparte, surgen voces en filas demócratas que piden firmeza.
El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, instó el lunes a Biden a “recalibrar” su estrategia con López Obrador si no se avanza en la agenda mutua sobre seguridad, lucha contra el narcotráfico, seguridad y el respeto de los derechos humanos
También le pidió que no eluda otros temas polémicos, como la violencia contra los periodistas en México.
Con información de AFP
Imagen: AFP