Si todo marcha de acuerdo con lo planeado, antes de que termine 2022, Ethereum 2.0 estará plenamente operativo y se dejará atrás la versión actual de la red. ¿Esperas que cuando eso ocurra se reduzcan considerablemente las comisiones, la blockchain se descongestione y se incremente el número de transacciones por segundo que puede procesarse? Si es así, vas a salir decepcionado.
Es posible que, tras el paso a Ethereum 2.0, muchos vociferen que el experimentó fue un fraude, que no logró su cometido y que operar en la red sigue siendo tan costoso como lo era antes de la fusión.
Pero, lo cierto es que el objetivo primario de la fusión no es la reducción de comisiones ni la escalabilidad. Muchos inversionistas e influencers tienen y divulgan falsas expectativas de lo que ocurrirá. Por parte de Vitalik Buterin (cocreador de la red) y la Fundación Ethereum, no parece haber un esfuerzo sistematizado para desmentir masivamente ideas erróneas.
De todos modos, aunque de forma esporádica, han hecho saber en ámbitos populares qué es lo que realmente pasará en (según se espera) unos pocos meses. Tim Beiko, investigador de la Fundación Ethereum, en una reciente entrevista que fue reseñada por CriptoNoticias dejó claro que la fusión es, simplemente, el paso de prueba de trabajo (minería) a prueba de participación (staking).
La escalabilidad sí llegará con el tiempo al ecosistema Ethereum, pero no se espera que lo haga en su red principal. En octubre de 2020, Buterin propuso una hoja de ruta que sugería el camino a seguir para tener un Ethereum escalable. En ella, los rollups (soluciones de segunda capa) son el centro y la tecnología que hace posible todo.
Ethereum alcanzará su escalabilidad en segundas capas, tal como ocurre, por ejemplo, con la red Lightning para el caso de Bitcoin. Para evitar decepciones, comprender esto es fundamental.
¿Y entonces, para qué servirá Ethereum 2.0?
La versión 2.0 de la red, aunque no será escalable en su capa base, sí favorecerá que las soluciones de segunda capa se desarrollen y tengan más protagonismo. Esto es algo que debería verse de forma progresiva con el pasar de los meses y años. De ninguna manera será algo que cambie la experiencia de usuario desde el momento mismo en el que la fusión se produzca.
Otro cambio importante para Ethereum será su eficiencia energética, que se vería incrementada con el abandono de la minería con prueba de trabajo. Aunque vale aclarar que, según algunas opiniones, esto podría ir en desmedro de la seguridad, resistencia a la censura o descentralización de la red.
La decepción de la EIP-1559 se repetirá con Ethereum 2.0
Cuando quien escribe asegura que muchos se verán decepcionados y dirán que Ethereum 2.0 fue un fraude, no lo hace en base a especulaciones ligeras. Por el contrario, la historia reciente brinda las bases para considerar que esto puede ocurrir.
Por ejemplo, con la propuesta de mejora EIP-1559, que añade un mecanismo de quema de comisiones, muchos esperaban que se hiciera menos costoso operar en Ethereum. Lo cierto es que este no era el objetivo de la implementación, sino que simplemente cambiaba la manera en la que las comisiones eran pagadas y fue un primer paso para que ether (ETH), la criptomoneda de la red, se convierta (en el largo plazo) en un activo deflacionario.
Una vez implementada, el sentimiento de decepción rondó en el ambiente. La EIP-1559 «no salió como se esperaba» o «no logró su cometido», fueron algunas ideas comúnmente repetidas.
Si no se bajan las expectativas, el golpe será fuerte
¿Qué impide que esto vuelva a pasar con Ethereum 2.0 y la tan esperada (aunque no prometida) escalabilidad? Nada. El problema es que la expectativa es demasiado alta y el golpe anímico también lo será.
Idealmente, la Fundación Ethereum debería implementar algún plan sistemático de divulgación para que influencers, inversionistas, periodistas y curiosos estén al tanto de lo que verdaderamente implica el pasaje a Ethereum 2.0.
Por algún motivo —que escapa a los objetivos de este texto averiguarlo— no lo hacen. Ante tal situación, queda en manos de cada individuo informarse sobre el tema, educarse y mantener expectativas realistas sobre lo que traerá (y lo que no traerá) la nueva versión de la red.
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