Si el 2022 fue un año complejo para la industria aeronáutica mundial, a raíz de la disparada de los precios del combustible y los efectos inflacionarios derivados de la guerra entre Ucrania y Rusia, el 2023 será mucho más retador.
(Vea: Avianca establece nuevas medidas sobre viajes de mascotas en vuelos).
Así lo señala Adrián Neuhauser, presidente de Avianca y quien conversó con Portafolio y EL TIEMPO sobre el balance de este año y las perspectivas de la industria y de la compañía.
¿Cuál es el balance que le deja el 2022 a Avianca?
El 2022 fue un año complejo para toda la industria porque parte de la salida de la pandemia y con una demanda muy alta, pero al mismo con una volatilidad muy grande en muchos frentes. A finales del primer trimestre se disparó el precio del petróleo por la guerra en Ucrania, lo que hace que terminemos con costos de combustibles casi un 50 % por encima del nivel histórico.
También se dispara la inflación que afecta todos los costos y la disposición de los consumidores a viajar; y se devalúa fuertemente la moneda en Latinoamérica. La combinación de estas tres cosas nos obliga a reaccionar muy rápido, con una temporada de lluvias que duró más de lo normal y con complicaciones operativas en los principales aeropuertos de Colombia. Con todo y esto, cerramos el año con un indicador de puntualidad (OTP) del 85 %.
Todavía no publicamos los resultados financieros del año, estamos en estimaciones, pero lo que estamos esperando es algo pequeño en pérdidas (cercana a 100 millones de dólares) y un Ebitda ajustado de 800 millones de dólares, a pesar de todo los retos que hemos sufrido.
Viva hizo un proceso de búsqueda de capital e invitó a un sinnúmero de participantes, pero el único grupo que llegó a puerto fueron nuestros accionistas
¿Cuánto se han aumentado los costos de la compañía?
Antes de la pandemia nosotros operábamos a un costo por asiento-kilómetro cercano a dos centavos de dólar -dejando de lado el tema combustible- y estamos cerrando el 2022 con un poco más de cuatro centavos de dólar, en promedio. No se han aumentado los costos frente a la prepandemia, salvo por el tema del combustible, pero esto ha sido gracias a los esfuerzos para buscar eficiencias en otras partes del modelo de negocio y es un reto importante frente a las presiones inflacionarias.
(Vea: Avianca lanza nuevas rutas para volar a Brasil, EE. UU. y Honduras).
El 2023 será un año retador para la industria, ¿cómo lo van a enfrentar?
Nosotros, efectivamente, creemos que el próximo año va a ser un año complejo. El IVA (para tiquetes aéreos) vuelve al 19 %, pero no es el único impuesto que nos está afectando. También hay un aumento de los impuestos verdes -que pasan de cubrir la operación doméstica a las internacionales- y en la renta de compañías que tienen inversiones en activos en Colombia, pero no operaciones. Esto impacta a los arriendos de los aviones y, por ende, suben los costos de los aviones a todos los operadores.
Estamos impactados por un aumento de costos tributarios bastante significativo, por el precio del petróleo que se mantiene alto y por las presiones inflacionarias. Esto va a ser retador para toda la industria el próximo año.
¿Qué estamos haciendo nosotros? Seguimos con el plan de bajar costos y estimamos que a finales del próximo año deberíamos estar operando con un costo por asiento-kilómetro, dejando por fuera el tema de combustible, de 3,4 centavos de dólar. Esto significa que hemos podido bajar las tarifas con respecto al 2019 y esperamos seguir manteniéndolas o bajándolas, a pesar de las presiones inflacionarias.
Estamos cumpliendo con el plan de negocio, que implicaba perder dinero. En el 2023 esperamos acercarnos al punto equilibrio y en 2024 ser rentables.
(Vea: Lo que dice carta que empleados de Viva enviaron al presidente Petro).
Nos enteramos de la crisis de Viva por arrendadores que nos dijeron que no estaba pagando sus arriendos y creemos que lo mismo está pasando con otros operadores pequeños en el mercado
¿Qué prevén para el resto del mercado?
Va a ser un año complejo para esta industria. No solo para Avianca, que tiene fortaleza financiera para enfrentarlo, sino para los operadores más pequeños. Creemos que es importante medir las consecuencias de las decisiones que se toman en cuanto a capacidad y competencia. No es indiferente para el país que puedan dejar de operar empresas como Viva, que representan un porcentaje importante del mercado. En la búsqueda de generar precios atractivos para los consumidores, conectividad y competencia, hay que medir las consecuencias de un Avianca salvando un Viva o de un Viva desapareciendo. El 2023 será complejo desde las presiones tarifarias y eso combinado con una salida de capacidad importante tendría un efecto importante para los pasajeros.
¿Se afectarán en 2023 las ventas y pasajeros movilizados?
Sin duda. Todos estamos afectados por la inflación, no solo en los precios de los tiquetes sino en todos los gastos que hacemos en nuestra vida. Esto hará que viajar sea más caro, y si sube el precio de los tiquetes habrá menos demanda porque una parte importante de los viajes que hacemos son vacaciones o gastos suntuarios.
