El ya retirado fundador de Microsoft ha vuelto a expresar su repulsión por el mundo del blockchain, en este caso por los famosos Bored Apes, una serie limitada de monos de colores diseñados para venderse a cambio de criptomonedas. Estos NFT fueron durante meses furor en internet y por muchos de ellos se pagaba cerca de medio millón de dólares, aunque su precio ha caído bruscamente a medida que las dudas sobrevuelan el mundo de las criptomonedas. “Se basan en la teoría del más tonto, que alguien terminará pagando”, dijo este martes Bill Gates sobre la colección de monos.
El empresario se refiere a que su precio ha subido como la espuma a medida que los Bored Apes se hacían virales en internet y monedas como el Bitcoin eran muy populares. Pero cuando el mercado crypto se ha desplomado, el último en comprar estos NFT –el más tonto, según Gates- es el que ha cargado con las pérdidas.
“Obviamente, unas caras imágenes digitales de monos van a mejorar muchísimo el mundo”, afirmó Gates sarcásticamente en un coloquio sobre medio ambiente, organizado por TechCrunch, un medio especializado en tecnología.
El filántropo está ahora centrado en buscar soluciones globales para frenar el calentamiento global y evitar futuras pandemias, temas a los que ha dedicado sus dos últimos libros, aunque también dedica tiempo a invertir en proyectos que ayudan a mejorar el planeta. No obstante, durante la entrevista afirmó que ninguna de sus apuestas pasa por el mundo del blockchain. “No estoy metido en eso. Ni [invierto] en corto ni en largo”.
Gates añadió que él prefiere invertir en empresas que creen productos reales, no en un servicio cuyo “anonimato es utilizado para evadir impuestos“. “Estoy acostumbrado a activos que fabrican productos, como una granja o una fábrica”, dijo Gates.
Las palabras del antiguo empresario, que ocupa el cuarto puesto en la lista de personas más ricas del planeta, llegan en un momento francamente malo para las criptomonedas. Este miércoles, el Bitcoin ha llegado a caer un 8,6% hasta rozar los 20.000 dólares, mientras que en enero costaba el doble.