CÓRDOBA.- El Women Economic Forum (WEF) es el único foro enfocado en la economía de la mujer; cada año se reúne en Nueva Delhi (India) y cuenta con 500 capítulos regionales, con la participación de 150 países aliados y una cámara global (All Ladies League) de 5000 integrantes. El capítulo Argentina se sumó en 2020, en plena pandemia, y rápidamente se expandió. Entre las actividades que realiza se cuentan las vinculadas al comercio exterior; en 2022 realizaron una misión comercial a Italia y este año -por el interés que generó- repetirán a otros destinos.
Lina Anllo es la presidenta de WEF Argentina. Abogada, experta en derecho penal, compliance y temas de género. Además de dirigir WEF, es la presidenta del Capítulo Argentino de la World Compliance (asociación internacional sin fines de lucro centrada en las políticas de transparencia y el estudio de la responsabilidad penal de las personas jurídicas). Fue elegida mujer líder por la Organización de Estados Americanos (OEA) y líder global del G100 en el área de Integridad y Anticorrupción.
“El objetivo del WEF es empoderar económicamente a las mujeres y luchar por la igualdad de género. Las mujeres ocupamos menos espacios de decisión, somos menos en los cargos de dirigentes de empresas, hay brechas salariales y digitales. Sumado a todo eso están las tareas de cuidado que casi exclusivamente están a nuestro cargo. Estas situaciones de inequidad se reproducen en todos los ámbitos y en el comercio exterior también”, dice Anllo a LA NACION.
A su entender, la pandemia de Covid-19 implicó un retroceso para las mujeres que “perdieron espacio en mesas de discusión y de decisión”. La clave, insiste, son las tareas de cuidado, que en todos los órdenes sociales estuvieron predominantemente a cargo de las mujeres.
Anllo cuenta que, después de la misión comercial, quedó transparentado que las mujeres empresarias “tienen voluntad y quieren capitalizar una oportunidad que no tenían antes. Ellas mismas amplificaron la experiencia. Las agencias provinciales también aprovecharon y muchas ahora quieren sumar una mirada de género”.
El foro recibió la distinción Marca País; su líder señala que el WEF busca promocionar los “valores, objetivos y talentos” de la Argentina y también los “atractivos, cultura y gastronomía”.
-¿Por qué ocuparse específicamente de las mujeres y el comercio exterior?
-Las mujeres ocupamos menos espacios de decisión, somos menos en los cargos de dirigentes de empresas, hay brechas salariales y digitales. Sumado a todo eso están las tareas de cuidado que casi exclusivamente están a nuestro cargo. Estas situaciones de inequidad se reproducen en todos los ámbitos y en el comercio exterior también. Veíamos que las mujeres participaban escasamente en las misiones comerciales, en las fotos se repetían grupos numerosos de hombres. Nos propusimos hacer una misión comercial protagonizada por mujeres en manera conjunta con la Cancillería; detectamos que había una necesidad.
-¿Cómo fue la recepción?
-A la convocatoria se inscribieron 150 personas en 30 días con una representación muy federal; pusimos como objetivo Italia por un relevamiento previo que marcaba las necesidades de ese mercado y que coincidían con la oferta de servicios y productos. Viajamos 35 porque la coyuntura era complicada aunque 70 habían logrado el “match” con una contraparte en Italia. También fueron funcionarias de Entre Ríos, Chaco y La Pampa. Esuvieron representados rubros como carbón vegetal, turismo, arte digital, sistemas de trazabilidad, indumentaria, biodiésel y agroalimentos.
-Pero, ¿por qué las mujeres no participan en otras misiones? Ninguna es solo para hombres.
-Es cierto. Puede haber muchos factores que incidan. La falta de conocimiento de lo que se está ofreciendo, aun teniendo información, es uno. Hay información que no llega a todos los sectores, que no es permeable. Con WEF fuimos un vehículo de esos datos. También influye que las mujeres creemos, erróneamente, que no estamos capacitadas o que exportar no es para sus empresas, aun cuando gestionan Pymes de varias generaciones. Las mujeres avanzan cuando se sienten capacitadas. Los foros hacen que las mujeres crean más en sí mismas. La foto repetida de “hombres y hombres” llevan a pensar “esto no es para mí”. Hasta los premios están masculinizados. La Cancillería tiene un programa especial para mujeres.
– ¿En qué consiste?
– Depende de la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional; ofrece capacitaciones, ayudas financieras para las primeras exportaciones y para la capacitación técnica para la operación. Una misión comercial es el primer paso, hay otros en donde se registran las claudicaciones. También abre la posibilidad de participación en ferias donde la Argentina tiene pabellón. Vamos a seguir trabajando con este programa.
-¿Cuáles son los temas transversales que les interesan a las mujeres empresarias, qué les preocupa?
-El tema recurrente que plantean son los costos. Más allá de las ayudas de las agencias de exportación de sus provincias y del CFI, saben que una misión es un primer paso pero les preocupa como seguir. También reclaman más capacitación; sienten que no saben todo, que necesitan más. Esos son los puntos centrales en un país que tiene sus vaivenes. Reclaman beneficios.
-Participó en reuniones internacionales, ¿qué otras variables se hablan allí?
-Son los mismos; pocas mujeres, falta de conocimiento, costos (obviamente eso depende mucho de cada país). Después de la pandemia, el post Covid-19, dejó temas transversales como la incertidumbre. Pero, al final, hablamos de lo mismo. A la hora de amalgamar las luchas y los reclamos son los mismos, con diferencias por coyuntura. Por ejemplo, sino resolvemos los cuidados, no vamos a poder lograr los objetivos planteados por la ONU para el 2030.
-¿Qué perfiles tienen las mujeres interesadas en exportar?
-Como nuestra misión fue multisectorial y federal, los perfiles fueron heterogéneos. Muchas que se hicieron cargo de empresas familiares; emprendimientos personales y algunas que eran parte del staff de la compañía. Hubo una salteña que fue con su hija de 19 años para ya foguearla en lo que es la exportación. Es dar el paso; el famoso “puedo y tengo que hacerlo”. Hay una cuestión de decisión, de querer transitar el proceso. Tienen información, capacitación y deben encarar. Ya tienen datos que antes no tenían. Ese es el camino que vamos a seguir transitando.
-¿Cómo sigue el trabajo en comercio exterior del WEF?
-Estamos proyectando varios WEF internacionales que vamos a aprovechar para hacer B to B. Iremos a Bolivia y a México. Vamos a poner el acento en Economía del Conocimiento yendo a Nueva York con start ups de mujeres; hay apoyo y beneficios por parte del Estado. Ya no es futuro es presente.
-¿Qué cree que aportó la misión que realizaron?
-La riqueza está en ser federales. Hay mucho en las provincias, todas tienen oferta exportadora y todas estuvieron representadas. A todas les fue bien en la ronda de negocios; ya hubo reuniones al regreso con la Cancillería que se interesó en escuchar lo bueno y lo malo para seguir y corregir en el trabajo mancomunado. En las misiones se trabaja mucho desde la Argentina y también desde el destino, para poder unir a las contrapartes.
-En los diálogos posteriores con Cancillería, ¿marcaron algún diferencial entre esta misión y las que tienen menos protagonismo de mujeres?
-Había un gran entusiasmo y eso hay que destacarlo. Indagan todo el tiempo, quieren captar más mercados. No sé si es diferente a lo que pasa en las donde hay mayoritariamente hombres. Tienen voluntad y quieren capitalizar una oportunidad que no tenían antes. Ellas mismas amplificaron la experiencia. Las agencias provinciales también aprovecharon y muchas ahora quieren sumar una mirada de género.