La polarización se define por ser un fenómeno donde dos vertientes, con opiniones opuestas, no encuentran un punto de encuentro o común sobre un tema.
La polarización se define por ser un fenómeno donde dos vertientes, con opiniones opuestas, no encuentran un punto de encuentro o común sobre un tema. Con el crecimiento de las redes sociales, esto ha aumentado exponencialmente al punto de representar riesgos tanto para nosotros como individuos, y por extensión en la manera como construimos una sociedad.
Bajo esta premisa y queriendo entender con mayor profundidad los riesgos y las consecuencias que puede acarrear la polarización en las redes sociales y en las personas, en LLYC desarrollamos nuestro más reciente estudio de Big Data sobre este fenómeno en 12 países de América Latina (incluyendo a Panamá) y en Europa. Entre varios, un hallazgo clave tras nuestro análisis de más de 601 millones de tweets: la polarización se puede convertir en una adicción.
Los números son contundentes. Descubrimos un crecimiento del 39% en la polarización durante los últimos 5 años en Iberoamérica, mayormente conversaciones sobre 10 temas, entre ellos el aborto, el feminismo, la inmigración, la libertad de expresión, el cambio climático, los derechos humanos.
Esto indica que cada vez más las comunidades están llegando a un extremo donde es prácticamente imposible generar consensos o acercamientos; si no que cada grupo, dependiendo del tema, actúa de acuerdo con su creencia y se mantiene firme en su posicionamiento, nutriéndose muchas veces de la misma información o círculos donde se debate su posicionamiento. Esto trae consigo una de las principales consecuencias: hace imposible que tengamos un diálogo sano de las ideas por el bien de la democracia y la construcción de nuestras sociedades.
En el caso de Panamá descubrimos que la polarización es menor en comparación a otros países de la región. Sin embargo, las redes sociales están funcionando como una cámara de resonancia para las ideas específicas de muchos ciudadanos, principalmente en temas como el aborto y el feminismo, donde se encuentran cifras superiores al del resto de mercados estudiados. Cabe destacar que el aumento de embarazos infantiles durante la pandemia encendió el debate sobre la interrupción del embarazo, haciendo que la conversación polarizada se multiplicara en 2,3 veces.
A su vez, en los últimos cinco años, la conversación está creciendo de forma muy marcada en el territorio del racismo en Panamá, al ser el que más aumenta en términos relativos, siendo la conversación polarizada 2,4 veces mayor que en 2017. Así mismo, el salario mínimo (-83,4%) y la pena de muerte (-57,3%) son los territorios que presentan una tendencia de decrecimiento. Cabe destacar que la ideología conservadora es la más activa al momento de presentar sus planteamientos, impulsados por ascensos en los territorios de feminismo (+76,8%) y aborto (+30,2%). Los progresistas solo se imponen en sindicatos (+52%) y libertad de expresión (+4,8%).
En conjunto con expertos clínicos, hemos determinado que la exposición a la polarización se convierte en una especie de droga oculta al ser una conversación fundamentalmente cerrada y adictiva que puede generar diferentes efectos. Por ejemplo, cuando recibimos un like o validación de una idea, puede ocurrir un aumento en la producción de serotonina, euforia y desinhibición, pero también en momentos donde tenemos dificultades para razonar o socializar podemos sentir depresión, taquicardia, fatiga, ansiedad y estrés e incluso podemos tomar malas decisiones o deteriorar relaciones personales.
Si bien es cierto las redes sociales se están convirtiendo cada vez más en el escenario para discutir temas de interés público, tampoco hay que confundirlas con la discusión pública que ocurre fuera del entorno digital. Seguimos viviendo en un país y en un mundo donde hay diferentes instancias para formular políticas públicas y debatir el rumbo de un país en múltiples temas, No obstante, en Panamá seguramente seremos testigos de un mayor impacto de las redes sociales en estas formulaciones a partir del próximo año con el inicio del periodo preelectoral para las elecciones generales de 2024.
Como reflexión final, además de evitar los debates o confrontaciones polarizadas en redes sociales, quisiera recalcar en la importancia de contar con un menú noticioso que sea balanceado y estar muy pendientes de cómo estamos interactuando y con quiénes. Es decir, debemos ser cuidadosos de no seguir solo a perfiles con una misma línea de pensamiento y nutrir las redes sociales con usuarios que aporten ideas distintas y que sean abiertos al diálogo y al debate sano de ideas, además de seguir a medios de comunicación con diferentes aristas o perspectivas.
• “The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público”: Este estudio de Big Data ha analizado 601 millones de mensajes en los últimos años, 7,3 mil redes de engagement generadas y 10 temáticas sociales en 12 países de América Latina y Europa (Argentina, Brasil. Colombia, Chile, Ecuador, Estados Unidos, España, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana).
Director general de LLYC Panamá