Manuel Vargas es director advisory services en Alight Solutions y repasa el problema y las soluciones de las pensiones en España, además de las oportunidades en el mundo de las finanzas personales.
¿Ve peligrar el futuro de las pensiones públicas en España?
Peligrar puede sonar un poco alarmista teniendo en cuenta la fuerte implantación del estado del bienestar en España. Dicho esto, sin ninguna duda, en los próximos años las pensiones en España van a sufrir cambios significativos: la coyuntura económica unida a factores de envejecimiento de la población va a generar un cambio global en la gestión del ahorro y, más concretamente, las pensiones.
Lo estamos viviendo ya, alargamiento en la edad de jubilación, incremento de los máximos de cotización para poder hacer frente a los pagos sociales ( salud, pensión, y otros ), etc. ¿Van a desaparecer las pensiones públicas en España? Creo que no. Ahora, si la pregunta es: “¿Va a cambiar el modelo de pensiones?”. Creo que sí, el componente privado de las mismas se incrementará, sin duda, si queremos ser capaces de mantener un nivel de vida acorde al actual.
En general, ¿cuál cree que es el sentimiento de la población sobre las pensiones?
Creo que, actualmente, el sentimiento no es demasiado positivo. En tiempos complicados, primero con la pandemia y, actualmente, con la guerra de Ucrania y la escalada de inestabilidad mundial, se ha generado una gran incertidumbre de cara al futuro, y esto incluye el tema de las pensiones. Existe una desconfianza mayor respecto a la posibilidad de llegar a cobrar una pensión que permita mantener unos estándares de nivel de vida aceptables, principalmente en las generaciones más jóvenes.
¿Qué impacto tendrá la jubilación de una generación tan amplia con los ‘baby boom’?
Sin duda, no va a facilitar o mejorar la situación actual, pero yo diría que, más que el hecho del incremento en la población perceptora de jubilación, está el problema en la población activa que está cotizando ahora y en un futuro ya no tan lejano. Se deben generar sistemas alternativos por parte de nuestros gobiernos que permitan un mejor equilibrio y reparto de la caja de las pensiones, pero también abrir un debate y crear una conciencia respecto a qué otras medidas y políticas pueden ayudar a minimizar el impacto de este incremento de receptores de la pensión en un futuro próximo a todos los niveles: público, privado e individual.
¿Falta educación financiera o recursos para ahorrar de forma complementaria de cara a la jubilación?
Probablemente ambos. En España no existe una cultura financiera extendida que nos permita de una manera clara y positiva tomar las mejores decisiones para nuestro bienestar financiero. Los escándalos bancarios de los últimos años, los rescates, la mala prensa de la banca todo esto ha generado una desconfianza muy significativa en las instituciones financieras que no contribuye a mejorar la situación. Desde esta perspectiva cualquier iniciativa pública o privada que ayude a clarificar y mejorar la situación de las familias será bienvenida, al igual que los programas privados de beneficios por parte de las empresas que ayuden a complementar y fomentar el ahorro para una futura jubilación. Este será un factor claramente diferenciador en el empleador del futuro (de hecho, diría casi del presente), algo que ya venimos observando en Alight tanto en España como en otros países del entorno. Obviamente, las percepciones individuales o recursos de los que cada uno dispongamos para aportar a dichos planes son el factor fundamental en esta ecuación.
Y los jóvenes, ¿de qué forma podrían se podrían involucrar en el debate público sobre pensiones?
Es más difícil involucrarse o interesarse en un debate de este tipo cuando inicias la andadura laboral, en la cual el horizonte de la jubilación se ve realmente lejano y otros temas parecen más prioritarios por cercanía o impacto (vivienda, salud ). Por otro lado, muchos jóvenes están viendo en sus casas en la piel de sus padres o abuelos la importancia de una buena pensión que ayude a sostener la economía de sus hogares, por lo que, seguro, es un tema que también les toca de cerca. Esto está muy relacionado con el tema de la educación y el bienestar financiero, en tener claro las posibles alternativas y ser capaz de elegir aquello que más pueda convenir, todo ello en un entorno muy ágil y cambiante. Si queremos involucrar a las nuevas generaciones debemos ser capaces de articular una conversación honesta y abierta y, sobre todo, muy ágil en su desarrollo. Necesitamos empezar a educar a nuestros jóvenes y acompañarles en su búsqueda de bienestar financiero, presente y futuro.
¿Apostaría por una reforma estructural en España? ¿Un cambio hacia el modelo de cuentas nocionales, colaboración público-privada…?
Existen muchos condicionantes y medidas de micro y macro economía que deben tenerse en cuenta para poder decidir la dirección de las políticas financieras y de pensiones de un país y, definitivamente, para dar una respuesta a un tema de tanto calado hay que acudir a los mejores especialistas en la materia. Sin embargo, desde mi área de experiencia y conocimiento, sí que diría que el propio sector privado y las empresas pueden aportar un gran valor añadiendo a sus planes de beneficios diferentes opciones que incrementen la salud financiera de sus empleados y la de sus familias. Todo ello dentro de una colaboración tanto del sector público y privado como de nosotros mismos como contribuyentes al sistema que somos.