Silvia Noriega, gerente de sostenibilidad de Credicorp Capital, habla sobre un estudio que realizó la firma en cuanto a inclusión financiera en Colombia
La investigación es sobre brechas de género en la inclusión financiera y se desprende de un gran estudio que se publicó en el 2021.
“Hicimos este whitepaper para entender la inclusión desde la perspectiva de género y dar luces al diseño e implementación de políticas y estrategias de inclusión que puedan responder mejor a los desafíos de los países en los que estamos“, explicó Noriega.
(Vea: Qué está haciendo Colombia para contrarrestar el ‘gota a gota’).
Luego de lanzar el Índice de Inclusión Financiera en agosto del año pasado, ¿por qué lanzar este nuevo estudio con énfasis en el género?
Nosotros como Grupo Credicorp, y en línea con la estrategia de sostenibilidad, tenemos la ambición de incrementar la inclusión financiera en las geografías en las que operamos. Entonces, este índice lo hicimos para entender dónde estamos en el tema y dónde están actualmente los desafíos de la inclusión financiera para, a partir del correcto entendimiento de esos desafíos, desplegar acciones para mejorar esa situación.
Ahora, uno de los puntos clave en los que necesariamente teníamos que hacer doble clic era el tema de género. Este es un aspecto fundamental que tiene que ver con la inclusión, y varios estudios muestran que hay diferencias importantes entre hombres y mujeres a la hora de incluirlos financieramente, y estas diferencias tenemos que entenderlas para poder abordar el tema de una forma que realmente ayude a solucionar y eliminar las brechas.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos de este documento para la región y qué podría resaltar sobre lo encontrado en Colombia?
Primero hay que entender que este Índice de Inclusión Financiera va en una escala de 0 a 100 y se divide en 3 niveles: Bajo, En progreso y Logrado. El nivel Bajo muestra personas que están poco incluidas en el sistema financiero, que no lo entienden, no confían en él y tienen pocos o ningún producto financiero. Luego tenemos el segundo nivel que es En Progreso y significa que las personas tienen uno que otro producto en el sistema financiero formal, pero que no los usan mucho, ya sea porque no entienden muy bien las ventajas o no le tienen mucha confianza al sistema. Por último, tenemos un nivel Logrado, en el cual las personas ya tienen una serie de productos financieros, los usan con frecuencia, hay un muy buen conocimiento y confianza en el sistema, que a su vez es un mecanismo de refuerzo en el uso, y gozan de todas las ventajas que este ofrece.
Dicho esto, lo que se ha encontrado es que el nivel de inclusión financiera en los siete países analizados (Colombia, Chile, Perú, Panamá, Bolivia, Ecuador y México) es de 38,3, lo que significa que no estamos muy bien y que hay mucho trabajo por hacer. Y de esto llama la atención que más de la mitad de la población latinoamericana se encuentra en el nivel Bajo de inclusión, lo cual no es una buena noticia.
Adicionalmente, los hombres en el nivel Logrado de inclusión financiera son casi el doble que las mujeres y también más de la mitad de las mujeres (56%) se encuentra en un nivel Bajo de inclusión financiera, lo que demuestra brechas significativas. Ahora, si profundizamos aún más en las variables de género vemos que las mujeres incluidas al sistema básicamente son las trabajadoras dependientes, menores de 43 años, que viven en zonas urbanas, que tienen un mayor nivel socioeconómico y formación universitaria.
Puntualmente en Colombia, las mujeres con un nivel socioeconómico alto que tienen cuentas de ahorro son más del 85%, lo que da cuenta de una inclusión mucho más fuerte, algo que no pasa en el nivel socioeconómico bajo, donde hay mayor desconfianza y mucha menor tenencia de productos, incluso de aquellos de entrada.
Otra diferencia también está entre lo urbano y lo rural, en donde solo el 5% de las mujeres que viven en el ámbito rural llega a un nivel Logrado de inclusión financiera. Y, en general, se ve que mientras en zonas urbanas las mujeres realizan más o menos 6 transacciones al mes, en zonas rurales solamente se hace una. Otra cosa es que las amas de casa tienen mucha menos inclusión, incluso menos que las mujeres que están desempleadas, y es el grupo que está en mayor desventaja en términos generales, con un 72% de las amas de casa en el nivel Bajo de inclusión financiera, lo cual es alarmante.
(Vea: Las mujeres siguen relegadas en materia de inclusión financiera).
En comparación con los otros países analizados, ¿cómo le fue a Colombia y en qué puesto o nivel se ubica? ¿Qué oportunidad de mejora ve frente a los países mejor ubicados en el ránking?
Colombia lo interesante que tiene, es que presenta una de las brechas de género más reducidas, con una diferencia de 6 puntos porcentuales entre hombres y mujeres, con lo que el 12% de las mujeres colombianas está en un nivel Logrado de inclusión, frente a un 18% de hombres.
