La cantante Simona se prepara para su presentación en el Lollapalooza 2022 en Argentina, tras cinco años de haber migrado desde su Mendoza natal a Barcelona. La artista dialogó con El Destape Web y habló sobre las dificultades que le significa el hecho de ser una mujer migrante en la industria musical, su próximo EP y el origen de su vínculo con la música.
– ¿Cómo inició tu vínculo con la música?
Este proyecto lo hacemos en grupo. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
En verdad, fue cuando llegué a Barcelona, hace cinco años, ahí empecé a hacer música. Siempre estuve vinculada a la música más desde el lado de escuchar. En mi casa no había tele, pero siempre se escuchaba música y yo tenía una relación re estrecha con eso. Siempre había tenido ganas de hacer, pero no se daba. Todos mis amigos que hacían música eran varones, entonces como que me daba un poco de cosa.
– Claro, ¿eso era cuando todavía vivías en Argentina?
Sí y cuando llegué acá, los ambientes donde mis amigos hacían música eran mucho más relajadas y también en el estudio pude empezar a cantar, mientras ellos producían. Así se fue dando. Además, a mí siempre me gustó un montón escribir, entonces por ahí tenía cosas escritas y se las cantaban. Un día me dijeron “Che, está re bueno lo que grabaste. ¿Te pinta hacer un tema?”. Y así empecé a hacer temas.
Además, en el verano todos mis amigos se fueron para Argentina a hacer temporada, pero yo no tenía papeles entonces me quedé acá. Como me habían regalado una guitarra, en ese tiempo compuse un montón de canciones. Después empecé de a poco a tocar en barcitos y lugares de acá y ahí conocí a mi manager, que me dijo que grabe los temas, que le re gustaban. Igual estuve como dos años para entrar en confianza y grabar los temas. Fue fluyendo así, en verdad no hacía música antes.
– Mirá vos, ¿a tu manager lo conociste en un bar donde estaba como público?
Sí, ella estaba de público y me re ayudó a concretar el proyecto. Es argentina también, tucumana. Es difícil para un artista, siendo como es la industria, largar tu propia música.
– Recién decías que cuando estabas en Argentina te costó asumirte como artista por ser mujer y que allá en España estaba más naturalizado. ¿Sentís que acá falta más avance?
No, no. Fue algo más personal. Creo que existen las mismas barreras en los dos lados, pero yo, al no estar en mi ciudad y haber salido de mi zona de confort, me animé a lanzarme como cantante. Igual yo en Mendoza me juntaba con amigos que tenían proyectos grandes, mi grupo de amigos del barrio tenían bandas bastante grandes, que eran Usted Señalemelo, Perras on the beach y Luca Bocci, los tres tenían proyectos que están re funcionando, pero cuando yo me fui eran súper under todavía. Entonces ellos estaban como en un nivel muy arriba y a mí me daba un poco de vergüenza, mostrarles mis cancioncitas (risas).
– Bueno, pero ahora vos ya estás en ese nivel y ya podés
Obvio. Ahora me voy a tocar, me voy a ver con mis amigues de toda la vida y va a ser un loco.
– ¿Ya has venido a Argentina a tocar o va a ser la primera vez?
No, yo hace cinco años que no voy. Estuve indocumentada cinco años y el mes pasado recién me salió, entonces no podía viajar. La situación es inmigración es un loco acá, los papeles son re importantes. Además que yo soy de una familia re normal, trabajadora, desde chica laburo y, de hecho, hasta el día de hoy: trabajo en un bar, no vivo de la música. Entonces se complica a veces y más si no tenés papeles.
– ¿Notás en el trato de la gente alguna diferencia por ser latinoamericana?
La verdad es que me junto con todos latinos, tengo pocos amigos europeos. Estoy justo en Barcelona, que es España pero no lo es. Hay como una lucha re interna acá y no están muy a favor de la inmigración. Son una sociedad muy cerrada, que igual algunas cosas comparto: a ellos se les ha negado mucha su cultura y son muy proteccionistas con eso. Pero ahora ellos están ejerciendo un poco lo mismo con otras culturas, entonces es bastante raro. Son muy de preservar todo lo “catalán” y yo no formo parte de eso ni ahí. De hecho, casi no hablo catalán. Pero, por ejemplo, en Madrid es mucho más tranqui. la gente es más abierta. O sea, acá sentís que no hay diferencias explícitas, pero te das cuenta que a nivel privilegios la gente de acá tiene muchos más que vos.
– ¿Esto de ser una argentina que vive en España te aportó nuevas influencias musicales?
Sí, re. Siempre he intentado preservar la escucha de la música de mi raíz. A mí me encanta la música de Sudamérica. Pero acá sí empecé a escuchar más variedad; Argentina no es tan multicultural, no tiene tanta inmigración. Por eso acá empecé a escuchar mucha más música latina, como cumbia de Colombia, dominicana, brasileña. El círculo latino se empieza a expandir mucho.
