Ante la tragedia migrante en San Antonio Texas, la corrupción parece ser el eje central de este trágico episodio y en particular la que se registra en el Estado gobernado por Gregg Abbott, quien pondrá sobre cualquier tema o situación sus aspiraciones políticas.
En el tránsito del camión por la autopista interestatal 35, que inicia en Laredo y concluye Duluth en Minnesota, es por decir lo menos irregular, burló los 2 puntos de revisión cercanos a la frontera, el primero en la milla 35, denominada El Encinal y el otro en la milla 69, en Cotulla, en donde el chofer burló a las autoridades ya que debió haber acreditado con documentos el contenido de lo que transportaba en la caja del camión además de engañar a los perros adiestrados para detectar personas escondidas y la revisiones con equipo de última generación de cuestiones térmicas y de rayos “x”.
Para poder cruzar por estas zonas se requiere de la ayuda de alguien del interior de la patrulla fronteriza con mucho poder, no hay otra forma y es que la autopista I-35 tiene una longitud de 2 mil 518 km, de ellos 813 pasan por Texas, es la tercera más larga en los Estados Unidos que van del norte al sur, por ella transitan miles y miles de inmigrantes y sólo cuando hay algún percance automovilístico o de tránsito es cuando elementos de seguridad, de primeros auxilio, o hasta de migración se ven obligados a intervenir.
En la página oficial del gobierno de Texas, la cual sin duda tuvo que haber sido autorizada por el gobernador Abbott leemos… “Las políticas de fronteras abiertas han llevado a una crisis humanitaria en nuestra frontera sur a medida que niveles récord de inmigrantes ilegales, drogas y contrabando llegan a Texas. El Estado de Texas está trabajando en colaboración con las comunidades afectadas por la crisis para arrestar y detener a las personas que entran ilegalmente a Texas. Nuestros esfuerzos sólo serán efectivos si trabajamos juntos para asegurar la frontera, arrestar a criminales, proteger a dueños de propiedad, librar a nuestras comunidades de drogas peligrosas y proporcionar a los tejanos el apoyo que necesitan y merecen”.
Incluso se destaca… “Si bien asegurar la frontera es responsabilidad del gobierno federal, Texas no se quedará de brazos cruzados a medida que esta crisis crece. Texas está respondiendo con el plan fronterizo más sólido e integral que la nación haya visto jamás”.
El estado de Texas, el segundo más grande en su extensión territorial en los Estados Unidos con casi 700 mil kilómetros cuadrados, tiene en su frontera sur colindancia con 4 estados mexicanos: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, es la región por donde ingresa el mayor número de inmigrantes siendo una zona muy “porosa”.
El gobernador Gregg Abbott, implementó en marzo 2020 el programa Lone Star, basado en un discurso xenófobo que asocia a los migrantes con la delincuencia y la inseguridad, tiene por objeto “afrontar… la crisis en la frontera sur” relacionada con la migración y para ello se han movilizado a miles de miembros de la Guardia Nacional de Texas que integra la reserva militar estadounidense, así como policías estatales con la idea de disuadir y detener a migrantes a lo largo de la frontera.
California, Nuevo México y Arizona son los otros puntos de entrada a los Estados Unidos, pero ninguno como Texas, muy a pesar de su gobernador Abbott y su férreo desagrado por la inmigración.
La política del mandatario estatal ha permitido que elementos policiacos detengan a migrantes por señalamientos falsos de ingreso irregular en propiedad privada, incluso los incitan a ingresar en propiedad privada para luego detenerlos. Las personas detenidas han sido encarceladas durante semanas o meses en condiciones abusivas sin que se presenten cargos y sin acceso a abogados. La mayoría de estos cargos resultan ser falsos y este operativo ha resultado en un aumento en el número de personas en prisión preventiva en el estado volviéndose un atentado contra los objetivos de las reformas al sistema de justicia penal.
Lastimosamente el tema migrante más allá de los discursos resulta estar en el cajón de los pendientes en un año electoral y el futuro no se ve claro al considerar las aspiraciones presidenciales de Gregg Abbott, quien busca alcanzar la nominación presidencial en 2024 por parte de los republicanos.
El tema migrante que tanto cuidado requiere por parte de los representantes de las naciones involucradas parece estar condenado a seguir la compleja ruta señalada por el expresidente Donald Trump, donde se incluían los bloqueos carreteros con inspecciones por parte de las autoridades fronterizas con la excusa de controlar el tráfico de drogas y de migrantes ilegales, pero que ocasionó pérdidas millonarias para las empresas.
Las palabras de Abbott cuando implementó el bloqueo, hoy debemos recordarlas para darle un marco adecuado… “Tengo la capacidad en cualquier momento de volver a activar esas inspecciones que atrasarán a los camiones que intentan cruzar la frontera y causarán estragos en México, soy el gobernador de Texas y este es, un estado libre y soberano, mi interés único es, defender a sus habitantes”. ¡Qué tal!
Y bueno veremos a que “nuevos” acuerdos llegarán los presidentes de México y los Estados Unidos en su reunión del próximo día 12 de este mes, que tiene como punto principal del diálogo el migratorio, sí ese del cual mucho se escribe se narra, pero del que muy poco sirven, basta ver las crecientes y cada día mas frecuentes olas humanas que cruzan toda la republica mexicana, con la idea única de ingresar a los Estados Unidos.
@lalocampos03