Sin embargo, hay aspectos en los que a Colombia le va mejor que a la región y otros en los que le va peor. El país está por encima del promedio regional, por ejemplo, en la tenencia de productos de ahorro o cuentas corriente, al igual que el uso de billeteras móviles, en donde está 15 puntos porcentuales por encima del promedio. Y si hacemos un zoom en el segmento de las mujeres con mayor nivel educativo, Colombia llama la atención por las mujeres incluidas en fondos de pensiones, al ubicarse en el segundo puesto con seis puntos más frente al promedio regional.
En cuanto a oportunidades de mejora, vemos que por ejemplo las mujeres colombianas tienen menos tarjetas débito y se encuentran 10 puntos porcentuales por debajo del promedio de la región en este aspecto. Lo mismo pasa con las tarjetas de crédito, aunque en menor medida y con solamente dos puntos porcentuales, así como con la frecuencia de uso, puesto que las colombianas por mes hacen 3,4 transacciones versus 4,8 del promedio de los 7 países analizados.
Desde Credicorp vemos que hay oportunidades de inclusión en Colombia para las mujeres. Definitivamente tenemos un desafío de inclusión, al igual que en el resto de los países, pero en el país se deben tomar iniciativas específicas para reducir las brechas en aspectos como la tenencia y uso de determinados productos.
En Colombia solo una de cada diez mujeres se encuentra en el nivel logrado de inclusión financiera, ¿cómo cree que esta cifra se puede elevar? y ¿de qué manera contribuye el Grupo Credicorp en este propósito?
Hay varias maneras de enfrentar estas cifras. Lo primero que debemos entender es que este es un problema que es complejo, grueso y requiere el abordaje de una serie de actores, empezando por el Estado con un rol un poco más proactivo, con una política de inclusión financiera, con una mirada de género y con una política clara de educación financiera. Por ejemplo, si se incorporaran aspectos de educación financiera a nivel de educación básica ayudaría muchísimo; y en la educación superior, vemos que quienes van a la universidad van a estar incluidas financieramente, pero en los otros tipos de educación superior como la técnica, no tienen esta misma relación con el sistema; por lo que podrían hacerse iniciativas gremiales de incorporar cursos de educación financiera y gestión de negocios, porque esto va de la mano.
Ahora, como Grupo también tenemos un programa de equidad de género dentro de nuestras filiales, y es que los estudios demuestran que cuando en el sector financiero hay más participación femenina como colaboradoras, ellas van a entender mejor el tema y esto va a incidir en la inclusión de las mujeres clientes. Otro tema también es mirar la evaluación crediticia, pues muchas veces puede haber sesgos en este score, por lo cual se debe capacitar al personal en estos temas de roles de género e identificar esos puntos que crean sesgos.
En cuanto a la digitalización, encontramos otro tema clave porque, por ejemplo, en el caso de las amas de casa, estas pueden estar muy ocupadas con los quehaceres del hogar y no se pueden ausentar, por lo que productos y bancos más digitales no solo le facilitan la vida a las personas, sino, particularmente, a muchas mujeres.
(Vea: Cómo afectó la pandemia la inclusión financiera empresarial en el país).
Teniendo en cuenta los resultados para Colombia y de los demás países analizados, ¿cuál considera que es el principal desafío y oportunidad para la inclusión financiera de las mujeres en Colombia?
Donde hemos visto que está la brecha más grande es en tarjetas de débito, por lo que debemos trabajar en educación financiera, por ejemplo, con los clientes hombres con pareja para que esas parejas también tengan sus cuentas y sus productos. Debemos empezar a hablar de la independencia financiera, empezar por ahí, educando a hombres y mujeres, desafiando el statu quo para que ellas tengan más cercanía con las bondades del sistema financiero.
¿Qué factores considera que explican el hecho de que las billeteras móviles son el único producto financiero en el que tanto hombres como mujeres tienen el mismo porcentaje de tenencia y uso?
Las billeteras móviles permiten a las personas hacer transacciones desde el teléfono. Este hallazgo del whitepaper es un buen indicador de la penetración móvil, para empezar, y de la familiaridad con el uso del teléfono, lo cual abre ventanas de oportunidad a la inclusión financiera. Adicionalmente, muchas de las ayudas de los gobiernos durante la pandemia se pagaron a través de billeteras móviles, lo cual también aumentó su uso en hombres y mujeres por igual, y que a su vez es un terreno ganado que no se puede perder.
Una de las filiales de Credicorp en Colombia es Mibanco, que el año pasado lanzó un crédito especialmente diseñado para las mujeres, ¿cómo se alinea esta acción al trabajo del Grupo Credicorp en favor de la inclusión financiera de la mujer? y ¿qué otras acciones tienen previstas como Grupo?
