En 2022, la escritora iraní Parinoush Saniee pidió a los gobiernos de los países democráticos prestar atención a la situación en Irán, con el fin de apoyar la lucha del pueblo contra el régimen.
Para ella, el régimen iraní seguirá reprimiendo al pueblo, pues no conoce otra forma distinta a la violencia. “Nunca ha respondido a las necesidades de la gente y lo único que tiene es la violencia (…) Va a seguir hasta que no pueda más y caiga. Hasta que no lleguemos a ese punto seguirá usando la violencia”, dijo entonces.
El caso puntual al que se refería tenía que ver con la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral por no llevar correctamente su velo. La represión, ha dicho Saniee, es la única gran arma que tiene el régimen para mantenerse en el poder.
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El extremismo no tiene límites en Irán y, recientemente, el mundo entero se volcó sobre el régimen de ese país por la orden de ejecución en contra del futbolista Amir Nasr-Azadani, quien presuntamente había estado relacionado con un grupo de hombres que causaron la muerte de tres funcionarios de seguridad durante una jornada de protestas antigubernamentales, el 16 de noviembre de 2022.
El régimen sentenció que este crimen hacía parte de “una guerra contra Dios” y su condena era la muerte. Inmediatamente, la atención de los usuarios en las redes sociales se volcó sobre este lamentable hecho, exigiendo justicia e intervención de la ONU. Diferentes personalidades del mundo del fútbol e, incluso, actores, escritores y músicos, se pronunciaron al respecto, mostrando su rechazo.
Todo esto tuvo lugar durante la disputa del Mundial de Fútbol de Qatar, que finalmente terminó con la selección Argentina como campeona. Entonces, parecía no haber vuelta atrás en el caso de Nasr-Azadani, sin embargo, mediante sentencia anunciada el 9 de enero de 2023, se confirmó que el futbolista pagaría 26 años de prisión, ante la apelación de la pena de muerte. En el caso por el que se juzgó al futbolista iraní, también fueron condenados Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi por cargos de “moharebeh”.
Las protestas en contra del régimen de las que participó Nasr-Azadani han sido catalogadas como las más grandes desde la revolución islámica de 1979. Iniciaron, justamente, en rechazo a la muerte de Mahsa Amini, el tema sobre el que llamaba la atención la escritora Parinoush Saniee.
“Anteriormente, las mujeres luchaban por la libertad en su forma de vestirse, pero había otros problemas y creían que no tenía prioridad ante otros asuntos, pero en la actualidad es un símbolo de la lucha de las mujeres iraníes contra el régimen teocrático”, aseguró entonces, y señaló la forma en que el régimen siempre ha querido poner más murallas alrededor de las mujeres, evitando que accedan a su derecho al trabajo o a estudiar. Las luchas de ellas les han permitido conseguir mucho, pero al tiempo, otros derechos fundamentales les han sido arrebatados.
Según la escritora, una de las preocupaciones principales de los iraníes reside en no recibir apoyo de los gobiernos, aunque sí de los ciudadanos; “la población de muchos países se ha solidarizado con la lucha del pueblo iraní y lo valoramos mucho, pero los gobiernos no hacen lo que deben hacer”, precisó.
Alrededor de estos temas se ha encargado Saniee de trabajar, intentando que sus novelas sean un reflejo de la realidad de su país, así como una denuncia. De ahí que algunas hayan sido censuradas, incluyendo la más reciente, publicada en español por Alianza Editorial, titulada “Los que se van y los que se quedan”.
Este libro narra la historia de una familia iraní separada por la revolución de 1979. Se reúnen durante diez días en una casa de la costa turca. La matriarca, reseña la editorial, lleva casi treinta años sin ver a algunos de sus hijos, son seis, y sus nietos no hablan la misma lengua. Se da cuenta de que el peso de los malentendidos y el tiempo transcurrido ha dividido profundamente a la familia. Los que se han ido extrañan su tierra, mientras que los que se han quedado envidian la fortuna y las comodidades de sus parientes en el extranjero.
Este es el tercer libro publicado de la escritora nacida en Teherán y hoy residente en Estados Unidos. Los dos anteriores vieron la luz en 2003 y 2016: “El libro de mi destino” y “Una voz escondida”.
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Probablemente, su título más conocido sea, precisamente, “El libro de mi destino”, galardonado en 2010 con el Premio Bocaccio a la mejor novela extranjera en Italia. La trama se ubica en la Teherán de los años previos a la revolución y el tiempo presente, bajo la mirada de Masumeh, una chica de quince años criada al interior de una familia tradicional iraní.
Cuando Masumeh conoce a Said, un aprendiz de farmacéutico, la conexión entre ellos es intensa y difícil de esconder, algo que provoca una tremenda decepción en su padre y sus hermanos, quienes se oponen rotundamente a que la relación continúe. Condenada a recluirse en casa y aislarse del mundo exterior, reza la contraportada, la única vía de escape es un matrimonio concertado. El elegido es Hamid, un hombre afable, culto y entregado a sus actividades políticas, que casi no presta atención a su joven esposa ni a los hijos que van llegando.
A lo largo de los siguientes treinta años, Masumeh sufrirá en carne propia las radicales transformaciones que experimentará Irán hasta que, cumplidos sus deberes de madre, un giro inesperado la obligará a escoger entre la felicidad individual o salvaguardar el honor que imponen las tradiciones.
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Hoy por hoy, Parinoush Saniee es una de las escritoras iraníes más leídas en todo el mundo. Sus obras han sido traducidas a más de 26 idiomas. Pero en su país, las cosas son distintas. La autora aún no consigue ser leída en farsi y anhela el día en que así sea.
Para ella, el lenguaje es el medio de comunicación más importante entre los seres humanos y es lo que permite que podamos reducir los malentendidos. Así lo ha afirmado en una conversación con Andrea Yepes Cuartas, para El Tiempo.
En los últimos años, fuera de Irán, Saniee intenta estar en permanente contacto con su nación. “Estoy atenta permanentemente a las noticias iraníes que se emiten tanto en canales de televisión como en las redes sociales. De hecho, vivo en un pequeño enclave iraní en Estados Unidos, que me da la sensación de estar en casa. Así que cuando estoy en el extranjero, aunque echo de menos Irán, el sentimiento de nostalgia no es tan grande debido a esos contactos. No obstante, esa nostalgia puede tener alguna repercusión en mis futuros trabajos”.
Al mediodía del sábado 28 de enero, Parinoush Saniee estará conversando con Catalina Gómez Ángel sobre su obra y el libro más reciente, en el marco de la actual edición del Hay Festival, en Cartagena de Indias. Además, tocarán otros temas de interés como la migración y los conflictos sociales y psicológicos que genera en las mujeres un contexto social violento como el de su país, así como el amor y la compasión hacia la realidad de la gente iraní.
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