La situación política y judicial de la recién elegida senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, la tiene contra las cuerdas. Sus líos no solo son en Colombia, en Estados Unidos también siguen detalladamente sus pasos, y ya se habla de una posible obstrucción a la justicia con un tema que no deja de sonar en las cárceles: la extradición. A esto se suma un sorprendente giro que estaría tomando el caso de Álex Saab, el considerado testaferro del régimen de Nicolás Maduro, quien en medio de “acercamientos” con las autoridades de ese país, ahora sí estaría dispuesto a prender el ventilador contra distintas personas, entre ellas, Córdoba.
SEMANA revela detalles inéditos del huracán que hoy envuelve a la electa senadora y que incluso generó que el máximo jefe y candidato a la presidencia por el Pacto Histórico, Gustavo Petro, le pidiera que se marginara de la campaña para no entorpecerla. ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Por qué los rumores sobre la extradición? ¿Qué información conocía Petro que lo llevó a tomar esta radical y sorpresiva decisión?
Lo primero que están tratando de establecer las autoridades de Estados Unidos y de Colombia es la certeza de que los ingresos de la senadora a la penitenciaría La Picota, además de visitar a su hermano Álvaro Córdoba Ruiz, quien también está pedido en extradición, fueron aprovechados para reunirse con otros extraditables, a quienes supuestamente les habría ofrecido no ser enviados a Estados Unidos si Petro era elegido presidente.
El rumor de la no extradición se habría regado como pólvora, en concreto en el pabellón de la cárcel La Picota de quienes están en fila para ser enviados a los Estados Unidos a responder ante la justicia por delitos relacionados con narcotráfico.
Fuentes consultadas por SEMANA aseguran que los ofrecimientos sí serían ciertos. Habrían llegado inicialmente a los conocidos grandes capos, quienes tenían “la misión de distribuir el mensaje entre sus compañeros”, entre ellos, los que llaman en el mundo de las cárceles como “lavaperros o peces pequeños”.
“El país no debe seguir de rodillas ante los gringos”, “Colombia es un país soberano”, “no a la extradición”, son algunas de las frases que en voz baja estarían retumbando en los pasillos y las celdas de los extraditables. Paralelamente, se estaría hablando de una estrategia para que las penas las paguen acá y no sean enviados a Estados Unidos.
La idea, para no levantar sospechas y negarlo si es el caso, sería “congelar, enredar y dilatar” las que se han denominado extradiciones exprés. Estas consisten en que los capturados renuncian a los términos y dan vía libre para que en poco tiempo sean llevados sin trabas a los Estados Unidos, incluso, los primeros avances de información y plan de colaboración con la justicia los empiezan a hacer con agentes de este país en los centros de reclusión de Colombia.
La petición de algunos grandes capos, que para muchos cayó como una orden, es precisamente que suspendan los trámites, diligencias judiciales y acercamientos con las autoridades en Colombia y Estados Unidos, para ganar tiempo mientras se dan las elecciones presidenciales.
Curtidos abogados de extraditables, cuyas oficinas están en los Estados Unidos, confirmaron que incluso tenían programadas reuniones para viajar a Bogotá a revisar sus expedientes, pero, sorpresivamente, algunos de estos encuentros fueron cancelados. En Colombia sucede de manera similar, abogados también hablan de “suspensiones de encuentros y visitas con sus clientes y hasta se estaría hablando de cambios de defensores, ante la estrategia que se estaría gestando”.
Sin embargo, no se trata de un cheque en blanco, nadie habla del tema en público, hacen consultas y el tema siempre es el mismo, la extradición. Pero justamente por eso lo manejan con confidencialidad, pues también tienen que evaluar el escenario en el que Petro pierda las elecciones, y no echar a perder los avances que han logrado con la justicia de Estados Unidos.
La reserva con que supuestamente se estaba manejando el plan para ponerle talanquera a la extradición se ha venido quebrando, justamente por quienes hace poco fueron enviados a las cárceles de Estados Unidos y eran conocedores de la propuesta. Terminaron, en medio de su colaboración para obtener beneficios, contando detalles de estos presuntos encuentros de Piedad Córdoba en los penales.
Aunque la senadora ha negado las acusaciones y asegura que solo ha ido a la cárcel a visitar a su hermano Álvaro Córdoba Ruiz, SEMANA reveló la prueba que demostraría que Piedad estaría mintiendo. A menos de un mes de las consultas para escoger candidatos a la presidencia y elecciones al Congreso, se habría reunido con Juan Carlos Cuesta Córdoba, alias Gordo Rufla, lo que se prueba con la boleta de autorización de ingreso al penal, fechada el 19 de febrero, para encontrarse con este peligroso miembro del Clan del Golfo pedido en extradición (ver facsímil).
Este encuentro está probado, pero otros que se habrían dado a la sombra de las visitas a su hermano en La Picota, sumado a los señalamientos de los recién extraditados, tienen a Estados Unidos en alerta. Por ello, se estaría hablando de un posible delito de obstrucción a la justicia de parte de Córdoba, pues es claro que una de las principales estrategias de este país en la lucha contra el narcotráfico es llevar a los narcos a pagar en sus cárceles, y cualquier injerencia es considerada un delito grave. Se trataría de una intromisión en las acciones de un juez de Estados Unidos, pues tras la captura con fines de extradición quedan inmediatamente bajo la orden e investigación de la justicia de ese país.
La senadora electa no se ha quedado callada, volvió a reiterar que no hizo este tipo de ofrecimientos y señaló, “como es de público conocimiento, mi hermano Álvaro se encuentra privado de su libertad con fines de extradición por una acción de entrampamiento orquestada por agentes de la DEA para afectar la campaña electoral del Pacto Histórico, como ha denunciado el mismo Gustavo Petro”.
La defensa de Álvaro Córdoba Ruiz, en cabeza de Antonio Güette, quien también ha negado los ofrecimientos, ha manifestado que sus visitas han sido en su rol de abogado. En ese mismo sentido, algunos narcotraficantes pedidos en extradición y sus abogados han salido a negar estos ofrecimientos. Pese a esto, las autoridades desde hace varios días están en la minuciosa tarea de descifrar si se estaría dando un pacto secreto en La Picota.
La relación Saab-Córdoba
A partir del momento en que el empresario Álex Saab, considerado el testaferro del régimen de Nicolás Maduro, fue extraditado desde la pequeña nación africana de Cabo Verde hacia los Estados Unidos, en octubre del año pasado, el nombre de Piedad Córdoba ha venido rondando la investigación, para la justicia de ese país es conocida su cercanía.
Aunque la confidencialidad y la estrategia de defensa de Saab se ha mantenido en que él es inimputable por su condición de diplomático del Gobierno de Venezuela, lo que se sabe es que ante una posible elevada condena contra Saab en los Estados Unidos, estarían contemplando desde ya una figura de “acercamientos” que existe en este país y que podría convertirse en una colaboración efectiva y negociación de su pena.
Como sucedía hace más de 30 años, cuando, al calor de la construcción de la Constitución de 1991, los entonces extraditables comandados por Pablo Escobar aseguraban que preferían una tumba en Colombia que una prisión en Estados Unidos, hoy, nuevamente, este es el tema del que se habla en las cárceles de Colombia y de Estados Unidos, las reuniones se han dado, y está comprobado, con un ingrediente, toda esta trama tiene en las tras escena a la senadora Piedad Córdoba.