Para el caso de Mibanco Colombia, se tiene un producto financiero que se llama ‘Mujeres Pa’Lante’, destinado específicamente a microempresarias, con 3.500 créditos colocados y va de la mano con contenido de educación financiera y gestión de negocios. Esto ha demostrado ser muy exitoso, e incluso Mibanco colocó un bono social que levantó US$28 millones que van a ser destinados a masificar este producto y ayudará a promover la oferta, haciendo que captemos más mujeres clientes, entendiendo mejor sus necesidades y preocupaciones.
En línea con esto, desde Mibanco Perú se está trabajando en el Crédito Mujer, donde estamos haciendo unos focus group específicos para poder entender cómo las normativas sociales funcionan como barreras de entrada a este producto; y nos hemos dado cuenta de que hay una norma social instaurada en nuestra sociedad, en la cual a la pareja hombre no le agrada o le preocupa que la mujer sea independiente financieramente, que tenga productos o que tenga su propia fuente de ingresos.
Como esta hay decenas de normativas que tenemos que ir desafiando y mirando, y de hecho en eso estamos trabajando en Perú y demostrar que las familias pueden ser más prósperas cuando tanto el padre como la madre generan ingresos porque da seguridad, y cuando la mujer es independiente financieramente va a utilizar estos recursos en su familia y va a generar un mayor bienestar familiar.
(Vea: Así va la inclusión financiera empresarial en Colombia).
Ahora, si bien no es tarea fácil trabajar para incluir a las mujeres en el sistema financiero, las estrategias suelen quedarse en bancarización o productos bancarios, así las cosas, desde Credicorp, como Grupo matriz de Mibanco y Credicorp Capital ¿qué estrategias o productos se han pensado para generar acceso también en productos de inversión?
Una de las cosas que está trabajando Credicorp Capital en el marco de la estrategia de Sostenibilidad del Grupo Credicorp, es revisar la data por género y se ha encontrado que hay una oportunidad enorme para que las mujeres que hoy son clientas comiencen a sofisticar su consumo de productos financieros. Entonces lo que se está haciendo ahora es justamente entender cómo es esta demanda y sus preocupaciones para ofrecer productos que se adecuen a sus preferencias y necesidades, ya que hemos visto que, aunque los productos existentes son para hombres y mujeres, se podría presumir que están sesgados a lo que el hombre demanda porque es lo que ha sido tradicionalmente.
Si tú quieres hacer algo que realmente responda a las necesidades de las mujeres, tienes que estudiarlas, escucharlas y hacer los cambios y las formulaciones en el diseño que sean necesarias para lograr que sea atractivo para ellas, y lo que ha mostrado la evidencia es que cuando se hace esto, el producto que era para la mujer también es demandando por hombres. Entonces, desde Credicorp Capital en este momento se está trabajando en eso, en cómo sofisticar a su clienta financiera, lo cual es un tema clave, porque es un público que ya hace parte del sistema financiero, pero aun así tiene oportunidades de profundización.
El Grupo Credicorp también está en Chile y Panamá, países que se encuentran mejor ubicados que Colombia en el estudio, ¿a qué se debe esto?
Conversando con medios panameños alrededor de este tema, encontramos que Panamá tradicionalmente ha sido un hub financiero por lo que hay una cultura en pro del sistema. Es más, si vemos las cifras, Panamá es el país en el que hay mayor confianza en las instituciones financieras, pero esto es algo que se genera desde la parte cultural de un país.
Otro aspecto es el nivel de formalidad e informalidad. Colombia, al igual que Perú, es un país en el que hay mucha informalidad, lo que supone un reto bastante grande y que incide en la falta de uso en el sistema financiero.
También importa mucho el nivel educativo de las mujeres, es decir, qué tanto las mujeres se educan y qué tanto están en un mejor sector socioeconómico, porque cuando entras a ver esas variables encuentras que las mujeres más pobres y con menor nivel educativo van a estar en desventaja, sea el país que sea, por lo que el tema está en cómo educar a más personas para que tengan un mayor nivel educativo y, de esta manera, aumentar la probabilidad de que se vuelva un usuario del sistema financiero en el futuro, como es el caso de Chile, en donde hay un nivel educativo alto.
(Vea: Daviplata trabajará en la inclusión financiera de plazas de mercado).
¿Van Colombia y la región en el camino correcto hacia generar una mayor inclusión financiera?
Yo creo que los gobiernos están trabajando en el tema, la mayoría de ellos tienen la inclusión financiera en la mira, pero lo que nos falta es articular mejor los esfuerzos, porque para que este tema sea una realidad se debe trabajar de manera orquestada el sector público, el sector privado y el académico, algo que no veo que esté pasando en los países analizados.
Información como esta que estamos difundiendo servirá para que todos los actores se sienten y compartan perspectivas desde donde están ubicadas. No podemos pretender que el sector financiero o solo el Estado logren llevar la inclusión financiera a cifras récord.
PORTAFOLIO