«Llevamos muy buena relación con el gobierno del presidente (Joe) Biden y queremos que se invite a todos (a la IX Cumbre de las Américas). Esa es la postura de México (…) si hay exclusión, si no todos son invitados, habrá una representación del gobierno de México, pero no iría yo», expresó el presidente mexicano López Obrador.
El gobierno del presidente de Chile, Gabriel Boric, realiza gestiones para posibilitar la participación de Cuba, Nicaragua y Venezuela en la IX Cumbre de las Américas, a realizarse del 6 al 10 de junio en la ciudad estadunidense de Los Ángeles, dijo la canciller chilena, Antonia Urrejola, días después de que EEUU anunciara que los países que por sus actuaciones no respeten la democracia no recibirán invitaciones para el encuentro. En declaraciones al diario chileno La Tercera, Urrejola expuso: «Hay que cambiar la receta: la región necesita dialogar más allá de sus diferencias».
Por otro lado, en decisión conjunta, los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) afirmaron que no asistirán a la Cumbre si se excluye a alguna nación de esa área. Al sumarse Chile a México y a Bolivia, además del bloque numéricamente importante de CARICOM, veo a Argentina haciendo lo mismo.
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«Una Cumbre de las Américas que excluye a países americanos no será una Cumbre de las Américas plena, y de persistir la exclusión de pueblos hermanos, no participaré de la misma», escribió el presidente boliviano, Luis Arce.
Por su lado, la mandataria hondureña, Xiomara Castro, quien tuvo una reunión la semana pasada con el presidente mexicano, evocó al político y diplomático José Cecilio del Valle hondureño, al señalar que si no se convocaba a todas las naciones del continente a dialogar no se podría hablar de una verdadera cumbre americana.
Ninguno de los países de mayor peso en América Latina, incluido Brasil, tienen interés en una Cumbre que no ofrece nada nuevo, convocada por un gobierno que ha mostrado un interés muy limitado en la región, concentrado en el tema de la inmigración y en la guerra de Ucrania.
El éxito o fracaso de la Cumbre de las Américas no depende de la oposición nicaragüense. El error político de los nicaragüenses fue no medir la influencia política de México, tampoco la correlación de fuerzas a nivel latinoamericano y adoptar la posición de EEUU acríticamente. En este caso, dado el casi seguro fracaso de la Cumbre, lo mejor es desmontar la gira de los nicaragüenses a Los Ángeles, para reducir los costos políticos de un fracaso anunciado. Si EE.UU. cede ante esta realidad, la Cumbre será una victoria para Ortega, Maduro y Díaz Canel. La IX Cumbre de las Américas ha muerto antes de nacer.
Muchos de los opositores nicaragüenses que iban a Los Ángeles lo hacían cada quien por su lado, dando una muestra más de desunión. Las distintas expresiones opositoras nicaragüenses siguen sin estrategia, solamente aplican tácticas coyunturales que se transforman en una estrategia errada.