– Tus canciones, por lo general, hablan de una mujer plantada, que sabe lo que quiere, empoderada. ¿Quería saber si esta ola feminista y de lucha por las minorías influyo en los conceptos que quisiste abordar en tu música?
En realidad no siento que mis letras sean feministas a full. Yo lo soy, pero en mi cantar muchas veces tengo muchas cosas muy románticas, que no son nada feministas. Sí sé que lo que representa mi proyecto para las personas puede tener un mensaje feminista. Ya por el hecho de ser una mujer migranta, mujer, de mi edad, sí es un hecho político. Las pibas podemos estar haciendo música gracias al feminismo. Mi abuela y mi mamá son artistas pero nunca pudieron desarrollar sus proyectos artísticos, no por falta de capacidad, sino por falta de oportunidades. Al final las dos abandonaron sus facetas artísticas por ser madres o por ser trabajadoras y tener que salir a flote con otros laburos. Hoy, gracias al feminismo, las mujeres nos podemos plantear no tener una familia o no estar necesariamente con un hombre. Yo tengo, de hecho, amigas de mi edad que a ella nos las dejaron estudiar cosas artísticas, pero a su hermano lo dejaron estudiar actuación.
– Claro. ¿Te fue difícil instalarte en el ambiente musical indie?
Sí, es súper difícil. Yo no veo un euro por mis proyectos musicales: trabajo como camarera, como webcammer, me las voy rebuscando. Y ahora mi proyecto está creciendo un montón, gracias a todo, crecés mucho pero dentro de la industria musical es muy difícil generar dinero y monetizar tu trabajo. Y siendo mujer es más difícil, porque a nosotras no solo se nos exige que cantemos, tenemos que ser cantante, compositoras, coreógrafas, productoras. Tanto las pibas como las pibas trans, todo el colectivo femenino es mucho más juzgado. También el tema de ser migranta, cuesta mucho más acceder a algunas cosas. Por ejemplo, una vez me tocaron a Estados Unidos y no pude ir por temas de la Visa y cosas parecidas con otros posibles viajes. Son cosas que dejan en evidencia que hacer arte es para pocas personas, las que pueden hacer sus proyectos mientras sus papás les pasan guita.
– Claro, lo hacés por amor al arte
Sí, por el momento sí. Encima yo invierto mucho en fotografía, los videoclips, producir las canciones. Realmente son contenidos que para mí son tan importantes como la música. Soy una artista pop y me gusta generar ese contenido más currado, que no es barato. Me encantaría cantar y tocar una guitarra, que me parece increíble, pero no es lo que busco. Eso sería un poco más sustentable, pero no un proyecto como el mío.
– Estás trabajando en un disco, ¿el material va a tener los singles que ya fuiste sacando o van a ser canciones nuevas?
Sí, estoy trabajando en un EP, que no sé si son cinco o seis canciones, estamos viendo. Pero van a ser todas inéditas, todavía no sacamos ninguna.
– Claro y, volviendo a esto de los singles, ¿cómo creés que cambió la manera de escuchar y de sacar música? Porque es bastante distinto a como era no hace tanto tiempo. ¿Qué ventajas y desventajas tiene el hecho de sacar canciones desde sencillos?
Viéndolo desde el punto de la industria musical es un poco contradictorio. Antes, para sacar un disco, un single o lo que sea tenías que estar fichado por una discográfica, invertir muchísimo más dinero. Yo, por ejemplo, al primer tema que saqué lo grabé con unos amigos en el estudio, lo sacamos y al toque empezó a tener reproducciones y a crecer. Antes, si no tenían un fichaje real, no podías hacer nada. Igual, antes te agarraba una disquera e ibas a poder re vivir de eso, pero también había una gran explotación por parte de las discográfica hacia los artistas. Ahora es distinto, porque cualquier persona que tenga un home studio puede sacar música. El ejemplo más grande de esto es Billie Eilish, con sus carpados discos grabados en su casa.
Al mismo tiempo, la superproducción de la industria te exige sacar, para crecer, más o menos un single por mes. A nivel creativo, eso no me parece; es “música rápida”. Podemos sacar muchas canciones pero no van a tener un contenido tan bueno como el de un disco más artesanal, que tarda meses en hacerse y se buscan detalladamente los conceptos y sonidos que involucrar. Igual, puede salirte en tu habitación un hitazo de la vida, pero ahora la industria exige mucho eso de sacar y sacar canciones, que yo lo hago porque sé que es la manera en la que puedo crecer.
– Claro. Por último, de las artistas pop argentinas, ¿cuáles te inspiran?
Me gusta muchísimo lo que hace mi amiga Anyi, soy súper fan, es mi mejor amiga de la infancia. También la música de Lupe, ella es productora y hace música demasiado increíble. Malacara también. Soy bastante fan de todas porque soy consciente del esfuerzo de tener un proyecto artístico siendo piba.