Un negocio a largo plazo. Una vista proyectada. Una inversión cuyos resultados llegarán de la mano de la paciencia. Esa parece ser la visión que existe en Chile, donde la rentabilidad de la minería de Bitcoin (BTC) y otros protocolos como Ethereum (ETH) varía en función de distintos factores.
Como en la mayoría de los países que hemos visitado en esta serie de CriptoNoticias, en Chile prela el precio de la moneda que se esté minando. Esto, además del modelo del dispositivo que se esté usando para minar.
En el caso preciso de Bitcoin, los equipos con una baja tasa de hash (hashrate) están destinados a responder con números rojos mientras minan la criptomoneda. Esto debido a los altos costos energéticos que hay que pagar en Chile, que afectan mayoritariamente a los equipos más viejos.
Del lado de Ethereum, la situación no varía mucho. Por ejemplo, minar este el protocolo en Chile podría dejar ganancias cuestionables, de poco más de USD 10 al mes. Esto si se usa una tarjeta video (GPU) que sea eficiente, como una RX 6600 XT de AMD o una RTX 3060 Ti de Nvidia, siguiendo las estimaciones de Hernán Maureira, un minero de Bitcoin que conversó con CriptoNoticias.
Sin embargo, esto no impide que la actividad –en pleno– pueda ser rentable en Chile. Si bien no basta para ser industrializada, es cierto que hay espacio para el esparcimiento de empresas mineras que contribuyan con la red, al tiempo en que hacen dinero.
Chile cuenta con fuentes verdes de energía, pero es cara
Chile es uno de los países líderes mundiales en producción y consumo de energía renovable. Al menos el 48,3% de la capacidad eléctrica instalada proviene de fuentes verdes, lo que permite equilibrar la afectación al medio ambiente.
Pero tiene tarifas eléctricas caras. Hay zonas donde se debe pagar hasta USD 0,36 por kWh o 300 pesos chilenos (CLP). Esto si es para un consumo residencial mayor a los 75 KW por hora y se tiene contratado el servicio de la operadora Sasipa. También existen promedios de 12 centavos (o CLP 100) para el consumo energético de una empresa o industria, de acuerdo con GlobalPetrolPrices, que están un poco por encima de la media mundial.
Estas características hacen que sea complicado–rentablemente hablando –dedicarse a la minería de Bitcoin desde una casa o apartamento en Chile, debido a la alta demanda eléctrica que requiere.
No obstante, sí hay un auge en la minería de otras criptomonedas. Hay un mercado de rigs de minería de Ethereum disponible en redes sociales y varios reportes de prensa en ese sentido. Según estimaciones de un medio local, hay hasta 3.000 mineros en Santiago y sus alrededores.
«Por un tema de visión»
Hernán Maureira, especialista en minería de Bitcoin de la ONG Bitcoin Chile (Achicrip), contó en detalle a CriptoNoticias los aspectos que, a su juicio, son importantes para medir la rentabilidad. Él sostiene que, a largo plazo, hay más chance de ganar que de perder minando Bitcoin.
«Yo creo que siempre va a ser rentable, pero por un tema de visión, o sea, a largo plazo», dijo Maureira en una videollamada con este periódico. «Es rentable dependiendo del precio actual de bitcoin. Depende del equipo que tengas. Si estás minando con ASIC, necesitas de cierto modelo hacia arriba», explicó.
Para que sea rentable minar Bitcoin en Chile, lo ideal es mantener operaciones con máquinas de 70 TH/s hacia adelante, con 3.200-3.400 W de consumo, andando las 24 horas del día.
Hernán Maureira, Bitcoin Chile.
Para Maureira, la minería puede verse como una proyección, donde el horizonte de los precios futuros puede ayudar a prever la rentabilidad partiendo del rango de movimiento de bitcoin, «que siempre va a estar a alza».
En todo caso, sostiene que en Chile no ha logrado ver un minero de bitcoin «que se haya arrepentido de minar».
Un costo eléctrico promedio
Alexis Lavado, un minero de Ethereum y también integrante de la ONG bitcoiner, habló con CriptoNoticias. Según el operador, la electricidad se cotiza en un promedio de 21 centavos de dólar (USD) por cada kilovatio-hora (kWh). Acá se consideran los costos de administración y transmisión de electricidad.
Esa cifra es más de la que se paga en países cercanos a Chile. En Paraguay, por ejemplo, el costo mensual por la energía está sobre los USD 0,033 por cada kWh y en Venezuela unos 10 centavos por cada kWh.
Además, en Chile, la electricidad es generada, transmitida y distribuida por empresas privadas en la mayoría de los casos. El Grupo Endesa, Colbún, GFD Suez y otros más, son parte de las mayores empresas productoras de electricidad de Chile. Estas mantienen contacto con otras como Chilectra, Enersis y PP&L para la distribución, que logran con el apoyo de Transelec y otras empresas que conforman el Sistema Interconectado de Chile.
El caso es que estas empresas ofrecen sus servicios a los mineros, con precios que, de acuerdo con Hernán Maureira, pueden superar los USD 240 mensuales por un solo equipo que consuma 3.500 W (aunque puede variar). La tarifa puede contrastarse con El Salvador, donde hay mineros que pagan hasta USD 450 por operaciones de 5 megavatios (MW).
De cualquier forma, Lavado explica que la minería de altcoins requiere de una visión a más largo plazo y, a su vez, «mucha claridad de los costos energéticos implicados». Esto antes de que se compre el hardware necesario, pues recuerda que en los momentos actuales «no todas las altcoins son rentables para minar».
