Todos tenemos a una o varias personas mayores a las que nos encantaría hacer entrar en el mundo de Bitcoin. Padres, abuelos, tíos, o incluso amigos. El problema es que hay una brecha generacional en cuanto a la relación (y la comprensión) de la tecnología que nos impide arrastrarlos efectivamente. Esa brecha, hay que decirlo, genera resistencia de parte de muchos de ellos a la hora de acercarse a novedades tecnológicas, porque no las entienden o creen que es imposible para ellos utilizarlas. Pero es mentira, todos pueden usar Bitcoin, sin distinción de edad.
A muchas de esas personas les cuesta entender incluso algunas cosas que, para los que estamos entre los 20 y 35 años, son básicas a estas alturas. Hacer capturas de pantalla en su teléfono móvil o crear una cuenta en Instagram podrían estar en esa lista, que se hace más difícil con los servicios financieros digitales. Después de todo, para ellos la norma ha sido manejar su dinero en físico: ir a bancos, retirar billetes, pagar con tarjetas. ¿Cómo les presento, entonces, algo tan complejo y revolucionario como Bitcoin?
Cuéntale cómo bitcoin podría beneficiar su economía
No hay una respuesta única para esa interrogante. Pero en mi experiencia, la mejor forma de acercarnos es planteándoles primero el problema que Bitcoin vino a resolver: conversar sobre cómo los bancos centrales emiten dinero inorgánico, cómo eso aumenta la inflación y, en definitiva, reduce el poder adquisitivo y la capacidad de ahorro en el mediano y largo plazo.
Si están en Venezuela, como es mi caso, esa explicación se vuelve muy sencilla, puesto que toda la población tiene experiencia sobre las carencias que genera el mal manejo de la economía. Pero en otros países, es un tema que requerirá mayor profundización, porque especialmente en esas generaciones sigue muy arraigada la confianza en el sistema fíat. Es decir, el dinero de los gobiernos.
También convendría hablar sobre el control total que tienen los bancos sobre nuestros fondos y cómo, en consecuencia, no son tan nuestros en realidad. Basta un banco declarado en quiebra, un “corralito” hacia los retiros de dinero, para que nos demos cuenta de lo poco que controlamos nuestro propio capital.
De los principios básicos que deben entender, podría destacar los siguientes: su emisión controlada (un bloque aproximadamente cada 10 minutos emite siempre la misma cantidad de BTC) y decreciente (cada 210.000 bloques se reduce esa emisión a la mitad de monedas por bloque). También, el suministro finito (no podrán crearse más de 21 millones de bitcoin) lo que protege de los esquemas inflacionarios, la imposibilidad del doble gasto y el hecho de que nadie puede censurar sus transacciones ni bloquear sus BTC.
“Es como un banco pero no es como un banco”
Siempre habrá resistencia con respecto a Bitcoin, incluso habiendo entendido el problema que genera el sistema financiero tradicional. Y no es ilógico ni debería exasperarnos. Se trata de algo nuevo tanto para ellos como para nosotros, que además de reconfigurar nuestra percepción del dinero, también es absolutamente tecnológico. Debido a ello, la clave para acercarlos está en hacer a Bitcoin lo menos complejo posible para no nativos tecnológicos.
¿Bitcoin es un método de pago difícil de entender por todos los aspectos técnicos que conjuga? Entonces no le hables a profundidad sobre protocolo o mineros de buenas a primeras, sino que compara a BTC con algo que conozcan, que les sea familiar y sencillo de entender. Al menos, toca hacerlo lo más posible, sin pervertir la naturaleza de Bitcoin y sus ventajas con respecto al sistema monetario conocido hasta la fecha.
Una de las cosas que le puedes decir es que usar bitcoin es tan sencillo como usar una cuenta en un banco a través de un teléfono móvil o la computadora. Instalas un monedero autocustodiado y ya puedes comenzar a usar Bitcoin, lo único que necesitan es ir familiarizándose con la plataforma de dicho monedero.
Agregaría que lo ideal es mostrarles más que decirles: nada como un tutorial en vivo, desde cómo descargar el monedero hasta el envío y recepción de una transacción en BTC. Que sean monederos sencillos es clave, al igual que si les vamos a presentar plataformas de intercambio. Si a veces a uno mismo le cuesta entender las miles de opciones que ofrecen sitios como Binance, imaginemos cómo les costaría a ellos.
El “problema” de la autocustodia
El asunto con la autocustodia es que aunque ellos tienen realmente el control de ese dinero, ese gran poder viene acompañado de una gran responsabilidad: la autocustodia requiere que el usuario tenga un buen respaldo de sus semillas (una especie de clave que se puede utilizar para recuperar un monedero en otros dispositivos). De lo contrario, no podrán acceder nunca más a sus fondos. No dependes de los bancos, pero tampoco tienes la posibilidad de acceder a su soporte ni pedir ayuda a un tercero para recuperar tus BTC si pierdes acceso al monedero.
Justo en ese punto podemos encontrar otra ola de resistencia: hacerse responsables de algo que han delegado durante décadas puede no ser una idea del todo agradable para ellos. Más por temor a cometer un error que por otra razón.
Para aquellos que no logren confiar en sí mismos y prefieran la ayuda de una entidad especializada, siempre habrá opciones en el mercado con custodia de terceros, como monederos, exchanges u otro tipo de plataformas. Si me preguntan a mí, eso es no usar realmente Bitcoin aunque tengas saldo BTC en tu monedero, pero habrá quienes prefieran esa “seguridad” de tener a quién culpar de cualquier inconveniente.
“Si aprendiste a usar WhatsApp o hasta PayPal, puedes usar Bitcoin”
Gastados los recursos anteriores, el siguiente paso sería llevarlos a lo tecnológico actual que más seguridad le dé a nuestro interlocutor. ¿Es acaso WhatsApp, por donde mandan videos, audios y hasta hacen videollamadas con sus familiares y amigos? ¿Es otra aplicación? Quizá hasta hayan utilizado ya opciones relacionadas con el dinero, como PayPal.
En caso afirmativo, parte del camino ya está recorrido: lo más recomendable, entonces, sería plantearles primero las cosas más sencillas de usar BTC que puedas comparar con algunas de esas aplicaciones que ya conoce.
Y una vez que se haya logrado captar la atención, ir a lo más complejo. Eso sí: en el momento en que los apabulles con información desconocida o muy técnica, seguro lo habrás perdido para siempre. Lo digo por experiencia. Para hacerte el trabajo más sencillo, CriptoNoticias dispone de guías, tutoriales y artículos educativos en la Criptopedia.
Recomiendo que la lectura de cualquiera de estos artículos o publicaciones se haga de forma acompañada y aclarando cualquier duda en el proceso. Porque, no hay mejor manera de enseñar, que ponerse en los zapatos del otro e intentar ver el tema desde su perspectiva. En este caso, desde algo que les genera temor o inseguridad de aprender.
¿Te parece que estos consejos pueden ayudar? No hay tiempo que perder, entonces. Es momento de ayudarlos a comprar sus primeros satoshis y cambiar su forma de ver el dinero para siempre.