Atardece en el mundo, y las sombras poco a poco se van adueñando de un día en que los conflictos políticos y bélicos quedarán ocultos en una noche sin estrellas en donde el reflejo de una luna menguante no será capaz de que seamos capaces de dilucidar a quienes sufren persecución, la destrucción de sus hogares, la muerte de sus seres queridos, la falta de trabajo y la lejanía del otro medio mundo que, cada vez más, vive en “islas” que pretenden no ser tocadas por las sombras obscuras que son proyectadas por quienes han perdido toda la esperanza.
Cuando, por circunstancias imprevisibles, comenzamos a experimentar que “nuestra isla”, “nuestro terruño”, “nuestro entorno”, comienzan a estar tocados por la falta de trabajo y de un trabajo digno, y que no logramos alcanzar la meta de cubrir muchas de nuestras necesidades y la angustia comienza a apoderarse de nosotros, miramos a todas las direcciones posibles para encontrar al mirlo blanco que nos ayude a salir de la situación.
La existencia de la clase media, que con tanto esfuerzo y dedicación fuimos construyendo a lo largo de más de 40 años, comienza a mermarse y esto genera una gran disfuncionalidad en las personas y, sobre todo, en los territorios en que éstas habitan.
La preocupación de los políticos es ser exclusivamente políticos, es decir retroalimentase de unos parámetros sociales que hagan el gran milagro de que puedan hacerse imprescindibles, porque se erigirán en nuestros únicos salvadores. Lo que quieren es fomentar nuestra dependencia de sus intereses políticos. No nos engañamos, les preocupamos más bien poco.
Conforme avanzamos en el diseño de su sociedad, sin percatarnos, vamos perdiendo libertad, todo se subsidia y buscan que por los subsidiados les estemos agradecidos de por vida, ya nos han mostrado una gran generosidad política.
Las sombras de la noche van alargando la dependencia y el clientelismo político. No nos quieren ni libres ni creativos, por esto no diseñan políticas que verdaderamente hagan emerger en las personas el espíritu emprendedor que todos llevamos dentro, nos quieren dependientes de sus políticas, nos prefieren subsidiados.
Para que las políticas activas de empleo devuelvan la dignidad a las personas que no tienen trabajo es imprescindible la colaboración entre los poderes públicos, la iniciativa privada empresarial y la iniciativa social del tercer sector y, de esto, sinceramente hay muy poco, desgraciadamente mínimas expresiones y experiencias. Y ya vemos que esto no es objetivo prioritario de quienes nos gobiernan, existen otros intereses.
La economía tendría que incentivar proyectos conjuntos y lograr generar infinidad de puestos de trabajo que condujeran a las personas a la clase media.
El objetivo de quienes nos gobiernan debería ser el lograr superar las sombras que muchas veces se proyectan a través del clientelismo político, y que llaman políticas sociales, para hacer que la luz del día pueda descubrir que la pobreza ya no existe y que las personas han logrado escalar la montaña que los ha conducido al páramo de la clase media, objetivo de países gobernados durante muchas decadas por una auténtica socialdemocracia y por una democracia cristiana, ambas incluyeron pinceladas liberales.
Miremos a nuestros países hermanos de Iberoamérica, seremos hermanos por mucho que les pese a incultos políticos. La sangre mezclada no es agua. Compartimos genes y, además, más de 500 años de relaciones culturales, sociales, económicas e históricas. Compartimos una lengua que no se podrá destruir, aunque intentos existen con discursos anacrónicos que no son fieles a una verdad histórica.
La pobreza de estos países, en buena media, sigue avanzando, aunque hay gobiernos y gobernantes que accedieron al poder democráticamente, pero con programas populistas, y lo peor es que se extienden a la izquierda y a la derecha produciendo situaciones caóticas que no pueden llevar a otro punto que a la destrucción, miremos a lo ocurrido recientemente en Chile, Argentina, Perú, Nicaragua, México y en Brasil. Lo ocurrido en estos países hermanos ha sido utilizado por determinadas posiciones políticas para hacer un discurso fuera de contexto en nuestra realidad política de España. Se ha dicho verdaderas barbaridades. A Iberoamérica la están fracturando los populismos, porque en países que el populismo lleva años gobernando la pobreza se ha disparado hasta el infinito.
Brasil puede romper esa racha; pero la sociedad está dividida a partes iguales y distender esta realidad debería ser el principal objetivo de recién elegido presidente de la Federación de Brasil.
En todos estos países, como en el conjunto del resto de los países de Iberoamérica la clase media es inexistente, o por lo menos no ha logrado alcanzar los niveles necesarios para que pudieran convertirse en un colchón social, lo cual ha llevado a facilitar la aparición de populismos que, aprovechándose de la pobreza de sus habitantes, sus lideres se han erigido en gobernantes perpetuos, acabando con la democracia que los llevó al más alto nivel de responsabilidad de gobierno.