¿Un hardware accesible?
De acuerdo con Maureira, en Chile es posible acceder a mineros ASIC baratos, de hasta USD 400. Esto en el caso del Antminer S17 de Bitmain (56 TH/s), cuyo estimado por su importación es de USD 200. A esto se le debe sumar el 19% del costo del equipo, que debe pagarse como impuesto al Estado chileno, según nos explicó. Su precio puede contrastarse con Venezuela, donde un S9, que es un equipo con más tiempo en el mercado, se comercia en precios similares y hasta más caros.
El S17 es un hardware con varios años en el mercado, pero se sigue usando para minar la red. De hecho, aparece en un listado proporcionado por Braiins que discrimina entre los equipos que más se usan para minar.
Si se trata de mineros de última generación, como los S19 Pro (110 TH/s), en Chile podrían conseguirse por encima de los USD 10.000, según explicó, por lo que dijo que en ese caso optaría por viajar y llevarlo a su país.
Sin embargo, consultamos en MercadoLibre Chile, uno de los sitios de comercio electrónico más usados de ese país, y nos encontramos con precios muy distintos a los referenciados por Maureira. Por ejemplo, un S17 está en unos USD 5.700. Un Canaan Avalon 1066 (50TH/s), en tanto, se negocia sobre los USD 3.300 o lo que es igual a 2,8 millones de pesos chilenos.
En el campo de la minería con GPU, el escenario es un poco más caro. Por ejemplo, un rig de minería completo con una tarjeta de video RX 6600 XT de la asiática AMD, tendría un costo de USD 1.400 en Chile, siguiendo las sugerencias de Alexis Lavado. Él resalta que esta sería una tarjeta «más eficiente que potente».
Un rig entero, conformado por cuatro tarjetas Nvidia RTX 3060 Ti, oscila los USD 5.300 en Chile. Esto de acuerdo con una publicación en el mismo sitio de e-commerce, donde prevalece la oferta de la indumentaria necesaria para crear un rig, como el esqueleto de la estructura, que se puede negociar por el orden de los USD 60 – USD 120 en MercadoLibre.
¿Cuánto se gana por minar?
En general, depende de la máquina que se utilice, como en la mayoría de los países. Mencionando el mismo ejemplo, un S17 de Bitmain podría dejar ganancias de USD 190 mensuales por minar Bitcoin. Si se usa un minero más potente, como un S19 Pro, la ganancia asciende a unos USD 300 mensuales. Esto de acuerdo con los cálculos de Maureira.
Si se contrasta con otras naciones de la región, la verdad es que los ingresos están en el mismo rango. En El Salvador, por ejemplo, se ganan de USD 300 a USD 1.000 por minar con ese equipo de última generación, aunque aquí tiene que ver el tamaño de la inversión hecha.
El contraste está con México, donde un S19 Pro puede dejar ganancias de USD 2.800, aun descontando los gastos operativos, que se elevan a los USD 1.400. O con Paraguay, donde pueden ganarse unos 0,48 BTC anualmente (poco más de USD 15.000 o USD 1.250 mensuales).
Al hablar de la minería de GPU, las ganancias reportadas pudieran bastar para que un inversionista dude de su movimiento. Y es que, Según Lavado, una RX 6600 XT puede dejar ganancias diarias de USD 0,51 (descontando gastos de luz), para un total mensual de apenas USD 15 o USD 16.
Él defiende esa situación:
Puede parecer poco, pero lo cierto es que cuando te proyectas y al precio del ether sube, es cuando más rentable se hace. Como también si escalas en la cantidad de tarjetas gráficas.
Alexis Lavado, Bitcoin Chile.
Ni hablar de industrialización
Es cierto que la minería ha tenido un crecimiento en Chile, con organizaciones como Bitcoin Chile haciendo todo lo posible por su reconocimiento. De hecho, se supo que este grupo envió una propuesta de valoración a la Asamblea Constituyente, buscando que la minería de Bitcoin sea tomada cuenta como una actividad de valor.
Pero aun con eso, Chile todavía está lejos de la industrialización de la minería. Para Hernán Maureira, los empresarios chilenos que tienen la capacidad para minar Bitcoin a gran escala, lo harán pero fuera del país, en un lugar donde sea «más barato tener equipos».
Hay proyectos medianos, pero un megaproyecto no lo veo a corto plazo, por el tema de la electricidad. Tendrían que solucionar eso primero y luego ponerlo a funcionar.
Hernán Maureira, Bitcoin Chile.
Coincide con Alexis Lavado, quien sugiere que para industrializar hace falta un «set de habilidades», tanto en software como hardware, «que de no gustarte, difícilmente podrás querer emprender en esta área». Esto, además de la inversión inicial, que es alta. «Tener una granja requiere de mucho capital», señaló.
Y mencionó a la educación, que en temas de minería de Bitcoin «es prácticamente nula» en Chile. «Si no eres entusiasta de la tecnología, pues difícilmente te sumergirás en el mundo de las criptomonedas», dijo.
Mientras Chile se encamina poco a poco en el camino de la minería de Bitcoin, más entusiasmo se va generando. Es un país donde la rentabilidad depende de la forma en cómo se lleve la inversión y en donde es necesario hacer un estudio profundo antes de avanzar, al recordar los numerosos beneficios –y riesgos– que le suponen.