Rodolfo Hernández está a las puertas de un juicio por un caso de corrupción, cuya historia empezó a finales de junio y principios de julio de 2016 en su apartamento, un penthouse en el barrio Cabecera de Bucaramanga, que suele usar como despacho.
Hasta el edificio verde y rojo, que ahora es custodiado por la Policía porque Hernández dice estar en peligro, llegó el gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, José Manuel Barrera, según el escrito de acusación de la Fiscalía, en poder de este diario. Aunque la EMAB es una entidad descentralizada de la Administración municipal, el alcalde tiene asiento de poder en la junta directiva.
En su vivienda, según la Fiscalía que acusa a Rodolfo Hernández como determinador, el entonces alcalde “sembró la idea criminal en el gerente de la EMAB”. La “idea criminal” a la que se refiere la institución era que le entregaran un contrato de consultoría por 344 millones de pesos al ingeniero químico, Jorge Hernán Alarcón. Esta investigación es solo un apartado del caso conocido en los medios como Vitalogic.
Hernández propuso construir una planta para transformar los residuos sólidos en energía. Bucaramanga no tiene un espacio adecuado para la disposición de desechos y la amenaza de una crisis sanitaria es recurrente. Allí llega la basura de 16 municipios. Rodolfo Hernández tomó el tema como eje central de su agenda y aseguró que convertiría a la ciudad en la primera de Latinoamérica que le sacaría provecho a su basura porque la vendería. Pero no solo no cumplió su promesa, sino que habría intentado usar el proyecto para favorecer a Luis Carlos Hernández Oliveros, uno de sus hijos.
Según la investigación, Luis Carlos habría pactado una millonaria comisión si el contrato era adjudicado a Vitalogic. Para lograrlo debía ser el ingeniero Jorge Hernán Alarcón la persona encargada de elaborar, a la medida, los estudios y pliegos para abrir la licitación. El mismo Hernández, en una entrevista al diario Vanguardia, admitió que hospedó en su apartamento a Alarcón para elaborar los pliegos de licitación. “Lo recibí, porque me parecía que con todas las retenciones y con todo ese trabajo que tenía que hacer el equipo, era muy poquita plata [la que recibía por su trabajo] y yo quería ahorrarle el hotel”, dijo el alcalde.
El testigo estrella
En simultáneo con la investigación de la Fiscalía; el caso lo asumió también la Procuraduría, que investiga disciplinariamente a los funcionarios públicos. A esta última instancia llegó en diciembre de 2017 la declaración de Luis Andelfo Trujillo, quien aportó un documento que probaría que el hijo de Hernández pedía una comisión millonaria por direccionar el contrato de las basuras hacia Vitalogic. Trujillo era amigo y socio del hijo del alcalde, y buscando beneficios judiciales, decidió contar a las autoridades lo que sabía.
Trujillo anexó un documento de corretaje (comisión) por gestión y acercamiento para la celebración de contrato firmado en notaría, entre otros por él y por el hijo del alcalde. El papel fechado el 17 de junio de 2016 muestra que Hernández Oliveros se llevaría una comisión de 666.000 dólares y estaba sujeto a la “celebración definitiva del contrato”.
Rodolfo Hernández ha dicho que su hijo fue ingenuo y le tendieron una trampa. El mismo Luis Carlos admitió haber firmado el documento, pero, según él, sin entender la dimensión del mismo. “Soy tan bobo, ingenuo o estúpido como me quieran llamar que no se me hizo malo haberlo firmado y haberlo entregado”, dijo ante la Procuraduría. Pero los chats, que son pruebas en el proceso, demuestran lo contrario. En su declaración, asegura que en una de las primeras reuniones entre los representantes de Vitalogic y el alcalde, su padre les dio “las pautas para que acondicionaran la oferta”.
“Yo puse a la gente a hablar directamente con mi papá. Hice que contrataran al viejo (que adjudica en referencia a Jorge Alarcón). Yo no estoy para ponerle plata a nada”, escribió Luis Carlos en un chat enviado a Trujillo y que está en poder de la Procuraduría.
Según el mismo testigo, el alcalde y su hijo incurrieron en “irregularidades de naturaleza contractual”. Trujillo los señala responsables de “conductas que rayan con el código disciplinario y otras normatividades para lograr DESANGRAR el municipio de Bucaramanga”.
La defensa del candidato
El candidato Rodolfo Hernández ha negado haber cometido algún delito. “Yo no tengo una investigación, les están diciendo mentiras. El objetivo concreto era sacarme de la Alcaldía porque les quité la chequera, no les dejé robar”, ha dicho aunque el juicio es en julio. Pero las evidencias en poder de las autoridades indican que él tenía información y ejerció presión indebida para que Alarcón se quedara con el contrato de consultoría y para que Vitalogic pudiera participar en la licitación, incluso sin cumplir con un documento que exigía el pliego de contratación.
