“De salto en salto, como la liebre en el páramo tratando de descubrir el escondrijo, vamos descubriendo verdades, realidades que a veces nos alejan y otras, las más, nos acongojan, y nos conturban y nos espantan”. Este es uno de los fragmentos de un poema de Leandro Perdomo (Lanzarote, 1921-1993) en el que se inspira la edición número 11 de la Bienal de Arte de Lanzarote. Bajo el nombre ‘Como liebre en el páramo’, el evento homenajea al poeta por el 30 aniversario de su muerte, y destaca su literatura social, en defensa del pueblo y de los derechos ciudadanos.
“De lo local a lo global” es una de las ideas de la propuesta de Adonay Bermúdez, director artístico de esta Bienal, que llenará de arte a la isla desde el 1 septiembre de 2022 hasta el 20 de marzo de 2023.
Esta nueva edición continua la visión social que caracteriza al festival. “El arte debe concebirse como una herramienta con la que poder reflexionar sobre el mundo que habitamos”, sostiene Bermúdez. Los tres ejes centrales temáticos de este año son los flujos migratorios, la memoria histórica y las mujeres y el arte, que contarán con obras tanto de artistas nacionales como internacionales.
La programación está estructurada en cuatro exposiciones colectivas, tres individuales, cinco proyecciones, tres ciclos de conferencias y una mesa redonda. Además, habrá una performance en directo y una acción en barrios de la isla.
La amplia muestra cuenta con muchos artistas comprometidos “que trabajan desde el convencimiento del uso del arte como vía de denuncia y de transformación social”, afirma Carmela García, artista implicada en la Bienal.
Rescatar la memoria histórica y romper con las fronteras
La nueva edición arrancará en septiembre en uno de los edificios emblemáticos, el MIAC Museo de Arte Contemporáneo, donde estará la exposición colectiva ‘Bienes ocultos’ con obras de Santiago Sierra, Teresa Margolles, Mounir Fatmi, Isidro López o Tracey Emin. “Revelan las estructuras de poder y el potencial del arte para poner en escena las ganancias que genera el análisis crítico y simbólico de dicha estructura”, señala Adonay Bermúdez.
De manera paralela, también empezará en la Ermita de Tías la muestra ‘Museo Arqueológico de la Revuelta’, de Avelino Sala, que consiste en un registro museográfico de una serie de piedras recogidas en diferentes manifestaciones y protestas del mundo. La última piedra seleccionada es de Ucrania. “Es una forma de cuestionar cómo se configuran los relatos históricos”, comenta el director artístico.
En ese mismo espacio, Eugenio Merino y Miguel G. Morales presentarán el proyecto expositivo ‘Monumento a la oscuridad’ sobre memoria histórica, que tiene como punto de partida la desaparición de cientos de personas durante la Guerra Civil y el franquismo.
Otro de los objetivos sociales de este festival es tratar temas de migración y fronteras, que están presentes en la misma isla a través de su fuerte vínculo con Latinoamérica. Una relación crucial en la construcción económica y cultural de la sociedad de Lanzarote. “Es necesario pasar de la multiculturalidad a la interculturalidad, afianzándose así en su vertiente más social”, sostiene Adonay Bermúdez sobre este vínculo.
Entre las obras que hablan de estos flujos migratorios, destaca la proyección del artista cubano Carlos Martiel, presentada en la Bienal de Venecia en 2017. “Una pieza que se titula Mediterráneo, pero que perfectamente podría titularse Atlántico”, asegura Bermúdez.
Obras con perspectiva de género
Esta edición no solo demuestra su compromiso con la igualdad a través del arte, sino que también está presente en las artistas que participan, ya que más del 60% son mujeres.
Entre la perspectiva feminista del festival se encuentra la exposición colectiva ‘Las palabras que aún no poseemos’, que parte de la idea de Audre Lorde sobre la ruptura del silencio patriarcal, de su libro La hermana, la extranjera. Las obras muestran los silencios que han condenado las vidas de las mujeres.
Dentro de la exposición, destaca el trabajo de Carmela García, en el que utiliza “la belleza como vehículo desestabilizador”. “La belleza como forma de resistencia en el mundo que vivimos, que nos confronta constantemente con lo horrible, lo bipolar, el enfrentamiento, el desgarro y en el que es tan difícil encontrar los valores opuestos”, explica García.
Asimismo, Marina Vargas participa tanto en la exhibición como en una conferencia dedicada al cáncer de mama y el arte. “Nos muestra de manera icónica el dolor y la pérdida que supone la enfermedad en una sociedad que la oculta y estigmatiza”, indica Carmela García.
De Mónica Mayer, referente del feminismo de los años 70 en Latinoamérica, se podrá visualizar la proyección de una performance sobre distintas problemáticas en torno a la maternidad. “Un video de diez años que me parece tremendamente actual”, apunta Adonay Bermudez.