Las sombras que se ciernen sobre nuestra querida España y nos adentran en la noche. Se pueden convertir en proyecciones de lo vivido y experimentado en nuestros países hermanos de Iberoamérica, dado que quienes dan consistencia a las sombras se alimentan de parámetros ideológicos muy similares.
Estas sombras ejercen una magia especial que poco a poco van introduciéndose por los poros de la piel de socialdemócratas y de personas adscritas a partidos nuevos con un tic de extrema izquierda o un tic de extrema derecha. Los políticos al frente que quieren proyectar estas sombras se “inventan” problemas para mantenerse permanentemente en el candelero de los medios de comunicación, pretenden vendernos que sus ocurrencias son las únicas posibles y hasta hacen bromas macabras de problemas que dañan a la luz brillante que debería existir en nuestra democracia.
La pregunta que hay que hacerse es ¿verdaderamente les interesa a los políticos de las sombras que la pobreza no exista? Hay mucho negocio montado a costa de la pobreza de muchas personas y del sufrimiento que viven y tienen. Son personas no son estadísticas, son personas que merecen formar parte de la clase media, son personas que tienen sentimientos y prefieren la dignidad de ser libres a tener que ser amparadas por el clientelismo político que, sin cortarnos, llamamos medidas de políticas sociales. Pero para que se de el gran milagro de formar parte de la clase media es necesario incentivar económicamente a la sociedad con medidas de protección social que no generen dependencia emocional ni económica. Regar un país con ayudas sociales apoyadas en dinero prestado, al final, nos llevara al ocaso y las sombras de la obscuridad nunca serán superadas., nos hundiremos más y más en el pozo de la miseria.
A la Iglesia Católica se la llegó a criticar porque se la veía como una Institución que hacía asistencialismo a través de Cáritas, más tarde esta Institución decidió trabajar con programas de promoción e inserción para colectivos altamente vulnerables, hoy, sin embargo sigue apoyando programas asistenciales facilitando productos básicos de alimentación, limpieza, aseo, ropa, etc., acompañados, en buena medida, con programas formativos que puedan ayudar a las personas beneficiadas a encontrar un puesto de trabajo, trabajan la dignificación de las personas para tener un espacio vital y social que les ayude a promocionarse como personas. Fue pionera en el diseño de políticas sociales que tenían en el centro, de verdad, a la persona; y lo hacía fuera de cualquier ideología. Pero la pobreza tampoco ha desaparecido, lo cual tendría que llevarle a analizar qué está ocurriendo, pero hacer un análisis de verdad, apartado éste de las ideologías políticas. Trabajé durante varios años en esta Institución, fui responsable del Programa de Mayores a nivel nacional hubo que hacer una transformación en los servicios existentes en esta área y después como director de Cooperación Internacional de Cáritas Española dimos un gran impulso, no solo a la ayuda humanitaria sino a programas de promoción humana, económica y social en muchas partes del planeta…. Mucho, fue mucho lo que los equipos trabajamos y propusimos.
A veces, en el silencio de los días alumbrados por un sol con baja intensidad que hace que el día pase gris aparecen espacios para la reflexión y para las preguntas que nos solemos hacer es ¿a quien interesa que no exista clase media? … ¿Por qué no existen proyectos conjuntos de colaboración en temas tan importantes como son la educación, la sanidad y la cultura entre los tres pilares fundamentales del emprendimiento económico y social, como son los gobiernos, el tejido empresarial y el tercer sector? … ¿Por qué no se desarrollan políticas que nos alejen del clientelismo político y de las subvenciones y se generen proyectos emprendedores apoyados por políticas económicas y fiscales para que puedan “volar” en poco tiempo y de esta forma generar riqueza? … ¿Por qué no se establecen centros profesionales y universidades que fomenten el emprendimiento a través de proyectos que puedan constituirse en pequeñas unidades empresariales?
Al final la existencia de la pobreza es un reclamo para muchas ideologías políticas y, hasta para la propia Iglesia Católica, y por esta razón, mientras existan pobres ¿quién se beneficia? Parece ser que la pobreza da estatus de poder a fuerzas políticas y hasta organizaciones milenarias.
A los españoles nos interesa salir de el círculo viciado de la pobreza y trabajar por impulsar una clase media apoyando medidas económicas, fiscales, sanitarias, educativas y sociales que nos alejen de quienes quieren que nos asemejemos a regímenes políticos y de gobierno poco ejemplares, aunque realicen campañas de marketing de una tendencia u otra que no tienen sentido y que lo que buscan es el chantaje emocional.
Busquemos, ante todo, nuestra libertad y nuestra dignidad. No dejémonos arrullar por las sombras de la oscuridad y hagamos que la luz del sol brille en nuestras mentes y en nuestros corazones. Analicemos, reflexionemos y optemos por fuerzas políticas que no quieran hacernos prisioneros de sus incoherencias, falsedades, mentiras y, de la manipulación psicológica, inventado protocolos que no ayudan, sino que castigan.