¿Con cuál raza comienzo? Esta es una pregunta muy frecuente entre personas que quieren incursionar en la ganadería.
La respuesta está subordinada a una serie de puntos, y uno de ellos tiene que ver con el tiempo del que dispone el aspirante a ganadero, y a si éste quiere producir simplemente ganado de leche, de carne o de doble propósito (combinación de ambos).
“Si es para una dedicación de tiempo medio, lo mejor es inclinarse por la ganadería de carne”, aconsejan algunos expertos, como Martín Canals, director del Proyecto de Mejoramiento de la Ganadería (Promegan).
“Y en ese caso, lo mejor es iniciar con vacas brahman, pardo suizo y angus”, sugieren otros especialistas.
Para quienes visualizan en la ganadería una entrada de dinero permanente, entonces se recomienda incursionar en la parte de leche, porque el ordeño garantiza “movimiento de dinero” cada día cuando los animales comienzan a parir. En la ganadería de carne, las entradas de recursos están más sujetas a las ventas de becerros “mejorados”.
En República Dominicana, según datos obtenidos entre dirigentes agropecuarios, la mayor parte de la ganadería es de doble propósito (quizás el 60 o el 70 %). El otro restante es de leche, porque con el dinero que genera constantemente posibilita el pago, por ejemplo, de los ordeñadores, del encargado de la finca y otros gastos que deben realizarse.
Aprovechando las ventajas de la raza simmental en producción y calidad de leche y las del brahman en la parte cárnica se logran animales de doble propósito con buenos resultados.
Un punto a considerar es que si la ubicación de la finca es en el trópico alto (tierra fría), con buenos pastos y agua abundante, la lechería es la mejor opción. Las tierras bajas (clima cálido) son más aptas para el ganado de carne.
Si se piensa en lechería, algunas de las razas más recomendadas por costos, producción y resistencia son el tipo holstein, jersey y ayrshires.
“Las vacas holstein producen muy buena leche, son muy adaptables, pero tienen unas demandas nutricionales muy importantes que se deben suplir con muy buenos pastos y con suplementos con silos o concentrados”, explica Martín Vásquez Vargas, coordinador de desarrollo de negocios pecuarios de Agrosavia.
Las lecherías de pocos animales se pueden manejar con mano de obra, pero requieren mucha disponibilidad en tiempo, dos ordeñadas diarias y atención permanente. Para instalaciones más grandes, se necesitan equipos de ordeño, tanque frío y más personal capacitado.
La leche es un negocio del día a día -dice el experto- en el cual hay que estar pendiente de todo, a toda hora. Un modelo más tranquilo es el de carne, que no requiere el manejo diario, en un negocio a mediano y largo plazo.
Las razas brahman, pardo suizo y angus (de carne) son animales más adaptados al trópico, con precios más adecuados que otros cruces o razas mejoradas genéticamente. Además, su ganancia de peso tiene mejores tasas, el manejo es fácil y son más resistentes al calor.
Si finalmente la decisión se inclina por empezar un negocio de ganadería con razas de doble propósito, algunas genéticas como simmental y normando están adaptadas y sus rendimientos tanto en leche como en carne son muy buenos.
Pero eso sí, en ambos casos (carne o lechería), según Vásquez Vargas, lo más importante es asegurar la alimentación. “Hay que estudiar el forraje y tener la certeza de que suplirá los requerimientos nutricionales de las reses para que su producción sea óptima”.
En el país hay padrotes y madres de un fino linaje
Otro conocedor del tema –el zootecnista Sebastián Montoya- sugiere que algunos datos importantes que debe tener en cuenta un ganadero que comienza es que los animales sean comerciales, de fácil compra y venta.
Expertos sugieren no adquirir un toro como reproductor, por un tema de costos y trabajo en ese momento del negocio. La inseminación artificial es la mejor alternativa y en esa parte, República Dominicana ha ido avanzando bastante y hay las condiciones para hacer esas inseminaciones sin mayores inconvenientes.
En definitiva, el país sigue sumando nuevas razas a la mejoría y fortalecimiento de la genética ganadera. Poco a poco ha ido colocándose en un importante sitial en esa materia. Ha estado apostando, por ejemplo, al doble propósito y según los resultados obtenidos, así como con las opiniones de expertos en el tema, va por buen camino.
Se han hecho cruces y los ejemplares que se observan por uno y otros lados del país, guardan una distancia amplia respecto al ganado que se tuvo en el pasado. La genética cárnica y lechera de reses internacionales importadas por el sector ganadero ha traído como beneficio al país, padrotes y madres de un fino linaje y potreros productivos.