El próximo año vamos a estar presionados por demanda y es algo a lo que vamos a tenerle que hacer frente. Este año vamos a movilizar 22,6 millones de pasajeros y en 2023 serán unos 28 millones, aproximadamente, por debajo del nivel prepandemia.
(Vea: Las nuevas rutas de Avianca para conectar a Colombia con Ecuador).
Todos estamos afectados por la inflación, no solo en precios de los tiquetes sino en todos los gastos que hacemos en nuestra vida. Esto hará que viajar sea más caro, y si sube el precio de los tiquetes habrá menos demanda
¿Es posible que tengan que empezar a prescindir de aviones?
Nosotros tenemos un balance muy sólido, una posición de caja muy sólida y vamos a cumplir con nuestras obligaciones financieras obligaciones; lo arriendos son parte de estas obligaciones. Si vemos debilidad en algunas rutas podríamos reducir frecuencias o tener menos vuelos entre semana, pero aumentarlos para los fines de semana.
Todos vamos a hacer este tipo de flexibilidad para manejar el tema de gastos variables. El 2022 ya fue un año muy retador y al que le pudimos hacerle frente. Si en 2023 los costos tienen aún más presión inflacionaria y continúa un escenario del petróleo alto, de monedas locales deprimidas y una inflación al alza, es muy difícil pensar que los operadores, en particular los chicos, puedan hacerles frente a sus obligaciones.
Nosotros nos enteramos de la crisis de Viva por arrendadores que nos dijeron que no estaba pagando sus arriendos y creemos que lo mismo está pasando con otros operadores pequeños en el mercado.
(Vea: Lo que está dispuesta a ceder Avianca para integrarse con Viva).
Vamos a seguir insistiendo por una revisión de los tributos que afectan a los tiquetes que se venden en Colombia, con miras a poder aliviar el costo para los pasajeros
Van a plantearle al Gobierno alguna propuesta de alivio para el sector?
Creemos que no coincide el objetivo de estimular el turismo y el crecimiento económico con una alta carga tributaria para el sector aéreo en Colombia. En la medida en que nosotros logramos ser más eficientes, y queremos traspasarla a los consumidores, hay un pedazo grande sobre el cual no tenemos la capacidad de ganar eficiencia y son los temas de combustibles y tributario. Vamos a seguir insistiendo por una revisión de los tributos que afectan a los tiquetes que se venden en Colombia, con miras a poder aliviar el costo para los pasajeros.
¿Por qué decidieron apostarle a la integración con Viva?
A finales del año pasado Viva hizo un proceso de búsqueda de capital e invitó a un sinnúmero de participantes, pero el único grupo que llegó a puerto fueron nuestros accionistas y realizaron una transacción a comienzos de este año, que fue anunciada. Es una transacción que consideramos cumple con la normatividad colombiana y separa la gestión de la empresa. Nosotros ni nuestros accionistas tenemos ninguna injerencia. Competimos con Viva de igual a igual, a pesar de que tenemos participación económica en sus resultados.
(Vea: Horas pico en El Dorado, el centro del pulso por la unión Avianca-Viva).
¿La integración es la única opción para salvar a Viva?
Lo que estamos planteando es que nosotros estamos dispuestos a salvar a Viva, a absorber su deuda, a apoyarla financieramente y a salvar 6.000 empleos directos e indirectos y a los pasajeros que ya tienen tiquetes comprados. Eso es lo que hemos planteado y no hemos visto otro planteamiento alternativo.
Va a ser un año complejo para esta industria. No solo para Avianca, que tiene fortaleza financiera para enfrentarlo, sino para los operadores más pequeños. Creemos que es importante medir las consecuencias de las decisiones que se toman en cuanto a capacidad y competencia
¿Ese salvamento qué inyección de capital implicaría?
No lo sabemos porque no conocemos los números de Viva. No podemos verlo, no sabemos cuánto capital necesita y no sabemos qué tan endeudada está. Desde que se cerró la transacción económica, ellos tenían más de 1.000 millones de dólares de deudas. No sabemos cuánto está perdiendo y no sabemos cuánto ha dejado de pagar de arriendos.
Si nos autorizan la transacción, y una vez podamos ver los números, vamos a buscar una solución conjunta que permita viabilizar el grupo y que nos permita mantener el máximo de aviones, de puestos de trabajo y de conectividad versus la desaparición de Viva.
¿Es riesgosa la integración si no se conoce cómo están las finanzas de Viva?
Efectivamente es riesgosa, pero creemos que es la mejor solución para el mercado, para nosotros como el operador más grande, para los pasajeros y para el país. La alternativa de simplemente dejar morir a Viva, como les gustaría a algunos, ignora el tamaño de la crisis que generaría dejar ir a una línea aérea que hoy representa más del 20 % del mercado en Colombia.
ÓMAR G. AHUMADA ROJAS
Editor de Portafolio
LINA QUIROGA RUBIO
EL TIEMPO – ECONOMÍA Y NEGOCIOS