En este momento Daniel Quintero se encuentra en el exterior, tras ser suspendido como alcalde.
Foto: Mauricio Dueñas
Ayer se conoció una carta redactada por 23 familias que tienen a sus hijos en el Colegio Alemán, uno de los más prestigiosos de Medellín, en la que protestaban por la admisión de las hijas del alcalde suspendido Daniel Quintero. En ella, como lo contó este diario, manifestaban su molestia porque la institución había permitido que las menores estudiaran allí. (Lea Educación, tema clave entre los candidatos. Pero, ¿qué tan viables son sus propuestas?)
“(…) En nuestro sentir, esta decisión nos indigna y raya en una afrenta a la mayoría de familias que encontramos lo que queremos inculcar en nuestros hijos, se logra con una escala de valores muy diferente”, escribieron.
“Hemos sido testigos de los principios de selección que ha aplicado el colegio todos estos años y de cómo orgullosamente nos han manifestado que los mismos están enfocados en seleccionar las familias más que los niños”, anotaban en otro apartado.
Ante la indignación que generaron esas palabras, hoy la Asociación de Padres de Familia del Colegio Alemán (Asopacal), se pronunció con un breve comunicado.
“Manifestamos nuestro apoyo y compromiso con nuestro colegio, su filosofía y su visión”, anotaron. “Como estamentos internos de la comunidad educativa, respaldamos el principal objetivo de la institución de educar en la interculturalidad y propender por la formación de personas autónomas, respetuosas de las diferencias, analíticas y críticas en un espacio plural y diverso, priorizando la libertad de pensamiento y el respeto a los valores democráticos”.
El colegio, por su parte, le había dicho ayer a El Espectador que no compartía la postura de las 23 familias que redactaron la carta. La rectora Anke Käding aseguró que “la posición como institución, avalada por el Gobierno de Alemania, es que nuestra filosofía, valores y principios que orientan la formación de los estudiantes están asociados al pensamiento crítico, al respeto de la diferencia por el otro, al pluralismo y a la democracia”.
Según Käding, la institución es un colegio apolítico y no confesional, cuyo único interés es “brindar una educación de calidad y respetar los valores. Somos una red de 140 colegios en el extranjero y todos compartimos esta filosofía. Tenemos la responsabilidad de formar a estudiantes para un mundo globalizado”.
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