Inquietud. Eso fue lo que produjo en algunos sectores políticos la propuesta del Ministro de Justicia de permitir que algunos internos pudieran salir de sus celdas durante el día para integrarse a proyectos productivos y, en las noches, regresar a los sitios donde purgan sus condenas.
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Uno de los preocupados con el tema es el senador Gustavo Moreno, quien viene impulsando un tema similar al del Gobierno, pero con algunas limitaciones y diferencias. El congresista sostuvo una reunión con el Ministro de Justicia para despejar dudas y buscar puntos de encuentro.
Tras este encuentro, el senador insistió en que las cárceles no pueden convertirse en hoteles e informó que el Ejecutivo le aclaró que excluirá a los homicidas y abusadores sexuales del programa trabajar en el día y recluirse de noche.
¿Por qué su oposición a que los presos salgan en el día de sus celdas a trabajar y vuelvan en las noches a dormir en las cárceles?
Porque las cárceles no se pueden convertir en hoteles en las que un privado de la libertad salga en el día y regrese en las noches a dormir. En la reunión sostenida esta semana con el Ministro de Justicia nos aclaró que no cualquier persona puede salir de un centro carcelario a un centro comercial.
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El programa está encaminado a que estas personas trabajen construyendo vías, haciendo puentes y en temas sociales. Son personas de mediana y baja peligrosidad con algunos delitos menores. Hoy se excluyeron algunos delitos como los homicidios y abuso sexual a menores. Le planteamos al ministro esa preocupación que no salga cualquier persona.
¿No es, básicamente, lo que usted propone con el tema de las cárceles productivas?
Lo que nosotros proponemos es que los privados de la libertad trabajen desde las cárceles y desde allá puedan tener un salario, no igual al de una persona que está en libertad. Y que también puedan bajar la condena y resocializar a través de colonias agrícolas, el textil o la albañilería.
Su proyecto implica un impacto en el presupuesto, ¿de dónde van a salir estos recursos para adecuar las colonias agrícolas?
Van a hacer una reforma agraria en la que van a comprar 3 mil millones de hectáreas de tierras. Hemos pedido que algunas de esas hectáreas se dediquen para la construcción de colonias agrícolas. También hemos pedido que la SAE, que tiene activos del narcotráfico, destinen algunas fincas para el programa de colonias. No se necesitan comprar terrenos. No se necesitan destinar muchos recursos. Además, hay cárceles que están en centros urbanos y lo que hemos pedido es que se reubiquen y las viejas cárceles se destinen para proyectos de vivienda.
¿Estas colonias agrícolas o productivas no será la excusa perfecta para fugas de peligrosos delincuentes?
Para las colonias agrícolas irían las personas que han cumplido una tercera parte de la condena en Colombia. Hoy, el ejemplo es la colonia de Acacias en el departamento del Meta, que son personas que han estado en La Picota y en otras cárceles y van a allá a cumplir una cuarta parte de la condena. La idea es que sean personas que no salgan a delinquir, sino que salgan resocializadas.
Pero se mantiene el riesgo de fugas o motines en las prisiones…
Como lo dije, son personas de baja y media peligrosidad. Hoy, a las cárceles se puede llevar la industria textil. Ya hay algunas cárceles que producen para Pat Primo y Arturo Calle y tienen una maquinaria en el penal. Que esto sean una política de Estado en la que todos los privados de libertad que cumplan ciertas condiciones puedan ser productivos y resocializarse. La idea es que no salgan a delinquir.