En una de las grabaciones que tiene la Procuraduría, durante una Junta de la Empresa de Aseo Municipal de Bucaramanga, EMAB, el alcalde, defiende que haya sido Alarcón el encargado de la licitación e insiste ante un funcionario para que acepte una fianza en lugar de una póliza para cerrar el negocio. “Usted es un malparido, usted es un hijueputa, yo gané, yo soy el rey. ¿Usted por qué no acepta esa fianza”, le grita Hernández a César Fontecha, funcionario del área jurídica de la EMAB. Según el relato de este último ante la Procuraduría, el entonces alcalde le amenazó. “Hijueputa, esa risa se la hago tragar malparido”, ha dicho Fontecha sobre las palabras que recibió del alcalde.
El tema de la póliza es central en el caso. Vitalogic no cumplía con ese documento y, en cambio, proponía entregar una fianza. En otro audio recopilado por el ente de control se escucha al alcalde presionar a Fontecha para que acepte ese papel.
-Ya empezaron ustedes los abogados a meter guevonadas. Acépteles la hijueputa garantía, dice Rodolfo Hernández.
-Jefe, lo que pasa es que la norma dice, apunta Fontecha
-Puede decir lo que sea, pero trae una garantía de un banco, corta Hernández.
-El funcionario insiste: Pero no es la que dice la Ley
-Eso no importa, insiste Hernández.
-Como que no importa, doctor. Yo no puedo prevaricar, contesta Fontecha.
El candidato insiste en que no hay delito porque nunca se firmó el famoso contrato para la transformación de las basuras. Según Fontecha y Abelardo Durán, dos exfuncionarios de la EMAB, fueron ellos, con sus denuncias, quienes evitaron que se celebrara ese contrato porque la Procuraduría, ante las evidencias, ordenó la suspensión de la licitación. Fontecha y Durán fueron despedidos de la empresa por orden del alcalde e involucrados en la investigación de la Fiscalía. Para ambos se trató de una represalia por haber detenido el contrato con Vitalogic. Ambos dicen que han tenido dificultades para conseguir trabajo tras el escándalo y temen qué pueda pasar con ellos y sus familias si Hernández llega a la Presidencia porque denunciaron las irregularidades en ese “jugoso contrato a 30 años que iba a desangrar a la ciudad”.
Aunque no se concretó el negocio con Vitalogic, para la Procuraduría, hubo interés indebido en contratación a favor de un tercero. “En este caso, su hijo Luis Carlos Hernández Oliveros, quien recibiría una comisión” si el contrato se cerraba.
Los otros negocios
Rodolfo Hernández insiste en que no existen pruebas en su contra. Pero la Procuraduría dice que está demostrado que, además de la reunión en su apartamento de Bucaramanga, el alcalde también tuvo un encuentro con representantes de Vitalogic en el hotel Marriot de Bogotá. En la primera, dice la Procuraduría, le presentaron una propuesta para solucionar el problema de las basuras; en la segunda, según el testimonio de Trujillo es “donde dejan convencido a Hernández de la propuesta y es quien dice: pongan a la calavera para hacer los pliegos; sostiene además que, la calavera era Jorge Alarcón”.
De acuerdo con los chats de Luis Carlos Hernández y sus amigos, este no era el único negocio que pensaban hacer durante la Alcaldía de su papá. “Acuérdese que nos quedan 3 años más para hacer cosas buenas con responsabilidad. No es solo hacer este negocio y ya. Podemos hacer más si estamos unidos”, dice en una conversación de chat. En otra, cuando las cosas no están bien entre ellos, escribe para demostrar su poder: “Yo ya me estoy moviendo para hacer otros proyectos en los que me buscan y hasta me ofrecen y lo único que tengo que hacer es que el alcalde [su papá] les dé un espacio para proponer el proyecto. Esa es labor mía”.
Rodolfo Hernández se ha mostrado seguro en su defensa ante el juicio que le espera. Ha asegurado que se reunió con 14 empresas de Israel, Brasil, entre otros, y se entrevistó con más de 100 personas que se presentaron en su oficina, en su casa, en hoteles en Bogotá; pero que era la EMAB la que hacía la “minucia técnica del proyecto”. Ahora el candidato tendrá que demostrar ante la Fiscalía que no direccionó el contrato para que lo obtuviera el consultor o la calavera, como él mismo le llamaba al hombre que debía hacer los pliegos para una negocio a su medida.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.