SAN DIEGO – Intentaron arreglar su estatus migratorio por la vía legal pero fueron enredadas en las mentiras y garras de un supuesto experto en el tema de inmigración, una desilusión que por desgracia sufren muchos migrantes.
La historia de Claudia y Eva Gregorio es una historia que demuestra un valor inimaginable, de una madre e hija de Guatemala que muestra la desesperación, y vulnerabilidad al intentar legalizarse para lograr el sueño americano.
Hoy se tienen las puertas a un futuro incierto pero lejos de ser obscuro y tener temor.
“Por lo menos no me fui con un abogado que me mintió, yo con el permiso yo sentí ya lo hice y no sabía lo que venía detrás del permiso“, dice Claudia Gregorio.
Ella describe su calvario, peor que el que vivió hace 15 años, caminando 7 días en el desierto de San Diego con su hija Eva de 5 años amarrada a su espalda.
“Un lio que ni para desatarme yo no podía “, asegura Claudia.
Claudia fue víctima de los engaños de un bogado a quien con un sinfín de sacrificios le pago $7,000, la promesa de asilo político y aunque le consiguió un permiso de trabajo temporal al recibir el ultimo pago, al abogado abandonó el caso.
“La persona que nos tenía que defender, usar su voz para defendernos a nosotras es la misma persona que tomo ventaja de nosotras , si esa persona ya hizo eso, que puedo esperar de los demás“, dice Eva, hija de Claudia de 21 años.
Su solución, la abogada de inmigración Esther Valdez Clayton, quien tomó su caso, sabiendo no sería nada fácil.
“Estaban no solamente en peligro de ser deportadas pero además acusadas de cometer fraude contra el gobierno americano”, aseguró.
Cuatro años de lucha y angustia, hasta que el 17 de mayo del 2022, Eva obtuvo DACA y Claudia la madre permanecerá en Estados Unidos sin miedo de ser deportada con el conocimiento del gobierno y se cerró su caso para nunca abrirse jamás, esto gracias a la ley aprobada el mes pasado por la administración Biden llamada Discreción Procesal.